Hija de una profesora de arte escénico de Rosario, Santa Fe, Renata Moreno estudió actuación desde muy chica. Un día y sin aviso, a raíz de problemas de su padre, ella, su madre y sus hermanos perdieron la casa. La familia se desmembró físicamente: cada uno viviendo en un lugar diferente, con actividades diversas.

Renata estudió teatro a nivel terciario, y cuando llegó la hora de recibirse le negaron el título debido a un error en su partida de nacimiento. No solemos leer con atención las partidas de nacimiento. Tal vez la sacamos diez veces para distintos trámites y nunca notamos (tampoco las instituciones que las han solicitado) que fuimos inscriptos a una hora errada y con un sexo equivocado.

La mujer que se autopercibía como tal en tiempos en que eso no era considerado fue al Registro Civil y corrigió el error. Pero como era artista, la historia no quedó allí. Porque la realidad siempre supera al arte, pero también lo inspira.

“Mi partida de nacimiento era el colmo, y yo necesitaba hacer algo con eso. Lo más cerca que tenía era hacer una obra de teatro”, nos contaba la actriz. ¿Es Partida la de su casa, la partida de nacimiento o el punto de partida para una historia destinada a perder la casa en cada función pero voluntariamente?

Desde 2018, Partida es un biodrama que se representa en casas particulares: esas que nadie perdió y donde el público, dirección en mano, toca timbre buscando una aventura. Desde el 20 de enero y hasta febrero se viene representando en nuestro país con el mismo éxito y fue declarada de interés ministerial por el Ministerio de Educación y Cultura de Uruguay.

Foto del artículo 'Partida, el testimonio de una búsqueda que nace a partir de un error'

“Busqué los relatos que hay dentro de mi familia con respecto a mi nacimiento. Me obsesioné. Fui a fondo y, una vez que estuve adentro de todo, las asociaciones con diferentes temas empezaron a surgir”, cuenta Renata, quien desde el principio quiso que la obra tuviera “su propio movimiento, su ánimo y su espíritu fresco, ¡que pudiera bordear la risa y la emoción! El propio relato se transformó. Eso es maravilloso. El teatro me hizo ver otras aristas de la propia historia, mirarla con otros ojos, darla vuelta, moverla, compartirla, escuchar también los relatos de la audiencia. Hay algo común en estas historias: algo sensible y vulnerable”.

La obra, dijimos, parte de una no-casa y se hace en casas de familia. “El público ingresa a un espacio íntimo donde hay fotos, muebles, olores y sonidos propios de una casa”, nos cuenta la artista. “La gente busca la numeración, toca un timbre, se sienta en un sillón; es como cambiar el paradigma. Lo público y lo privado se encuentran de manera muy fuerte. Los roles mutan y se mezclan, y el límite entre un teatro y una casa se transforma en neblina”, y entonces “¡todo puede pasar! Una vez en una casa, en mitad de la obra, se cortó la luz del edificio. Tuvimos que frenar y ver qué había pasado. En otra casa había una niña de tres años en el público; al final de la obra yo pido a la audiencia si alguien quiere bailar conmigo y la nena saltó del sillón ¡y me sacó a bailar!”.

La actriz hace de sí misma, pero es a la vez un personaje. Sale a escena a plantear preguntas, pero también a tentar respuestas y revolver entre las preguntas y las respuestas de las familias ajenas.

Antes de empezar, Renata da las gracias a los dueños de la casa donde se está haciendo la obra. Extrañamente, lo crea el público o no, la actriz ahora anfitriona les dice que si alguno quiere que hagan una función en su casa, sólo tienen que contactarlos. Un día, en Uruguay, la obra se hizo en la casa de Patricia Mallarini (quien se incorporó a la producción del lado uruguayo), y era el día del cumpleaños de Renata. Cuando terminó la función, la gente, que a esa altura había conocido todo sobre su partida de nacimiento, se puso a cantarle el feliz cumpleaños. Y es que, como dice su autora, “el teatro tiene eso de especial: no se sabe cuándo lo que ocurre es verdad y cuándo es mentira”.

Foto: difusión.

Foto: difusión.

Más de 7.000 personas ya han visto Partida: el testimonio de una búsqueda que despliega una catarata de asociaciones que tratan de acercarse a alguna verdad, aunque sea momentánea. ¿Qué papel juegan el azar, la numerología, el miedo, el amor y el error en nuestras vidas? Para averiguarlo, la cita es clara: Partida se presentará en Montevideo, con dirección de Gonzalo San Millán, el jueves 30 y viernes 31 de enero a las 21.30 en la sala Atahualpa del teatro El Galpón (18 de Julio 1618). Más tarde, en el centro cultural Kavlin de Punta del Este, el 5 de febrero, y, quién sabe, en la casa de alguno de ustedes…

Cuando le preguntamos a Renata Moreno en qué proyecto se zambulliría luego, no pensamos que su respuesta fuera tan literal: “Mi próximo proyecto es una obra de teatro documental con mi mamá y mi hermana en escena, sobre el terror que mi mamá le tiene al agua producto de una situación que vivió en su infancia, en contraste con el nado profesional que practica mi hermana. La idea es hacerla en una pileta de natación con el público alrededor. ¡Veremos cómo avanza!”.

Partida. Dirección de Gonzalo San Millán. Jueves 30 y viernes 31 de enero, 21.30, en la sala Atahualpa del teatro El Galpón. Entradas a $ 600 en Redtickets. 2x1 para suscriptores de la diaria.