“What was that”, de Lorde
Cuando tenía 16 años, Lorde sorprendió al mundo entero con su debut Pure Heroine, una obra introspectiva que reformuló los estándares de las mujeres jóvenes en el pop, llevando al propio David Bowie a definirla como “el futuro de la música”. Su más reciente lanzamiento reafirma la profecía.
“El sonido de mi renacer”: así Lorde describió este single, primer adelanto de su cuarto disco, Virgin, a lanzarse el 27 de junio. Luego de participar en el “verano brat” de Charli XCX con el remix “Girl, so confusing”, Lorde regresa con un synth-pop de batería metálica, reminiscente a su segundo álbum, Melodrama. Una canción de ruptura, que aborda el desconcierto de la soledad, sus problemas de imagen y la experimentación con drogas de diseño. Si Melodrama funcionó como banda sonora para el silencio después de la fiesta, “What was that” hace lo propio con la soltería. Cuando la relación termina, ¿qué queda?
Para Lorde, un baile más bajo el consuelo de “las luces azules”, el abrazo de su público en el casero videoclip (filmado en Washington Square Park apenas unas horas antes de su lanzamiento, en una convocatoria exprés a sus fanáticos que fue desbaratada por la policía de Nueva York) y la honestidad de su música.
“End of the world”, de Miley Cyrus
Si el mundo se termina, ¡hagamos una fiesta! Esta es la premisa de “End of the world”, primer adelanto de Something Beautiful, el nuevo álbum visual de la artista que saldrá el 30 de mayo.
Entre el ballroom R&B más tradicional y un estribillo propio del pop de Abba, Miley Cyrus inaugura una nueva era en su trayectoria con una canción liviana, de referencias nostálgicas y letra casi-paródica. Detrás del tinte romántico, la reiterativa mención a su hogar en Malibú y un guiño beetlero (“Hagamos una fiesta como McCartney con una pequeña ayuda de nuestros amigos”), “End of the world” se mofa del nuevo volantazo conservador dado por la sociedad norteamericana que pareciera “pretender que no es el fin del mundo”.
“Down to be wrong”, de Haim
El trío de hermanas da a conocer el tercer y último adelanto de su nuevo álbum, I Quit, su primer material en cinco años, esperado para el 20 de junio. De base entre blusera y country, con vocales de la escuela de Alanis Morissette, “Down to be wrong” es una canción de ruptura con espíritu liberador, que deja la puerta abierta a desarrollar el concepto del álbum: como adelantaron en las visuales de sus últimos recitales, I Quit simboliza la renuncia a todas las cosas negativas: la nicotina, la vergüenza, el sobrepensar y “todo lo que no me merece”.
La canción fue lanzada junto a un video protagonizado por Logan Lerman, marcando el regreso del actor de Percy Jackson a las pantallas luego de un período de silencio.
Bar Scorpios, de Blair
Con un ambicioso despliegue estético, el sucesor de Llorando en la fiesta (2022) aparece como la consagración de Blair, la joven argentina con influencias de Lana del Rey que ostenta una creciente popularidad.
Conceptual, Bar Scorpios crea un universo de religiosidad y sacrilegio, con iconografía eclesiástica y aura solemne. Estructurado como una novela, abre y cierra con “Sola”, un oscuro mantra que enmarca esta narrativa introspectiva de destrucción. En el medio, pasa por el rock más acelerado en “Nunca lo van a entender”, el pop naif de “Todo lo que tengo” y la melancolía de “Dejar de ser yo”, una canción de cuna de orfandad. Irónicamente, “Padre muerto” es quizás el más liviano de los trece tracks, contrastando la oscura letra con una instrumental propia de una tira infanto-juvenil.
El álbum incluye tres colaboraciones: Santiago Motorizado da su bendición en “Hombre roto”, la escritora Mariana Enríquez hace de ángel negro con una lectura dramática en “Pecados brutos” y da paso a un Dillom retorcido y morboso en “Carne viva”, una especie de continuación del derrape psicopático de su Por Cesárea.
Latinaje, de Cazzu
Lejos del trap, la artista jujeña defiende sus raíces con catorce canciones de linaje latino. El disco es un viaje sonoro por Latinoamérica, con bachata en “Mala suerte”, salsa en “Que disparen”, folclore argentino en “Me tocó perder”, tango en “Odiame” y cumbia en “Con otra”. Las colaboraciones —con el español Maka, la venezolana Elena Rose y el brasileño Wiu— completan el abanico con flamenco, bolero y funk.
Líricamente, “la jefa” reflexiona sobre su reciente maternidad en “Inti” y aborda su polémica relación con el mexicano Christian Nodal en “Dolce”, abrazando el empoderamiento femenino como mujer referente en la industria. Sobre esto va también su libro, Perreo, una colección de reflexiones sobre feminismos en la industria musical urbana, que acaba de editar.