Los uruguayos hicieron un partido superior a los brasileños; sin embargo, fueron perdiendo casi por una hora. Al final, probando de una manera y de otra, llegó el empate, que les da a los tricolores una buena proyección para que el miércoles que viene, en Montevideo, intenten avanzar a las semifinales del torneo. El modelo de partido de ayer, más el gol de visitante, más la incomprobable ventaja de jugar en casa, genera expectativas para la revancha en el Parque Central.

Fueron buenos los primeros minutos de Nacional. El tricolor empezó jugando con Esteban Conde; Jorge Fucile, Rafael García, Alexis Rolín y Alfonso Espino; Matías Zunino, Santiago Romero (Leandro Barcia), Christian Oliva y Carlos de Pena (Luis Aguiar); Gonzalo Castro (Tabaré Viudez) y Gonzalo Bergessio.

Con la 9 abajo

En diez minutos, la enorme versatilidad de Zunino, que lleva debajo de su camiseta de mediocampista la de delantero de área, le permitió al canario quedar dos veces de cara al gol. En la primera le rebotó mal, y en la segunda, después de tirársela por arriba al arquero, se la sacaron en la línea en un cierre magnífico de Ayrton Lucas. La estrategia elegida por Alexander Medina fue presionar en tres cuartos de cancha y robar la pelota allí para arrancar con buenas posibilidades en la transición. A los 15 minutos de este planteo estratégico, Nacional la robó a la altura del círculo central, Santiago Romero avanzó con potencia, y sacó un derechazo imponente que se fue besando el caño derecho. Dada la catadura futbolística del rival, y su condición de visitantes, los tricolores estaban haciendo un partido muy bueno, dominando casi todos los aspectos.

Sin embargo, a los 18 minutos se abrió el VAR y fue malo para Nacional. Un centro de tiro libre del ecuatoriano Junior Sornoza llegó limpio a la cabeza del zaguero Gum, que metió un precioso frentazo cruzado, venciendo irremediablemente a Conde. Al momento que la pelota tocara la red el árbitro lo invalidaba; sin embargo, usando el recurso del videoarbitraje desde la central de emisión se validó el gol con el que los cariocas se ponían 1-0 cuando Nacional era el dominador absoluto del partido. Extraño, por la valoración que uno puede hacer del desarrollo del juego. Fluminense no había hecho nada, pero en el fútbol la ventaja siempre la dan los goles, no quien genera más juego o posibilidades de gol.

Más de lo mismo

El segundo tiempo comenzó con similares características a las del inicio del partido pero con la notoria diferencia de que esta vez Fluminense iba ganando, y entonces reforzó su posicionamiento defensivo y procuró salir de contragolpe. La desventaja empezó a ser perjudicial para Nacional, que no pudo ser importante en ofensiva y perdió más pelotas que las que había puesto en disputa en la primera parte. En el cuarto de hora el equipo uruguayo volvió al retomar el control del juego y se vislumbraba el empate, que pudo haber llegado en una jugada que le quedó apenas atrás a Romero. Luis Aguiar ingresó en sustitución de De Pena y entonces Castro pasó a ocupar el flanco izquierdo y se repitieron las jugadas por ese lado. A la media hora del complemento, Fluminense anotó, pero esta vez el VAR evitó que Nacional quedará perdiendo 2-0.

Y a los 42, cuando el equipo de Medina buscaba por todos lados, ya con Barcia y Viudez en el campo, en un córner ejecutado con la pierna izquierda por Luis Aguiar llegó el empate, en un movimiento de anticipo ofensivo y con un sólido cabezazo de Zunino, que puso el merecidísimo 1-1. La sensación fue de triunfo, como si Nacional hubiese ganado pero 1-1.