Este jueves y viernes el salón de actos de la Facultad de Arquitectura, Diseño y Urbanismo (Fadu) se transformará en sala de cine, porque allí tendrá lugar la séptima edición del Fadu Film Festival (FFF), una muestra que reúne los cortometrajes de ficción realizados por los estudiantes del curso Producción Audiovisual Cinética II, de la Licenciatura en Diseño de Comunicación Visual. Más que una simple proyección, el festival es el paso final de un largo recorrido anual, un verdadero laboratorio de aprendizaje audiovisual, en el que la formación académica se topa con las demandas reales de la producción y la realización. Organizado y coproducido por estudiantes y docentes, el FFF exhibe piezas que surgen íntegramente dentro del ámbito curricular, desde la concepción del guion literario hasta la producción y el montaje final.

La metodología de la Cátedra de Producción Audiovisual Cinética (PAC) exige a quienes participan a circular por todos los oficios propios del cine: escribir el guion, planificar el rodaje, manejar cámara y sonido, dirigir la actuación, abordar la posproducción y diseñar la comunicación del producto. Ese circuito completo transforma al trabajo de aula en una experiencia que apunta a la profesionalización y al trabajo real en territorio. Todo el proceso tiene una clara dimensión formativa, ya que los estudiantes experimentan la toma de decisiones propias del ámbito profesional: negociar tiempos y recursos, resolver problemas técnicos de rodaje, adaptar un relato a los límites de tiempo y presupuesto, además de cuidar la coherencia estética y narrativa en el montaje.

Fabrizio Roberto y Virginia Cavallaro, integrantes del equipo docente, enfatizan que el proceso –más que el producto final– es clave en la formación. El desafío de llevar una idea desde el papel hasta la pantalla obliga a los estudiantes a confrontar limitaciones reales y a resolverlas creativamente. A su vez, la experiencia de coproducción con docentes, en modalidad de taller, facilita el aprendizaje situado: la tutoría se combina con la responsabilidad práctica y los errores de rodaje o montaje se transforman en oportunidades didácticas que se discuten y se corrigen en tiempo real.

Paralelamente, el cruce entre producción creativa y gestión cultural potencia competencias transversales esenciales para el campo profesional contemporáneo: trabajo en equipo, planificación y gestión de proyectos. Pero no todo se realiza a puertas cerradas, porque el recorrido culmina con una exhibición abierta, en la que los cortometrajes se encuentran con espectadores reales –compañeros, docentes, familiares y la comunidad universitaria–, y ese contacto ofrece un ida y vuelta fundamental: comentarios, preguntas y lecturas que amplían la experiencia y enriquecen la formación.

En esta edición –con motivo del centenario de la publicación de Fulano de tal, el primer libro de Felisberto Hernández– todas las piezas estarán inspiradas en cuentos del autor uruguayo, que también estuvo vinculado a la actividad cinematográfica, pues en su juventud se dedicó a ser pianista acompañante en los cines, para generar el fondo musical de las películas mudas que se proyectaban en las salas de Montevideo.

Roberto cree que la figura polifacética de Felisberto es un terreno fértil para la adaptación audiovisual: “Por diferentes aspectos de su vida –pianista itinerante, escritor y compositor–, es un autor increíblemente desafiante; sus relatos exploran obsesiones y estados mentales de forma peculiar y a menudo inquietante, con una sensibilidad única hacia el detalle psicológico y las atmósferas narrativas”, y agrega que en la adaptación audiovisual de sus textos “hay una exigencia de respetar atmósferas y obsesiones internas del autor, lo que empuja a los equipos de trabajo a tomar decisiones formales arriesgadas”.

Por su parte, Cavallaro señala que les interesó mostrar desde el audiovisual los mundos internos de los cuentos del autor de El cocodrilo: “Muchos de sus textos lograron reflejarse en cortometrajes, que negocian entre la adaptación y el ser fiel a lo escrito. Felisberto sigue cuestionando nuestras prácticas diarias y revelando los estados psicológicos de sus personajes”.

No es la primera vez que el FFF se inspira en escritores nacionales. En la edición de 2019 los cortometrajes estuvieron basados en la obra de Horacio Quiroga. En 2022, con motivo de los 100 años del estreno de Nosferatu, vampiros (reales y simbólicos) tomaron la pantalla del FFF. También se ha dedicado el festival a temáticas como el juego y el juguete (2024) y las vejeces (2023, en coordinación con la Facultad de Psicología, Udelar).

En cuanto a los trabajos presentados, los docentes señalan que el abanico suele ser amplio, porque el curso propone abordar la ficción desde perspectivas variadas. El carácter curricular de los cortometrajes permite que aflore una singular mezcla de riesgo y aprendizaje: hay proyectos que apuestan por historias íntimas; otros que exploran la fragmentación narrativa o el uso de la imagen y el sonido como vectores más expresivos y experimentales.

Esa diversidad es, para el equipo docente, una señal del éxito pedagógico: el objetivo no es homogeneizar estilos, sino brindar herramientas técnicas y conceptuales para que cada propuesta encuentre su propia voz y sus canales de realización. En palabras de Cavallaro: “Algunos trabajos se guiaron cuidadosamente con planes de rodaje que demuestran acuerdos entre lo que vemos y lo que oímos en el cortometraje, logrando captar las atmósferas de los cuentos implicados en esos proyectos audiovisuales. Esto también atiende a lo no visto o a los silencios, porque nos sumergen en la verosimilitud de cada corto”. Roberto admite que el FFF y la creatividad de los estudiantes los sorprenden cada año, porque los alumnos deben enfrentarse y resolver desafíos técnicos con mínimos recursos: “Más del 90% de los cortometrajes se logran usando dos o tres teléfonos celulares”.

Esta séptima edición del FFF reitera una apuesta clara de la enseñanza universitaria: diseñar un espacio en el que la formación se articule con la práctica real del oficio, en este caso en el terreno audiovisual. Los 32 cortometrajes que se proyectarán en esta edición invitan a compartir el resultado de un año de trabajo intenso y a mirar de cerca cómo la formación universitaria se vuelve práctica viva en la pantalla.

Fadu Film Festival. Jueves 4 y viernes 5 de diciembre desde las 19.30 en el salón de actos de la Facultad de Arquitectura, Diseño y Urbanismo de la Udelar (Bulevar Artigas y Bulevar España). Entrada gratuita. Ediciones anteriores en https://ladiaria.com.uy/Uu0.