Un lugar donde todas podemos estar llega el miércoles y jueves al Auditorio Nacional Adela Reta con una propuesta de danza contemporánea de fuerte impronta feminista, íntima y emancipatoria. La obra, dirigida por Leticia Ehrlich, invita a sumergirse en una experiencia corporal que interpela desde el movimiento y la emoción.
Ehrlich ha desarrollado una sólida trayectoria vinculada a temáticas sociales. En 2011 presentó Las hijas de Ulises y, más adelante, El mundo en un lugar e Ir y vivir, obras que abordaban las memorias de hijos e hijas del exilio político, en las que el teatro funcionaba como herramienta de memoria, lucha y resistencia.
Esta vez, la directora reúne un elenco íntegramente femenino perteneciente a Colectiva Esquineras, ganadora del Fondo Fortalecidas, apoyado por el Departamento de Cultura de la Intendencia de Montevideo. El proyecto comenzó con intervenciones artísticas en territorio; parques, calles y plazas fueron los escenarios que alojaron temas como la violencia de género, el maltrato animal, la diversidad, el golpe de Estado y la salud mental.
Con el paso del tiempo, la propuesta se fue transformando en una obra que explora, desde la danza libre y contemporánea, las vivencias que atraviesan a mujeres y disidencias, contando una historia tan individual como colectiva. Se evocan recuerdos, colores, olores y canciones, sostenidos por el impulso de ser con otrxs, concretando, deseando e imaginando otros mundos posibles.
“Nos interesa poder decir a través del cuerpo, danzando lo que nos moviliza, nos preocupa, nos atraviesa en el día a día”, comenta Ehrlich y agrega: “Con ese mismo cuerpo que recibe tantas violencias naturalizadas, ese cuerpo que lucha, resiste, contiene, pero también celebra y se transforma en la danza, en el encuentro con otros cuerpos”.
El proceso creativo estuvo atravesado por múltiples referencias locales e internacionales. Reconocen la influencia de grandes maestras de la danza uruguaya, como Ema Häberli, Hebe Rosa, Graciela Figueroa e Iris Mouret, pilares fundamentales en la historia del movimiento escénico nacional. Una de las escenas de la obra toma inspiración directa de Parades & Changes (1965), de la coreógrafa estadounidense Anna Halprin, un referente clave en la danza posmoderna.
“La intención es compartir lo que nos hizo las mujeres que somos hoy, las mujeres que vamos siendo en el transcurso de nuestros días, como tantas otras mujeres. No somos estáticas, nos transformamos, ciclamos, mutamos; está en nuestra naturaleza, y es algo que fue siempre negado, ocultado y callado. Nuestro cuerpo es nuestra voz”, adelantan.
El viaje de esta colectiva recién comienza: su objetivo para este año es presentar la obra en distintas partes del territorio y abrir un intercambio final para recibir devoluciones de la audiencia. Al mismo tiempo, el equipo continúa en la búsqueda de apoyos para concretar un encuentro de colectivas, con el horizonte puesto en generar instancias de conversación, creación compartida y expansión cultural más allá del escenario.
Un lugar donde todas podemos estar. En la sala Hugo Balzo del Auditorio Nacional Adela Reta, el 11 y 12 de junio a las 20.00. Entradas $ 400 en Tickantel.