La aparición de discursos antisistema y de desinformación es cada vez más frecuente en las campañas electorales. En un escenario complejo y desafiante para la democracia, la prensa y los medios son claves en su rol de “mediadores”, al chequear la información para demostrar si los “discursos oportunistas” son tan ciertos como aparentan, argumentaron analistas consultados por la diaria.
Para los especialistas, el comportamiento del sistema político y de la población uruguaya con respecto a las noticias falsas y el discurso antisistema ha sido más “cauto” en comparación con los países vecinos, pero eso no debe hacernos creer que no somos “vulnerables y que estamos al margen”, advirtieron.
“Es un momento en el que reemerge el papel importante de los medios como mediadores y sobre todo como enunciadores legitimados para hablar sobre los temas. Ante la circulación de información a través de redes sociales, uno se pierde entre lo que es verdad y lo que no. Si bien la prensa se ha tenido que reinventar, es real que está teniendo un papel clave en uno de los momentos más importantes, porque es allí donde los ciudadanos deberíamos buscar ese respaldo de que la información está chequeada. Es un buen momento para que los medios de comunicación, sin perder este papel de mediadores, hagan una diferencia gigantesca en estos procesos electorales”, dijo a la diaria la licenciada en Ciencias de la Comunicación y doctora en Estudios del Lenguaje Leticia Gambetta.
No hay democracia sin prensa
Por su parte, Gonzalo Puig, politólogo, profesor de la Facultad de Ciencias Sociales y asistente de investigación del Fondo Clemente Estable, dijo a la diaria que el rol de la prensa es “clave” porque para que exista pluralidad de voces en una sociedad tiene que haber información. “Sin información, no sólo no hay democracia, no hay buenas decisiones. Evidentemente, no puede haber democracia sin prensa. Necesitás pluralidad de voces para saber elegir una opción u otra”, afirmó.
En la misma sintonía, la licenciada en Ciencias Políticas Valeria Bonomi dijo a la diaria que la prensa y los medios tienen una función “garantista de las instituciones democráticas”. Sin embargo, afirmó que también son empresas que toman “decisiones que les son estratégicas, de apoyar o de exponer más a uno que a otro candidato, y a veces es notorio”.
“Los conglomerados de informaciones dicen qué noticias dan y qué no. [...] Soy una gran militante del uso de redes y acceso a la información abierta, pero muchas veces la información que sale de los medios tradicionales se verifica, aunque no siempre pasa así”, reflexionó.
El rol de la prensa
Por otro lado, Gambetta, profesora de la Facultad de Información y Comunicación de la Universidad de la República, consideró que el rol de la prensa “es muy importante en la mediación entre la información y la opinión pública. Obviamente que también hay sesgos, porque cuando la prensa toma la decisión de informar algo y no otra cosa, está tomando sus decisiones, y eso muchas veces en las empresas periodísticas está vinculado también a líneas editoriales”, agregó.
Dijo que es importante que los medios sean “transparentes y honestos” en su línea editorial y puso el ejemplo de la diaria, a la que definió como un medio que tiene una “identificación clara frente al lector de cuál es su visión editorial”.
“Juega un papel importante en la reivindicación de la legitimación, de que la información allí está chequeada, está verificada y es relevante para la opinión pública. [...] la prensa no tiene que silenciar los discursos, sino que tiene que mostrar si una idea se sustenta en sí misma o es oportunista, si es legítima como parece o no lo es”, dijo.
Las redes sociales y su papel “ambivalente”
Puig y Bonomi consideraron que las redes sociales juegan un papel “ambivalente”, a veces son un avance “muy bueno” y otras “muy malo”.
“[Las redes] son todo otro universo. Si bien está buenísimo, porque permiten la democratización de la información –por ejemplo, yo sé lo que piensa mi candidato–, también hay un montón de operaciones organizadas”, afirmó Bonomi.
Asimismo, Puig indicó que las redes facilitan la publicación de noticias falsas.
“Antes era más difícil que yo pagara mucho dinero para poner una noticia falsa. Lo hacían muy pocos. Por ejemplo, la retórica antisistema antes era costosa, entonces estaba contenida. Eso es bueno y malo también, porque hay una voz que no se está escuchando, que evidentemente era grande. Ahora, a su vez, las redes sociales las facilitan, saltan a los medios como intermediarios. Pero es ambivalente. Los medios también podían ser oligárquicos y podían callar voces. Y eso no está bien. Ahí las redes sociales ayudaron. Antes nadie escuchaba al débil. Sin embargo, ahora la red social permite una retórica que puede ser violenta o falsa, o, en mi opinión, oportunista”, agregó.
Por un lado, las redes sociales facilitan la democracia porque permiten escuchar voces, pero por otro fomentan la irrupción de noticias falsas y el hostigamiento, indicó el especialista.
“En este contexto, la labor de la prensa puede ayudar a la defensa de los sistemas democráticos. Por ejemplo, la diaria empezó a hacer chequeos de datos. El tema es que las redes también influyen en la prensa, porque le dan contenido. Entonces yo creo que el periodismo toma más lo malo que lo bueno. Primero te ponen una noticia falsa y después se desmienten. El tema es que por un tiempito fue noticia. El eco de las redes es muy fuerte”, reflexionó.
En la misma sintonía, Bonomi afirmó que en estos casos se producen “bolas de nieve de información” que no está chequeada. “Hay un montón de información falsa circulando y depende mucho de la alfabetización digital de los usuarios, de salir a verificar. Marcan un problema para las democracias. Lo estamos viendo en Argentina, [Javier] Milei como fenómeno de redes, fue una explosión y en muy pocos años consiguió llegar a ocupar un sillón presidencial con un montón de arbitrariedades. Entonces, las redes son el caldo de cultivo ideal para que cualquier loco con cualquier opinión diga cualquier cosa de manera irrestricta. Estamos viendo un escenario, cruzando el charco, que es complicado”, advirtió.
Desinformación
Gambetta indicó que el discurso antisistema, que está en Argentina, también emergió en Brasil con el gobierno de Jair Bolsonaro (2019-2023), en Estados Unidos con Donald Trump (2017-2021) y ha estado incluso más “tímidamente” en algún momento en Uruguay.
“Este discurso no es una novedad. Es oportunista cuando se percibe una insatisfacción de la gente con respecto a algo. Muchas veces surge como un emprendimiento. Así como uno detecta una oportunidad para invertir en algo o para abrir un tipo de empresa porque hay un nicho en el mercado, la lógica de estos discursos termina siendo un poco la misma”, agregó. La analista dijo que “es un buen momento” para este tipo de discursos y puso el caso de Milei, que se basó en una idea anticasta.
“¿Quién no va a estar en contra de la clase política en momentos en que hay una crisis económica? Entonces es muy oportuno, pero no es nada nuevo en la historia”, agregó.
Influencia en el voto
Puig y Bonomi coincidieron en que los medios tienen una influencia en el voto de la ciudadanía.
“Los medios de comunicación pueden influir en la decisión del voto. Te lo dice el propio accionar de los partidos. Si no, no habría pauta, no habría comunicación, no habría campaña en nada de esto, porque nadie va a desperdiciar recursos finitos. Después puede haber un mal uso, un exceso, que uno crea que influyen más de lo que lo hacen”, dijo Puig. Los partidos pequeños son los que tienen menos publicidad en medios y siempre son los que tienen menos votos, argumentó.
Bonomi aseguró que “obviamente” los medios tienen influencia en la decisión de la ciudadanía. “La prensa y los medios en general tienen un rol bastante definitorio en las campañas electorales en los productos de exposición de un candidato u otro o en las portadas de los diarios, las fotos; hay un compilado gigante de información que los medios eligen o no publicar, por los motivos que sean. Y eso hace a la exposición de determinados temas de un candidato, de las actividades que tiene, o que no sepamos qué está haciendo”, remarcó.
Con respecto a la situación de Uruguay, Bonomi consideró que el país está en un contexto “más cauto” con respecto a Argentina, porque los ciudadanos son más “conservadores”, sobre todo porque las formas de acceso a la información política siguen centrándose en la prensa y en la televisión.
“El horario central de la televisión sigue siendo importante, porque lo que aparece ahí define también nuestras percepciones hacia los candidatos. [...] Somos conservadores quizás hasta por una cuestión etaria, somos un país envejecido. Entonces, si bien el acceso, el uso y el consumo desde las redes sociales es muy amplio porque tenemos una conectividad altísima en la región, los medios tradicionales siguen ocupando un espacio fundamental. También dialogan con las redes, son dos escenarios que no están alejados”, afirmó.
Por su parte, Puig afirmó que Uruguay se encuentra en una situación “mejor” que los países vecinos, debido a que tiene una población menor, “más controlable” y con un “nivel educativo alto”. “Uruguay tiene una población politizada sobre todo. Nosotros no tenemos un desprecio hacia la clase política. Y eso es una ventaja”, agregó Puig.
Sin embargo, el politólogo consideró que Uruguay tiene “un problema” y planteó el riesgo de una prensa “concentrada”, por lo que no nos podemos creer que estamos “al margen y no somos vulnerables”. “Tenemos una prensa concentrada, y eso nos dificulta. No tenemos mil medios. La concentración frena la diversidad de voces. Lo que tenemos es una sociedad muy politizada y partidos que se mueven mucho, que pueden contrarrestar los medios concentrados. Pero tenemos una concentración creciente, incluso. Entonces, no podemos decir que no somos vulnerables”, advirtió.
“Ante el rol de los medios frente a la democracia, la concentración es mala”, remarcó, y pronosticó que Uruguay se puede contagiar de esta aparición de noticias falsas y de la retórica antisistema que ocurre en otros países. “No sé si hoy, pero se va a contagiar porque Uruguay tiene algo muy bueno que es una desventaja. El alto nivel, en comparación con nuestros vecinos, de penetración de internet es algo bueno materialmente que nos hace vulnerables”, advirtió.