Enorme victoria de Rampla en el estadio Centenario como local con Peñarol. Los tres puntos son de oro para el equipo de la villa en su lucha por quedarse en la A. Para los carboneros fue un baldazo de agua fría: lo que hace dos semanas parecía estar encaminado hoy se complicó. En el Torneo Clausura quedó sólo un punto arriba de Nacional, que además lo aventaja en cuatro unidades en la Tabla Anual, cuando faltan cuatro fechas para el final de la temporada, que cada vez se arrima un poquito más a la zona de La Blanqueada. En la próxima fecha, Peñarol recibirá a Fénix, que también irá por todo, y Rampla visitará a Atenas. A todo esto, Wanderers también encendió una luz de esperanza, porque, a pesar de que perdió, está a cinco unidades del líder.

Peñarol marró unos cuantos goles, que le podrían haber dado la ventaja en el primer tiempo. Agustín Canobbio tuvo una clarísima abajo del arco, una jugada que se repitió en la segunda etapa, pero ya con su equipo en desventaja. Peñarol hipotecó puntos muy valiosos para el final de la temporada. O, más bien, Rampla Juniors se quedó con un triunfo notable en el estadio. El picapiedra sumó y aprovechó que Torque y Atenas empataran. Como siempre en los Clausura para los equipos que pelean el descenso, la la 12a fecha será una final. Porque el partido con Atenas en San Carlos será eso, una final por el descenso, está claro.

El gol, la llave que abrió la victoria para Rampla, llegó después de una muy buena combinación entre los Matías, Rigoleto y Cóccaro. La pared adentro del área fue resuelta con gran clase por Rigoleto, que la terminó como indica el manual, pateando al arco. La pelota dio en el travesaño, picó y ya con Kevin Dawson y toda su defensa desacomodada apareció Cóccaro, el nacido en Pirarajá, Lavalleja, para mandarla guardar de cabeza. El 1-0, tan importante como definitivo, se mantuvo hasta el final. La más peligrosa para Peñarol, la que pudo ser el empate, llegó por medio de un preciso tiro libre de Lucas Hernández, pero la bola dio en el palo. Ni Fabián Estoyanoff ni Canobbio pudieron cambiar el rumbo del partido, ni tampoco los ingresos de Rodrigo Piñeiro e Ignacio Lores. Los de Diego López sintieron mucho las ausencias de Cristian Rodríguez y Guzmán Pereira, suspendidos, y de Lucas Viatri, lesionado. Rampla fue pura actitud, un equipo decidido que se llevó lo que fue a buscar. La villa está de fiesta.