La Musicasión 4 sucedió en noviembre de 1969 y fue la última de las muy célebres ocasiones en las que figuras emblemáticas de la cultura uruguaya como Ruben Rada, Diane Denoir, Cheché Santos, Nelly Pacheco y Pepe Vázquez, entre otros, decidieron reunirse en el teatro El Galpón sin otra razón que la de despuntar y combinar sus vicios artísticos, sus pelos largos, sus psicodelias, sus religiones y sus ropas floreadas (o muy oscuras). Hippismo y contracultura.

“Hace ya muchos soles, tantos que no recuerdo si en aquella época era verde o lila (el sol, claro), nos encontramos con Mateo a la vuelta de un acorde y allí comenzó a nacer Musicasión”, dejaba escrito Horacio Corto Buscaglia en un texto incluido en la contratapa del vinilo Musicasión 4 ½ (De la Planta, 1971). Allí daba cuenta del inicio mismo de la aventura y del germen de la elaboración colectiva organizada por los dos autores de “Príncipe azul”.

Décadas después, Urbano Moraes estaba en Brasil cuando la vieja idea, tras dar muchas vueltas en su cabeza, triunfó ante las dudas y mutó en el impulso de agarrar un teléfono y empezar a llamar gente para decirle lo que iba a ocurrir. “Por mucho tiempo no me animaba ni a contar la idea, a nadie. Tenía eso de pensar quién era yo o qué me creía para empezar algo así. Después empecé a contar algo hasta que decidí tirarme a la gente. Los más cercanos me decían: ‘¿Si no la armás vos, ¿quién la va a hacer?’. A la mayoría de los convocados los tenía agendados”, cuenta el músico, compositor y cantante uruguayo sobre el trámite que habilitó una repentina e inesperada Musicasión 6.

“Creo que al primero que llamé fue a Martín Buscaglia. La llamada arrancaba con: ‘Che, fulano, ¿todo bien?’ Pero después había una parte más brava, porque de repente no todo el mundo conoce las musicasiones, obviamente. Hay gente que sintió hablar o capaz que ni siquiera leyó o escuchó el disco Musicasión 4 ½ Lo que te puedo decir es que todos me dijeron que querían participar, sin dudarlo”, asegura el mítico bajista de El Kinto.

Con la perspectiva de su carrera y su obra, su ambiciosa ocurrencia es perfectamente posible. Acostumbrado a las decisiones fuera de la norma, como la de sacar un álbum cada mil años, o desaparecer del mapa y volver al ruedo con varios proyectos a la vez (entre ellos un disco doble y un libro autobiográfico en los que trabaja ahora mismo), o la de animarse a probar el autotune en el notable EP que grabó con su joven colega Felipe Fuentes, editado de forma independiente en 2023. Urbano Moraes mantiene un respeto extremo por la música de compañeros de generación, en detrimento explícito de su propio talento, pero otras pistas de su carácter se encuentran en las canciones de sus discos solistas. Se puede ir directo a “Vuela más alto”, con un recitado del Corto Buscaglia.

Mismo sentido, otra época

“Después de 55 años, tratar de hacer una nueva musicasión con la generación nueva es todo un desafío”, reconoce. “El espíritu es el mismo, pero con artistas nuevos y como una forma de unificar a la gente y a las artes; yo qué sé, algo así”, responde sobre las razones detrás del emprendimiento, habituado a alejarse de las ideas demasiado cerradas.

“Lo que pasa es que yo creo que tenemos un problema, como yo lo veo, que soy de otra generación. Nosotros nos juntábamos mucho y la música era realmente parte de nuestra vida”, continúa. “Éramos músicos, hermanos, amigos. Lo que sucede es que la cosa cambió bastante, porque ahora todo el mundo tiene muchos laburos. Los músicos, por ejemplo, tienen que repartirse sus horas por varios lados para bancarse, y este es un país muy caro, es el país más caro del mundo, vivir acá es un disparate y se entiende que haya que andar corriendo de un lado para el otro. Coordinar un ensayo de una banda es una locura. Pasan los años y es cada vez peor”.

“Por eso este proyecto arranca como una cosa muy personal: me gustaría encontrarme mucho más con la gente, con los amigos, con la gente que yo quiero, relacionarme, hablar de la vida, porque para mí la música es eso. Yo me crie viendo eso de niño. Para los músicos grandes, la música estaba totalmente metida dentro de sus vidas. Cuando terminaban una actuación se iban a otro lado a cocinar y discutir y pasar juntos. Lo que buscamos con esta nueva musicasión es la unión entre los músicos y los artistas, y la diversidad de diferentes estilos y generaciones, y también, por supuesto, la comunión con el público”, resalta.

Como en las ediciones de fines de los 60, la Musicasión 6 promete combinar música pop con tango y flamenco, danza contemporánea, teatro y rock. Entre la cincuentena de artistas invitados que se subirán a los escenarios del teatro El Galpón se destaca la presencia de consagrados como Diane Denoir, Fernando Cabrera, Jorge Esmoris, Pepe Vázquez, Raúl Castro, así como de La Mufa, Latasónica, Carolina Besuievsky y Paula Viroga, entre otros.

De vuelta hacia atrás, Urbano recuerda que la organización de las musicasiones fundacionales era “totalmente artesanal”: “Era juntarse en una casa y empezar a tirar ideas sobre la mesa. Uno te decía: ‘Che, conozco un grupo de música clásica que la rompe’, y otro agregaba: ‘Hay una brasileña que pasó por acá haciendo bossa nova que no se puede creer’. Eran un poco las cabezas del Corto Buscaglia y Mateo y también a partir de los músicos de El Kinto, que metíamos cuchara y opinábamos. Nos juntábamos en la casa del Corto, y me acuerdo de una vez que fuimos para lo de Chichito Cabral. Ese día a Chichito se le ocurrió comprar una caja de cigarros, sacar todos los cigarros, escribir en cada uno “Musicasión 3” y después ponerlo en la caja y salir por 18 de Julio a invitar a la gente a fumar; una locura, porque la mitad… andá a saber si alguien leía eso mientras fumaba. En todo caso, nos juntábamos a planificar ese delirio”.

¿Y qué te gustaría que pase con esta Musicasión 6?

Ojalá que alguien me haga acordar el día anterior que tengo que ir, porque yo me olvido de todo, soy un desastre.

Musicasión 6. Jueves 24 de abril a las 21.00 en el teatro El Galpón. Entradas agotadas.