El miércoles 19 de noviembre la Dirección Nacional de Cultura del Ministerio de Educación y Cultura realizará una nueva entrega de la Medalla Delmira Agustini, distinción honorífica destinada “a ciudadanos naturales o legales, así como a personalidades extranjeras que hayan contribuido, de modo excepcional, con la cultura y las artes en sus diversas modalidades”.

La ceremonia de homenaje será en la casaquinta de Luis Alberto de Herrera a partir de las 18.00, y los reconocimientos serán para Laura Canoura, Stella Elizaga, Rubén Olivera, Tatiana Oroño, Isabel Chabela Ramírez, Alicia Torres, Nancy Urrutia y la compañía Títeres Cachiporra.

La cantante Laura Canoura (Montevideo, 1957), también compositora, actriz, productora y docente, es descrita por la comunicación oficial como “una de las voces fundamentales de la música popular uruguaya” y enfatiza que fue pionera entre las mujeres de su generación y promovió la visibilización femenina en un medio artístico dominado por hombres.

“Me siento identificada con ese bicho que recorre 5.000 kilómetros de a muchas para encontrar su lugar en el mundo; tiene claro su sino, la evolución le fue dando condiciones para hacer ese camino y llegar”, dijo en marzo a la diaria a propósito de su álbum La mariposa monarca.

Stella Elizaga (Montevideo, 1960) es directora general de Fundación Itaú, desde donde impulsó la creación y consolidación de la formación en gestión cultural. Es licenciada en Historia del Arte con especialización en Arte Contemporáneo, y ha acompañado el desarrollo de numerosos artistas y proyectos culturales y socioculturales, con énfasis en la promoción de figuras emergentes.

El músico, compositor y docente Rubén Olivera (Montevideo, 1954) es coautor, junto a Mauricio Ubal, de la emblemática canción “A redoblar”. Desarrolló una labor sostenida como investigador y difusor del acervo musical del país, y “encarna la síntesis entre la creación y la preservación del patrimonio musical uruguayo”. También fue cofundador del Taller Uruguayo de Música Popular (TUMP) en 1983. “Es un lugar que sigue siendo importante, dentro de esa matriz en la que no sólo se trata de construir y producir música, sino también de generar instancias de reflexión sobre la identidad cultural. De ahí salieron movidas tan importantes como la Murga Joven, los cancioneros y todo un desarrollo de una pedagogía para la educación infantil”, contó a la diaria en setiembre.

Tatiana Oroño (San José de Mayo, 1947), poeta, profesora de Literatura, crítica literaria y de arte, y curadora, es “una de las voces más destacadas de la literatura uruguaya”, es académica de la Academia Nacional de Letras y ha contribuido a visibilizar la escritura de las mujeres y fortalecer el campo literario nacional.

Isabel Chabela Ramírez (Montevideo, 1958) se define como “artivista”, por su rol de artista y activista social. Referente de la cultura afrodescendiente, es cantante, compositora, escritora y poeta. Es fundadora y directora de Afrogama, colectivo de trabajadoras de la cultura afro. “Ha construido una obra que integra arte, tradición y creación colectiva con impacto a nivel nacional e internacional”, destaca la comunicación oficial.

Sobre su experiencia en Carnaval y las comparsas que participan del concurso oficial, dijo a la diaria en 2020: “Según el reglamento, tenemos que hacer letras y músicas que no hayan sido registradas, coreografía, tener un tema importante que a la gente le interese, porque si no, algunos se dan el lujo de decir que la comparsa es aburrida. ¿Sabés por qué? Porque cuando nosotros hablamos de nuestras cosas de negros y afrodescendientes, a la gente le toca, le duele, y se va a comer un chorizo o un pancho porque no quiere escuchar”.

La crítica e investigadora literaria Alicia Torres (Montevideo, 1952) es egresada del IPA y magíster en Ciencias Humanas, es socia fundadora de la Asociación de Profesores de Literatura del Uruguay. “Su trabajo ha contribuido de forma constante al estudio y la difusión de la literatura uruguaya”, destacan desde el MEC.

La fotógrafa Nancy Urrutia (Montevideo, 1950) fue pionera del fotoperiodismo en nuestro país, con una obra que combina el compromiso político, la sensibilidad poética y la mirada feminista. Lleva décadas registrando luchas sociales y democráticas, interpelando la historia además de documentarla. “Su obra es un archivo imprescindible para pensar la relación entre fotografía, género y memoria en el Uruguay contemporáneo”, señalan desde el ministerio.

En febrero, en conversación con la diaria a propósito de la edición del libro Pionera, dijo que hace poco tiempo y conversando con su psicóloga entendió que era feminista: “No lo admitía en ese momento, pero estaba involucrada. Los mismos reclamos que tenían otras compañeras, otras mujeres, los tenía yo también. Eso me hacía sentir muy a la par de ellas, aunque no me daba cuenta”.

La compañía Títeres Cachiporra fue fundada por Ausonia Conde y Javier Peraza en 1973 y consiguió operar a lo largo de la dictadura. “Siempre tuvimos claro que la reflexión frente a una idea que se plantea artísticamente es buena, en la medida en que permite generar diálogo. En ese momento significaba decir cosas que no podías decir de otra manera, y el títere era extremadamente adecuado porque es bastante intocable en ese sentido, y como la herramienta fundamental es el humor, permitía muchas cosas”, dijo Peraza a la diaria cuando el grupo celebró sus cinco décadas, en las que han creado espectáculos para todos los públicos con técnicas de manipulación, teatro de sombras y escultura escénica.