Parecía un partido normal, de esos donde siempre el Barcelona gana tranquilo, holgado, más si a los 11 de juego Luis Suárez la manda adentro. Pero no, fue todo lo contrario. Si bien terminó ganando 3-2, el Rayo Vallecano fue un durísimo rival y estuvo a nada de quedarse con la victoria.
Entre el final del primer tiempo y el inicio del segundo el Rayo pegó y pasó al frente. El empate fue de Pozo a los 35 y el 2-1 para los madrileños fue de Álvaro. Con la ventaja a favor el Rayo se replegó. Normal, para un equipo que busca cada punto como si fuera oro con tal de quedarse en Primera. Su defensa fue buena porque, si bien no cortó el sistema de juego de los catalanes, no dejó que le crearan demasiado peligro. Pero el barça va: no tendrá a Lionel Messi, pero tiene a Luis Suárez (y compañía). A los 87, recién, Ousmane Dembélé empató. Tuvo suerte el francés: su tiro pasó entre las piernas de varios y se fue adentro.
En la hora, con más olfato que nadie, Suárez fue a buscar al segundo palo un centro pasado, se lanzó al piso y, resbalando, logró impactar la guinda para mandarla a guardar cuando el reloj expiraba. Noveno gol del uruguayo en lo que va de La Liga, tres puntos con los que Barcelona conserva la punta.