Gene Hackman, actor de Contacto en Francia y Los imperdonables, entre decenas de obras recordadas por los espectadores de todo el mundo, murió este miércoles en Santa Fe, Nuevo México, según confirmó el comisario local a los medios a través de un comunicado. “Podemos confirmar que tanto Gene Hackman como su esposa fueron encontrados sin vida en la tarde del miércoles en su residencia de Sunset Trail”, decía el texto oficial.

“La investigación está en curso, pero por el momento no creemos que se haya cometido un delito”, agregaron. La Policía se hizo presente en el domicilio del actor a las 13.45 del miércoles (hora local) como respuesta a un pedido de verificación del estado de sus ocupantes por parte de los vecinos. Allí hallaron los cuerpos de Hackman, de 95 años, y de Betsy Arakawa, su esposa, de 64 años. La información indica que el perro de la pareja también había fallecido.

Hackman se había divorciado de su primera esposa, Faye Maltese, en 1986. Luego conoció a Arakawa, una pianista clásica que por entonces trabajaba en un gimnasio, y a fines de los 80 se mudaron a Santa Fe. En 1991 se casaron. El actor, ganador del Oscar por las películas mencionadas al comienzo, llevaba dos décadas retirado y desde entonces prácticamente no daba entrevistas a los medios. Arakawa era igual de reservada y no tenía presencia en las redes sociales.

Su carrera

Eugene Alder Hackman había nacido el 30 de enero de 1930 en San Bernardino, California. Cuando tenía 16 años mintió su edad para poder anotarse en la Marina, y trabajó durante cuatro años como operador de radio en sitios tan lejanos como China y Japón. Estudió periodismo y producción televisiva, hasta que volvió a California para intentar convertirse en actor. Fue a clases junto a Dustin Hoffman y ambos partieron hacia Nueva York en 1956.

En 1958 consiguió su primer papel en una producción del off Broadway y poco después llegarían sus primeros trabajos en el cine. Su actuación en Lilith (1964) llevó a que le dieran el papel de Buck Barrow en Bonnie y Clyde (1967), por el que recibiría su primera nominación al Oscar, en la categoría Actor de reparto. La segunda llegaría gracias a su rol en Mi padre, un extraño (1970).

El reconocimiento entre sus pares finalmente llegaría al ser protagonista de Contacto en Francia (1971), película que le valió el Oscar por su papel del detective Jimmy Popeye Doyle. “La gente en la calle todavía me llama Popeye. Ojalá hubiera tenido otro éxito y un apodo nuevo”, dijo años después del estreno de esa película.

Claro que Hackman no estaba siendo honesto con su propia carrera, que incluyó a uno de los villanos más famosos del mundo de las historietas: Lex Luthor, a quien interpretó en Superman (1978), Superman II (1980) y la malograda Superman IV: en busca de la paz (1987). Un año después encabezaría Mississippi en llamas, película por la que volvió a estar nominado en la categoría de actuación protagónica.

Otro de sus roles más recordados, también reconocido por la Academia, fue el del sheriff Bill Daggett en Los imperdonables (1992), dirigida por Clint Eastwood. El director recordó en 2009 que Hackman se negó a participar después de leer el guion, ya que no quería hacer otra película violenta. “Estoy cansado, ya fui parte de muchas de ellas”, le dijo. Eastwood respondió: “Sé exactamente a lo que te referís. Leelo de nuevo, porque creo que podemos hacer una gran declaración contra la violencia y el asesinato si lo hacemos bien”.

Más allá de los papeles rudos, en varias ocasiones demostró su capacidad para la comedia, empezando por algunos momentos de su ridículo Luthor, obsesionado con hundir parte de Estados Unidos para vender terrenos frente al mar. En 1974 había sido el ermitaño ciego en El joven Frankenstein de Mel Brooks, estuvo en El nombre del juego (1995), y fue el senador conservador Kevin Keeley en la remake estadounidense de La jaula de las locas (1996). También estuvo a las órdenes de Wes Anderson para ser Royal Tenenbaum, el patriarca de una familia de genios disfuncionales en Los excéntricos Tenembaum (2001).

La despedida

“La pérdida de un gran artista siempre es motivo tanto de duelo como de celebración: Gene Hackman fue un gran actor, inspirador y magnífico en su trabajo y su complejidad. Lamento la pérdida, y celebro su existencia y su contribución”, escribió en Instagram Francis Ford Coppola, quien lo dirigió en La conversación (1974).