“Varias de nosotras somos comunicadoras y artistas y sabemos que la cultura llega a donde a veces no llega la política”, se remarca al final de una carta abierta destinada a las murgas uruguayas, titulada “Todo el año es genocidio para el pueblo palestino”.

El documento, firmado por siete observadores uruguayos del Programa Ecuménico de Acompañamiento en Palestina e Israel (Peapi), les pide a las agrupaciones carnavalescas que “no se olviden del pueblo palestino” y que “consideren incluir en sus espectáculos contenidos que expresen solidaridad con Palestina y rechazo al genocidio y al apartheid”.

Los representantes de la organización internacional en Uruguay compartieron la carta, entre otras murgas, con Queso Magro, La Mojigata y Falta y Resto. Aclaran que no esperan recibir una respuesta, sino que se “ponen a las órdenes para compartir su experiencia”.

Asimismo, apuntan que La Gran Muñeca “fue castigada por el lobby sionista” al incluir en uno de sus cuplés “una mínima mención a la invasión militar y al genocidio en Gaza, que desde octubre de 2023 han ido avanzando hasta cobrar proporciones que nos rompen como humanidad”. En febrero de 2025, la murga fue acusada de “reiterado antisemitismo” por la organización judía B’nai B’rith Uruguay.

El Peapi es un programa del Consejo Mundial de Iglesias que nació en 2002 “como respuesta a un pedido de colaboración por parte de los líderes de iglesias cristianas en Jerusalén y Cisjordania”, tiene como objetivo apoyar esfuerzos locales e internacionales que promuevan una solución al conflicto entre Israel y Palestina, y envía acompañantes a los territorios palestinos ocupados por Israel, “para ofrecer protección y solidaridad a las comunidades que luchan por el fin de la ocupación y el apartheid”.

“Quienes firmamos esta carta hemos visitado Palestina como observadores”, se consigna en el documento. “Parte de la tarea del programa es monitorear y reportar violaciones a los derechos humanos ocurridas dentro de las comunidades que visitamos”, explican los representantes locales.

La carta convoca a las murgas uruguayas como “expresión del sentir popular”, las cuales “siempre han sabido denunciar con humor, sensibilidad y sin pelos en la lengua los desmanes de los poderosos” y “cantar a la dignidad de los de abajo”, y llama a “personas de buen corazón, solidarias y creativas, que se afanan preparando repertorios, escribiendo letras y diseñando cada detalle de cara al próximo carnaval”, en el entendido de que “lo que ocurre en Palestina está más allá de lo que las simples palabras pueden expresar; pero, si algo puede el arte, y aún más el arte popular, es dar materialidad sensible a lo que silencia la violencia, el miedo o la indiferencia”.