Bruno Stella (guitarra y voz), Diego Bustamante (bajo y voz) y Daniel Legazcue (batería y voz) tienen en común que son músicos y los dos primeros, además, comparten tareas docentes: brindan talleres en jardines de infantes y otros espacios educativos. Esas dos inclinaciones confluyeron, en 2019, en la creación de Los Róckolis, una banda dirigida, en sus palabras, “a niños y niñas de todas las edades”, cuyas composiciones buscan “transmitir valores y enseñanzas actuales a través de la música”.

“Todo nace de una charla de amigos con Diego, nos cruzamos yendo al almacén. Los dos somos músicos y talleristas de música en varios centros educativos y surgió la idea de empezar a componer canciones sobre temas específicos que las maestras nos pedían para trabajar ciertas temáticas, y a su vez los empezamos a grabar. En un momento teníamos una cantidad interesante de canciones y salimos en busca de baterista; ahí apareció Dani, que calzó justito. Al poco tiempo, debutamos en vivo en un club de niños donde trabajo y de ahí salimos a tocar donde nos llamaran, desde festivales para ollas populares, escuelas, centros CAIF, hasta en la cárcel Punta de Rieles en un festejo por el Día del Niño”, cuenta Stella a la diaria acerca de los inicios.

Ese camino que se presentaba propicio se vio interrumpido por una circunstancia ajena a su voluntad y que detendría tantas otras cosas. “Habíamos agarrado viento en la camiseta y cayó la pandemia”, continúa. “Nos propusimos seguir haciendo cosas y, si bien no podíamos tocar, aprovechamos a componer y a hacer algunos videos de las canciones. Cuando pudimos volver a tocar, salimos otra vez para todos lados y hoy en día llevamos más de 70 recitales”, relata.

Con un disco abajo del brazo

Uno de los sellos de la banda es el humor, que se adivina incluso desde la elección del nombre que juega con el rock y el brócoli, ese vegetal tan recomendado como resistido. El nombre también es explícito en cuanto a la elección de un estilo. Así lo explica Stella: “Nosotros somos una banda de rock, con los diferentes subgéneros que tiene, pero la idea es no movernos mucho de ahí. Creo que esto viene de que somos músicos de rock y además a los tres en nuestra infancia ese género nos marcó: fue un antes y un después, nos criamos en los 90 con ese resurgimiento. Eso conjuga muy bien con la energía de la infancia, que es muy efusiva y alborotada. Martín Buscaglia dice que ‘tocar rock es tocar música para niños’. Lo que buscamos transmitir es lo que somos; no nos queremos poner moralistas ni transmitir valores en los que no creemos. De hecho, no somos muy personajes: mantenemos esa identidad de banda de rock de amigos adaptando ese lenguaje para los peques”.

En el camino recorrido, el año pasado grabaron su primer disco, Suenan así, que está disponible en Youtube y en Spotify, que tuvo una buena recepción y que, por supuesto, formará parte del repertorio de la tarde sabatina, en la que no faltarán canciones como “Suena así”, “Rocke, el dragón rockero”, “La primavera”, “Los piratas” y “Para hacer”. “Este show va a tener algunos personajes nuevos, que aparecen en proyecciones de audiovisuales. Vamos a recorrer el repertorio que venimos tocando y vamos a estrenar algún tema nuevo, la esencia del show es la celebración de estos cinco añitos de rock y por muchos más que vendrán”, adelanta Stella.

La infancia en el centro

Prometen que el espectáculo será “una experiencia divertida para toda la familia, ideal para disfrutar junto a mamás, papás, abuelas y abuelos”, y su trabajo pone el foco en los más chicos. Además, sostiene Stella, “trabajar en centros educativos enriquece un montón la parte compositiva y se retroalimenta de una manera increíble: podemos ver qué tema les divierte, qué cosas les preocupan, etcétera. Y los temas salen con sello de aprobación de los propios gurises: es el filtro ideal”.

Hacer música para la infancia, afirma, “es un trabajo que demanda mucha energía y mucha atención a lo que está sucediendo, te obliga a estar en el momento presente, algo que a veces nos cuesta mucho a los adultos. Por otro lado, es un público realmente exigente y sincero: si la cosa no gusta, se dan vuelta y se van sin ningún problema”.