Por cuarto año consecutivo se desarrolló el festival musical Canelones Suena Bien, que permitió a más de 70.000 personas disfrutar en forma gratuita de dos días de espectáculos de nivel internacional, dando espacio a artistas del territorio canario.
Canelones Suena Bien se realizó en Atlántida, el 30 de enero con los espectáculos musicales de Oriah, El Gato Ponce y Divididos, y el 1 de febrero con Costeros Crew, Mesita y Nicki Nicole, artistas que atrajeron fans de las más diversas edades y puntos del Uruguay y Argentina.
Cuando la aplanadora del rock tocaba la legendaria “Rubia Tarada”, de Luca Prodan, se escuchó al público cantar a capela: “¡Esto sí que es Canelones!”, dejando al cantante de Divididos con una inmensa sonrisa en su rostro. Quizás esa haya sido la frase más representativa de estos dos días de festival musical que ofreció cultura de forma gratuita. Mollo vestía una remera de la banda canaria El Gato Ponce, expresando así su comunión con la propuesta de la Dirección de Cultura que busca dar visibilidad a artistas locales en un escenario gigante con estrellas de la movida musical actual.
Hace años que Canelones propone fiestas masivas de entrada libre, como la Fiesta de la Chacra, la Fiesta de la Uva y el Vino o esta propuesta veraniega que, desde hace cuatro años, se realiza en las zonas costeras del departamento con una afluencia cada vez mayor, posicionándose así como el evento más importante del verano uruguayo. Además de la infraestructura que requiere un evento de este tipo, la organización funcionó como una flor en donde cada pétalo se abrió: hubo Punto Violeta de la Dirección de Género, Móvil Canelones Salud (proyecto de ómnibus que ofrece a la población distintos tipos de análisis para prevención de enfermedades), una feria de emprendimientos locales organizada por Desarrollo Económico y contenedores de residuos clasificados de la Dirección de Gestión Ambiental.
Hubo también un fuerte dispositivo de seguridad coordinado con el Ministerio del Interior y el Ministerio de Defensa; las fuerzas de seguridad estaban presentes, pero casi no se veían. Sólo alguna vez se pudo ver a un bombero llevando en su hombro a un joven a un punto de hidratación, o a un agente de prefectura abriendo paso entre la multitud para atender a alguien que sufría mucho calor. No fueron fuerzas invasivas y no hubo incidentes: la sociedad civil pudo vivir su fiesta sin presencia de fuerzas represivas.
El sábado primero de febrero, día dedicado al arte musical urbano, fue una fiesta para las nuevas generaciones. Si bien el festival tuvo como principal característica la participación intergeneracional, las infancias y adolescencias vibraron al ritmo base del pop urbano, el rap, el reggaetón de Nicki Nicole y el trap de Mesita, artista originario de Solymar, quien actualmente es el segundo artista uruguayo más escuchado en Spotify.
La generación de cristal no pareció ser nada frágil: esperaron la apertura de puertas desde temprano y, cuando fueron abiertas, corrieron entusiasmados como todas las generaciones anteriores, como si fueran a recibir a los Beatles, Patti Smith, los Redondos o Madonna. De hecho, las botas blancas con taco cuadrado de Nicki Nicole, junto con su mirada entre angelical y traviesa, a quienes tenemos algunos años más nos recordaron a la reina del pop, que hace añares presentaba “Like a Virgin”. “Mi mamá me dio la vida, vos las ganas de vivir”, se leía en un cartel del público, que la misma cantante rosarina leyó y compartió emocionada con el público.
Nicki tuvo un manejo de las masas impresionante y, desde que subió al escenario, planteó un código de cuidado muy maduro. Después de la primera canción dijo: “Si alguien se siente mal, prenda la linterna de su teléfono y hasta que no se solucione, no seguiré el show. Este es un espacio de disfrute y nos cuidamos entre todos”. Varias veces paró el show por algunos segundos; las respuestas de emergencias fueron rapidísimas y no hubo ningún problema grave en una noche de mucho calor.
Desde la entrada, luego de pasar por el área de plaza de comidas y la feria de emprendimientos locales, se veían personas mayores en sus sillas playeras mirando el panorama (el movimiento de tantas nuevas generaciones fue un espectáculo en sí mismo), así como a jóvenes escolares y liceales buscando llegar lo más posible al área del escenario. Entre la juventud entusiasta se encontraba la hija del futuro presidente Yamandú Orsi, quien la acompañó en el evento, saludando y apoyando al equipo de trabajo del que fue parte hasta hace menos de un año. Fue con Orsi que comenzó el proyecto Canelones Suena Bien, cuya intención es celebrar la música y la unión cultural. Gustavo Barriel, Director de Producción Cultural y Eventos de la Intendencia de Canelones, explicó a la diaria que la intención del festival es la apuesta por la pública felicidad, darle a la gente la posibilidad de disfrutar, en igualdad de condiciones, en espacios seguros, con el objetivo de democratizar la cultura.
Más de 600 personas trabajaron en el evento, cuyo montaje había comenzado el 15 de enero y por estos días continúan desarmando el imponente escenario en el predio de la manzana cero de Atlántida. Para el balneario canario, el Festival fue un éxito turístico, con todos los hoteles llenos y los servicios completos, cumpliéndose así uno de los objetivos principales del gobierno de Canelones: estimular y alargar la temporada, dando así un empujón económico a los últimos días de enero.
El festival, una bomba musical a la luz de la luna creciente y a orillas del mar, es también el resultado de redes que teje la Comuna con la población durante todo el año, desde hace veinte años. Artistas como Costeros Crew forman parte de programas culturales de la Intendencia, mientras que emprendedoras que participan de programas de incentivo durante todo el año estuvieron ofreciendo sus productos. Es el caso de Livre Moda Natural, un emprendimiento textil de El Pinar que ofrece prendas de vestir realizadas con fibras naturales teñidas con pigmentos de plantas de la zona, dando así memoria e identidad a una cultura departamental que cada día está más fortalecida, que cada día suena mejor.
Al terminar el concierto de Divididos, Mollo se acercó al público e hizo su tradicional entrega de púas, las cuales tienen grabado un código QR que lleva a la filmación del momento mismo de esa entrega, una perla más que demuestra el nivel profesional de una producción que sólo dejó al azar las ganas de bailar.
Un repaso a las temporadas anteriores
La primera edición de Canelones Suena Bien se llevó a cabo en 2022 en tres espacios: Buitres, Lu Ferreira y DJ Sanata estuviero en Costa Azul; Matías Valdez, Anita Valiente, Ruben Rada, La Triple Nelson y Camila Sapin se presentaron en Parque del Plata; y Jaime Roos, Julieta Rada, Trueno, Peque 77 y Clipper lo hicieron en Atlántida. Para 2023 la fiesta se trasladó al Parque Roosevelt, donde actuaron La Vela Puerca, Trotsky Vengarán, Maia Castro, Knak, Lucía Severino, Nameless y Larbanois & Carrero. La más reciente edición, llevada a cabo en 2024, se realizó en Atlántida con las participaciones de Jorge Drexler, No Te Va Gustar, Luana, Ana Prada, Chacho Ramos y Luana Méndez.