Cuando le ofrecieron hacerse cargo de la dirección técnica de Peñarol no era el mejor escenario. En primer lugar, porque se trataba de tomar las riendas en la mitad del torneo y con un equipo armado por Leonardo Ramos, el anterior entrenador. En segundo lugar, porque, justamente, se trataba de suplantar a Ramos y tomar el control de un Peñarol que entre dos torneos locales, Apertura e Intermedio, no cosechó títulos y tuvo una muy floja participación en competencias internacionales. Pero decisiones son decisiones, y Diego López aceptó el desafío. “Como entrenador estoy cumpliendo con lo que anhelaba desde mi época de jugador, que es estar en Peñarol”, comentó aquel día.
El sábado, luego de obtener el título del Clausura, el primero en su carrera como director técnico –en Italia ascendió dirigiendo a Bologna, pero no salió campeón del Calcio B–, Memo López destacó algunos aspectos de su equipo. “Se brindaron en todo”, dijo sobre los jugadores, e hizo hincapié en quienes ingresaron como suplentes, Maximiliano Rodríguez y Marcel Novick: “Dieron el máximo. Son jugadores grandes, que dejan de lado muchas cosas. Juegan sólo cinco minutos y dan el máximo” dijo, al tiempo que destacó la versatilidad del argentino para rendir en todos los puestos en los que el entrenador decidió ponerlo.
Entre la alegría y la cautela transitaron las declaraciones de López. “Esto es la mitad [del campeonato uruguayo]. Es el principio. Lo que queremos es el bicampeonato. A festejar y ya pensar en Defensor [Sporting]”, comentó, sin dejar de sostener que hay que seguir trabajando: “Vamos a llevarla más o menos como la semana pasada, no exigiendo. Tienen examen el Cebolla [Cristian Rodríguez] y el Toro [Gabriel Fernández]. El martes empezamos la semana normal. El partido con Defensor es importantísimo para la Tabla Anual”.
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