El sábado, en la noche despejada y fresca del estadio Centenario, se mezclan el murmullo de la tribuna Olímpica y las plateas colmadas con el pregón de los vendedores ambulantes. Los técnicos de escena dejan a punto los instrumentos. El iluminador prueba una luz cenital. Fotógrafos ajustan los lentes. El público sigue llegando sonriente, expectante e ilusionado y se acomoda en sus asientos.

De pronto, se ve pasar por la entrada izquierda del escenario el sombrero claro de Joaquín Sabina: el espectáculo está por comenzar.

El show abre con la proyección del videoclip oficial del tema “Un último vals”, protagonizado por artistas que han formado parte de la vida de Sabina, como Serrat, Ricardo Darín, Calamaro, Jorge Drexler, Ariel Rot, entre otros, y el público los aplaude con cariño y reconocimiento a medida que van apareciendo.

Foto del artículo 'Sabina en Montevideo: “Superviviente, sí, maldita sea”'

Foto: Alessandro Maradei

A las 21.15 se apagan las luces del estadio e ingresa al escenario la banda que acompaña al cantante andaluz en esta gira Hola y adiós, anunciada como la última de su carrera.

De traje y sombrero, Sabina camina despacio con sus piernas flacas hacia el centro del escenario, se acomoda en su banqueta y comienza a cantar “Lágrimas de mármol” con su voz ajada y ronca, siempre tan reconocible a pesar del paso del tiempo. En el remate final de la batería, da las buenas noches a Montevideo, agradecido y emocionado.

Destaca su admiración y amistad con artistas y poetas uruguayos de todos los tiempos como Zitarrosa, Galeano, Benedetti, Onetti, Vilariño, Vitale y Drexler, y subraya la figura de José Pepe Mujica, a quien define como “el presidente más importante que ha tenido nunca Latinoamérica” y se precia de su amistad.

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Foto: Alessandro Maradei

Con una infraestructura escénica excelente, proyecciones visuales de alto nivel y calidad durante todo el recital y un repertorio de más de 20 temas que atravesó buena parte de su discografía, el espectáculo fue una confirmación del cariño recíproco entre el artista y el público uruguayo y la importancia de un conjunto de canciones que han calado hondo en varias generaciones.

Temas como “Calle Melancolía”, “Quién me ha robado el mes de abril” y “Más de cien mentiras” hacen cantar y bailar al público. Sabina recuerda a su amiga Chavela Vargas antes de interpretar “Por el bulevar de los sueños rotos” y es con “Y sin embargo”, cantada a dúo con Mara Barros, que el aire se llena de tantos recuerdos de historias de amor como personas hay en el estadio.

El público lo ovaciona durante la interpretación de “Contigo”, cuando Sabina cambia los versos de la canción y menciona al barrio de Pocitos y a una “charrúa de ojos tristes”.

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Foto: Alessandro Maradei

“Pacto entre caballeros” y “La canción más hermosa del mundo” fueron versionados por músicos de la banda mientras Sabina se ausenta de la escena para cambiar de vestuario y regresar para dar cierre al concierto.

Sus palabras finales, previas al último tema, “Princesa”, interpretada con un estilo rockero que hizo levantar a toda la audiencia, fueron de agradecimiento con el público y con la ciudad de Montevideo a quienes, dijo, “no va a olvidar nunca”.

En este concierto de despedida de su gira Hola y adiós, Sabina cumplió: conmovió a miles de personas con canciones que están profundamente arraigadas en el sentir popular. Nos sobran los motivos para ilusionarnos con que este adiós maquille un hasta luego...