En junio del año pasado volvieron en forma de Instagram. En julio dijeron que estaban preparando cosas. En agosto pusieron en venta las entradas para el show por los 20 años de su disco 5 estrellas, y en agosto también se agotaron. En octubre tocaron tres días seguidos en Magnolio Sala, estrenaron en vivo un tema nuevo, “Magia”, y reeditaron el viejo disco en vinilo. En diciembre lanzaron “Magia” en plataformas.
Activos originalmente durante 2002 y 2008, años en los que grabaron dos álbumes y consiguieron un público considerable, después de ese recital a los Astroboy les quedó el gustito de tocar juntos y el de volver a componer canciones. Por eso en agosto volverán a volver, esta vez en La Trastienda, con más canciones nuevas y con la promesa de, quizás, sacar otro disco, en parte porque el concepto de disco cambió mucho desde la última vez que sacaron uno.
Martín Rivero y Javier Vaz Martins, la pata montevideana de una banda internacional (al menos por la ubicación de sus integrantes), tienen sus opiniones sobre lo que pasó este último año y lo que vendrá, en un mundo muy diferente al de principios de siglo, que en algunos aspectos les calza bastante mejor.
¿Siguieron en contacto durante todos estos años?
Vaz: La comunicación de los cinco juntos se pausó, pero todas las otras conexiones posibles sucedían. Porque lo primero que hacía cada uno si se le ocurría algo nuevo, creo que por un tema de confianza o familiaridad, era llamar a los que ya conocía. Si bien cuando tocábamos en aquellos años compartíamos escenarios con bandas, éramos medio bichos. Nuestro círculo era bastante reducido. Entonces, cuando cada uno agarró confianza para hacer algo por las suyas, el primer teléfono que elegía para llamar era alguno del resto. Pasó con Dormidos al volante, donde estaban Pablo [Fiallo] y Paco [Francisco Risso]. En el primer disco de Martín estábamos Manza [Mariano Esaín], que era productor de Astroboy, Tuco [Leandro Boné] y yo, acompañando al viaje del hombre.
¿Quién tiró la primera piedra para este regreso?
Rivero: Eran los 20 años del primer disco y estaba bueno aprovechar eso para festejar, celebrar lo que habíamos hecho y reeditarlo. Yo lo que quería era reeditar y mover de nuevo nuestra música, que estuviera presente. Lo compartí con Javi, que al principio estaba más reticente, porque cada uno realmente está en otra, más centrados en nuestras familias. Somos padres antes que nada y la energía estaba más puesta ahí. Pero lo fuimos hablando, entendiendo qué podíamos hacer y qué queríamos hacer. Después apareció Juanchi Hounie, que es un gran amigo, y cuando le comenté que queríamos editar el vinilo empezó a dar manija para que no fuera sólo eso, que hiciéramos un show. Entonces, cuando le compartí al resto que eso podía estar bueno, que podíamos hacerlo en Magnolio sin exigencias a nivel de público y hacerlo para nosotros, nos empezamos a convencer y a entusiasmar. También vimos que las agendas se iban compatibilizando, porque Pablo vive en Italia y si él no estaba no tenía sentido celebrarnos a nosotros y al disco. Fue por ahí: tratar de rescatar la música de Astroboy para que no quedara en un rincón de Spotify juntando polvo.
Vaz: Martín tiene esa visión de rescatar la obra, de darle importancia a lo que pasó, y por ahí para el resto era algo que quedaba adentro nuestro, colgadito en Spotify, y no mucho más. Martín tiene una idea un poco más expandida, de seguir dándole valor aunque se haya frenado, y resignificarlo en los tiempos actuales. Ahí fue que nació lo del vinilo; Martín dijo “está bueno para traerlo para acá”, con esa idea de que venga a la modernidad en un formato del pasado.
Rivero: Es ideal ese formato. Siempre quisimos tener un vinilo y de hecho el primer disco era como un cartoncito de vinilo, pero en CD.
Entonces arrancó con una búsqueda de consenso para reeditar el disco.
Rivero: Claro. Porque Astroboy es de los cinco y además es un trabajo.
Vaz: Es un laburo y una inversión. Martín lo trajo a la mesa de los cinco y una vez que lo puso ahí empezaron a surgir ideas. ¿Qué hacemos? Cuando lo presentemos, ¿hacemos un ágape? ¿Martín toca unas canciones acústicas? Y cuando nos quisimos acordar, queríamos estar y dijimos “vamos a tocar”.
Tuvieron la suerte de encontrar fecha.
Rivero: Acomodamos la agenda en base a las ganas de hacer eso y encontramos una fecha re linda que fue octubre del año pasado. Y esos tres shows, podrían haber sido muchos más, porque la demanda daba, pero no nuestro tiempo. Y estuvo excelente reavivar Astroboy en ese formato de celebración propia.
¿Armaron un grupo de Whatsapp para el reencuentro?
Vaz: El grupo existía hace tiempo, ni bien apareció Whatsapp, pero tenía muy poca actividad. La típica: abrías un cajón de tu casa, encontrabas algo, sacabas una foto y la mandabas. Ahí había un par de cruces, pero nada más.
Rivero: Y se volvió el canal de producción de esto. De charlar, de encontrarnos... Es bastante desafiante, porque ser una banda y tener un proyecto en el que cada uno está en una ciudad y un país distinto… Es hasta difícil de coordinar los horarios. Tenemos uno en Italia, otro en Argentina, el resto en Uruguay pero en distintas ciudades.
Más allá de la inversión, ¿en qué tuvieron que ponerse de acuerdo?
Vaz: En si agregábamos algo. Porque existía la posibilidad de que el disco no saliera tal cual era. Tuvimos que rever los créditos, un montón de cosas. Después decidir quién hacía el máster, cómo recuperábamos las pistas, porque atrás hay toda una parte técnica. El arte lo agarré yo, porque era el que lo había hecho junto con Martín.
Rivero: Las letras fueron un añadido. La canción extra, que no todo el mundo lo sabe. La edición en vinilo tiene un demo de “Mi reserva”, que fue una grabación original que hicimos en Colonia. Ya era una canción como para un disco, pero después se nos ocurrieron unos arreglos que la mejoraron, y por eso fue que la grabamos de nuevo.
¿El primer encuentro en persona fue poco antes del primer toque?
Vaz: En el estudio de [Santiago] Tavella, para ensayar el show.
Rivero: Hicimos unos encuentros en Colonia, sin Pablo, unos meses antes. Pablo vino un día antes de empezar a ensayar y al otro día nos encontramos los cinco. Estuvo buenísimo, pero raro.
Vaz: Raro. Me acuerdo de estar parados, cada uno con el instrumento, moviendo perillas, pero incómodos. Dijimos: “¿qué tocamos?”, y arrancamos por el tema uno del primer disco. Era la manera. Y a partir de ahí estuvo mejor.
Rivero: Hay algo peculiar y diferente de esto, que es tratar de ubicarte replicando lo que eras dentro del grupo hace 15 años, y eso no funciona mucho. Funciona sólo para recordar por dónde voy. Después hay que encontrar otra manera de hablarnos y entendernos.
¿Cuántos ensayos tuvieron antes de los tres toques?
Vaz: Cinco. Y los tres toques, que también contaron como ensayos. Costó, porque queríamos sonar bien y queríamos tocar el tema nuevo, que lo estrenamos ahí. Fue muy corto el tiempo. Con dos ensayitos más hubiéramos estado un poco más confiados.
¿Cómo fue subir al escenario y volver a tocar juntos?
Rivero: ¿Sabés qué fue lo más raro? Darnos un abrazo antes. Siempre lo hacíamos, poniéndonos en círculo, la típica que hacen las bandas. Para mí fue rarísimo estar replicando eso, pero también el abrazo era producto de haber estado siempre juntos. Por un lado, no tenía sentido hacerlo, pero en otro sí, por eso de “qué lindo estar juntos de nuevo”.
Vaz: Lo que se sentía raro era esa distancia de 12 o 13 años desde que habíamos tocado por última vez. Esa distancia era real.
Rivero: Todos éramos muy distintos, no de personalidades sino de experiencias. Pero creo que eso nos hace mejores porque no todos queremos lo mismo, no vamos por el mismo lugar, más allá de que nos une una idea y una estética musical.
Vaz: Antes era un único núcleo y ahora son cinco inputs. Antes estábamos tan amalgamados, era tal la comunión, que era un solo núcleo generador de cosas. Ahora hay cinco entradas distintas, que hay que hacerlas convivir, pero el funcionamiento es otro.
Rivero: Eso también está bueno en la composición musical. Ahora decidimos componer sólo en español, porque le encontramos la gracia. Lo nuevo será en español, y está increíble. Escuchar las canciones de Paco en español, las de Tuco, todo tiene más sentido para este momento.
¿Y cómo sintieron al público que los fue a ver?
Rivero: A mí lo que realmente me impresionó, que no sucedía cuando tocábamos, es que la gente coreaba las canciones. Muchas más que los hits que teníamos. Y hasta corear las partes instrumentales. Fue raro, de la nada, prender, tocar un tema y que se lo supieran y corearan los riffs. Fue tipo “esto está funcionando”.
Estuvo funcionando incluso cuando ustedes no estaban tocando.
Vaz: Fue una sorpresa, yo lo había escuchado de casos puntuales, de gente que nunca nos vio pero lo recibió porque sus padres lo ponían en la casa.
Rivero: Y mucha gente joven que no nos escuchaba, que no nos conocía, y que ahora descubrieron a Astroboy.
¿Esto no los hizo reevaluar lo que significó la banda para una generación?
Rivero: Somos conscientes de que Astroboy significó bastante para mucha gente, no sólo para nuestro círculo de amigos. Es real que fue un fenómeno de nicho o de culto, como quieras llamarle, pero que logró trascender los tres o cuatro años que estuvimos activos. Eso es impresionante. Pero no nos detenemos mucho ahí. Sí me doy cuenta, que es obvio, de que hoy en día hay mucho menos prejuicio, hasta para vestirnos. Hay leyes sociales que fueron apareciendo, un montón de cosas que tienen que ver con el paso del tiempo, y hoy hay mucha más apertura mental, musical. Mismo en las plataformas para escuchar, la gente no escucha tan sectorizado y por categoría, sino que escuchan una canción de rap, otra de rock, otra de cumbia, otra de reguetón, un trap. Todo es más variado.
Hablemos entonces de esta continuación. ¿En qué momento se empieza a gestar?
Vaz: En diciembre. Nosotros siempre llegamos tarde a todo, entonces para el show no llegamos con el tema nuevo grabado. Lo tocamos en vivo y a la semana salió. Lo grabamos a distancia, antes del show, pero con la autogestión no pudimos con todo y decidimos pausarlo. Después de que salió y que vimos que el ejercicio de hacer música a la distancia funcionó, dijimos “esto puede ser”. Nos preguntamos si podíamos hacer esto una o dos veces por año, si estábamos con ganas, y armamos una bolsa de demos en la que cada uno empezó a tirar cosas. La premisa era poner lo que quisieras.
Rivero: Entró de todo, y rescatamos como 15 temas que son de espíritu Astroboy, cien por ciento. Eso nos entusiasma pila, ver cómo suena Astroboy hoy en día. No es un capricho, el desafío es ver qué lugar tiene Astroboy, cómo suena y en quién repercute más allá de nosotros. Hay pila de potencial en esas canciones y todos contribuimos a la composición. Hay temazos, de verdad. Eso a mí me encanta.
Vaz: Cuando surgió la idea del aniversario y el vinilo, automáticamente estaba planteado hacerlo con los otros dos discos. Eso de “bueno, el año que viene vamos a tener que hacerlo con el Automática”. Esa era la idea primitiva. Pero una vez terminado el primero, surgió esa inquietud de abandonar el olor a nostalgia y mirar para adelante. Volvamos a hacerlo, pero no con esa idea primaria de ir revisitando cronológicamente, sino volver a hacerlo, con pilas para algo distinto.
Por eso este show no lo presentan como el “Automática 20 años”.
Rivero: Que comercialmente capaz era mejor, pero no nos interesaba tanto anclarnos en el pasado, al menos en este momento. Igual lo vamos a celebrar, porque vamos a tocar todas esas canciones y estamos con la idea de editarlo en vinilo, pero no queremos enmarcar el show en la fiesta de la nostalgia de Astroboy.
Para despegarse de eso imagino que las canciones nuevas ayudan.
Rivero: Es fundamental el lugar que tienen esas canciones. Ya se nota que están lindas y que funcionan.
Vaz: Son demos que están avanzando y la idea es que para esa fecha lleguen tocables.
Rivero: El año pasado tocamos temas de cada uno pos Astroboy y estuvo impresionante. La potencia que tenían esas canciones, tocadas por nosotros, las llevaba a otro nivel. Y ya mostraba un poco en qué andamos. Este año lo vamos a hacer de vuelta, porque funcionó y porque ya las sabemos, pero además vamos a tocar las nuevas, como adelanto de lo que va a ser, ojalá, un disco.
¿Sienten la presión de avanzar con ese disco?
Rivero: Hay una presión. Porque si vamos a existir como un proyecto al que la gente pueda acceder, tenés que estar. Si no, es tocar una vez por año. Tenemos la presión natural de encarar, hacer los arreglos, estudiar los temas, aprenderlos, preproducirlos, y también ensayar. Pero es una presión linda. Lo que no hacemos es decir “es un disco sí o sí”. Nos encantaría que saliera, queremos que eso exista, pero vamos viendo y regulando la ambición.
También cambió el mundo en la idea de disco. Hay artistas que van sacando canciones y no necesariamente las juntan.
Rivero: O las juntan a los dos años, porque empiezan con una, sacan cada tres o cuatro meses otra... Creo que un poco vamos a recorrer ese camino, con la finalidad de juntar una colección de canciones que sean el disco nuevo, y tratar de trabajarlas con alguien que las produzca. Todavía estamos en esa búsqueda, pero sin la presión de que tenga que salir en una fecha. Nos gustaría llegar con otra canción nueva antes del show.
¿Cuántos temas nuevos quieren tocar ese día?
Vaz: Si me preguntás a mí, cinco.
Rivero: Creo que cinco podemos tocarlos divinos, porque ya están armados.
Vaz: Los temas existen, lo que se torna un poco más cuesta arriba es lo de grabarlos, el productor, quién lo paga. Todo lo otro, la parte artística, está.
¿Piensan incorporar alguna otra cosa al espectáculo?
Rivero: Va a haber una puesta en escena diferente, con un planteo de luces y escenografía que represente el pasado y al mismo tiempo dónde queremos ir. Va a ser un show más potente que el del año pasado, que, más allá de ser recontra pensado, tuvo algo más artesanal y familiar. Esta vez estamos poniendo más atención en eso.
Vaz: Que sea un show que pueda funcionar en cualquier lado y con cualquier público.
Rivero: No importa si es porque se reunieron o no se reunieron. Que te sorprenda no sólo a nivel emocional.
Vaz: La vez pasada la emoción se llevó puesto todo. Iba por ahí.
Rivero: Tenemos muchas ganas y entusiasmo. Astroboy activa una cosa a nivel amistad y musical que están muy juntas; la música activa la amistad que tenemos. Los proyectos que tenés en común con amigos son una excusa más para seguir juntándote. Y hay una cosa buenísima, y es que el vínculo siempre estuvo, no se rompió. Eso lo relaciono con la amistad, que no importa si estás lejos, si te ves una vez por año; mientras el vínculo esté, cuando te ves es igual que antes. O mejor.
Astroboy: el regreso del niño robot. 9 de agosto en La Trastienda (Fernández Crespo 1763). Entradas a la venta en Abitab.