En noviembre de 2018, Gonzalo Julián Conde (Bizarrap) resolvió la primera de sus Freestyle Sessions –espacio precursor de sus Music Sessions– con una cámara prestada y un pedazo de papel celofán. Aquel video inaugural muestra el talento del rapero argentino Kódigo y la nuca de una cabeza de gorra con visera, apenas iluminada por la pantalla de una computadora y agitada por la música, del improvisador.
Casi seis años después, el beatmaker y productor hace todo lo posible por mantener la esencia de su producto más vendedor con la bendición de un presupuesto algo más elevado.
En setiembre de 2023, para anunciar la llegada de su Music Sessions #57 (junto a Milo J), el influyente artista porteño había lanzado Bizatop, un ambiciosísimo corto cinematográfico de ocho minutos inspirado en el film El lobo de Wall Street. El video, dirigido por Jaime James (Louta) y escrito entre Biza y James, era una alegoría de la nueva realidad del músico, que aparecía rodeado de desconocidos y tentaciones, subido sin querer a una maquinaria de negocios inabarcable para un solo operador. Era todo un preámbulo: ¿hasta dónde podía llegar Bizarrap? ¿Quién sería su nuevo invitado?
En esa misma lógica, con un contexto actualizado, acaban de estrenarse la “BZRP Music Sessions #60” y su película promocional, con sólo dos días de distancia.
“BZRP.ai” es un corto de siete minutos dirigido por Conde y el cineasta argentino Armando Bó, director de El último Elvis (2012), Animal (2018) y coguionista de Birdman (2014). El corto denota que el éxito comercial de Biza continúa en constante crecimiento, al mismo ritmo que aumenta una energía oscura circundante. Con el paso de los minutos, la trama se vuelve más extraña, con buenas actuaciones de Bizarrap y Gastón Cocchiarale, que encarna a un empresario musical en ascenso, del que ya conocemos algo desde el corto anterior. La amenaza toma la forma de una inteligencia artificial, y en el medio del cuento, una Music Session con la londinense Dua Lipa se vuelve real.
La pieza audiovisual funciona mucho más allá de sus objetivos promocionales. Es un pequeño ensayo de ciencia ficción, con fragmentos de animación digital y una notable secuencia de acción con música del dúo francés Daft Punk y efectos especiales. El nombre del clip, además, sirve de clave para acceder a Endless, una aplicación digital de inminente lanzamiento que promete herramientas de edición de sonido y video, entre otras magias, con la garantía del creador rioplatense.
Sobre el fin del corto aparece Lismar (Patricia Lismary Fernández Soto), figura de la más reciente de las Music Sessions. La rapera dominicana tira rimas a toda velocidad, a punto de convertirse en la nueva estrella de la música urbana de proyección internacional. “Yo soy la mura / la muralla China / Desperdicio mi letra si le tiro a esta mina / Me veo tranquila, pero mе crie en la esquina / La callе me enseñó a ser tiguere, pero fina”, declara la artista en su gran presentación en sociedad, mientras Biza aprueba el swag de su colega de turno, con sus gestos de bajo perfil, ahora más influyentes que nunca.
Eso no es todo: en la misma semana el productor y la poeta caribeña estrenaron “Subió la temperatura”. Otro track, otras rimas y otro universo paralelo arrancado de una Music Session. Con estética de videojuegos de pixeles noventeros, la rapera mata zombis a machetazos en una recorrida nocturna por la ciudad. Bizarrap pone a sonar un beat minimalista; nunca se saca sus lentes negros, pero igual le tira un guiño a Rosalía.