Valentina Soria, mejor conocida como La Valenti, nació en Córdoba, aunque su lugar de crianza corresponde a la provincia argentina de Neuquén. En el marco de la movida de música urbana rioplatense, su propuesta —una mezcla de clasicismo poético y vanguardismo sonoro, que atraviesa el pop, el soul y la electrónica— puede distinguirse entre la de sus colegas por las marcas de sus raíces de folclore de tierra adentro y la apariencia de su personaje escénico, que remite a otra época y otro lugar, como la España del siglo XVIII.
“Esta mañana, antes de tomar el barco, escribí sobre cuánto me emociona viajar para allá y conocer Montevideo”, dice la cantante y compositora argentina en diálogo con la diaria, antes de su presentación en el ciclo Marea (Mujeres y disidencias de la música y el audiovisual), organizado por la sala Zitarrosa.
La fecha será compartida con su colega uruguaya Isabella Acerenza, que presentará su disco Daga x caricia.
Por su parte, La Valenti llega a la capital uruguaya de la mano de Corazón acústico un espectáculo en el que “fusiona canciones del repertorio popular con composiciones propias, en una puesta íntima, teatral y profundamente emocional”, adelantan desde la Zitarrosa.
Entre la pista de baile y el río
En su carácter de fanática seguidora de Madonna y ante el compromiso de elegir una de sus versiones, Soria se queda con la del disco Confessions on a Dance Floor (2005).
En la pila de sus lecturas preferidas, arriba del todo tiene Las inseparables, de Simone de Beauvoir. “Últimamente también estuve leyendo a Idea Vilariño y Susana Thénon”, agrega, y remarca entre sus fundamentales a Alfonsina Storni y Alejandra Pizarnik, y en la pila de discos, además de los de Madonna, destaca a los españoles: Malamarismo, de La Mala Rodríguez, y Pafuera telarañas, de Bebe.
Su hogar sigue siendo Neuquén capital. Cuando está aburrida o tiene un rato libre, “todo menos quedarme encerrada”, dice. “Me voy al río Limay y me veo con algunx amigx, o salgo en bici.”
Después de la pandemia, sacó sus dos discos. El primero, R chop (2022), es una aproximación al R&B que llamó la atención de la crítica y el público argentino, que coincidió en alabar la pluma de la neuquina —casi siempre de tono romántico— y su voz virtuosa y versátil. En cambio, La capitana (editado en 2024 y reeditado en 2025, con tres nuevas canciones), el disco que terminó por darle una nueva identidad, es una apuesta por el minimalismo electrónico y pop, al estilo de Billie Eilish y Rosalía y por una poesía, acaso más personal, algo retorcida y definitivamente nihilista.
Quizás “Morir cantando” sea la canción de su último álbum que mejor la representa: “Soy como las cenizas del fuego / Me vuelo con el viento / Tierra de la que vengo / Y siento que me arrastro por el suelo / Con este par de huesos / Que se me caen a cada verso / ¿Qué carajos es el amor? / Me encanta y odio mendigarlo / Por eso sigo cantando”.
La Valenti + Isabella Acerenza. Viernes a las 21.00 en sala Zitarrosa. Entradas $650 en Tickantel.