Tras un buen comienzo con una victoria y un empate, aunque sufrió una derrota 1-0 con Boston River en la tercera fecha, Torque tuvo un gran envión final en el Torneo Intermedio. Le ganó a Peñarol 4-3, también a Defensor Sporting 1-0, y ayer puso la frutilla en la torta al vencer 2-0 a Progreso con goles de Darío Pereira y Álvaro Brun. 13 puntos y primero en el grupo B, posición que lo habilita a definir el campeonato con Nacional el domingo en el estadio Centenario.

Es lo que tienen los torneos cortos: sostener resultados positivos significa casi la seguridad de, al menos, definir la serie. Torque, fundado en 2007 y recién con sus primeros pasos en la A, lo hizo. Y lo hizo cuando (prejuicios mediante) menos se esperaba: después de hacer un muy mal Apertura, con el mismo grupo de jugadores que antes no pudo conseguir buenos resultados. Pero rachas son rachas, puntos son puntos, méritos son merecimientos, y a cobrar.

Otro mérito para el equipo que dirige el argentino Pablo Marini: la propuesta con la que gana el Intermedio es (casi) la misma con la que no había obtenido muchos puntos antes. Propuesta de juego por abajo –arriesgada pero necesaria, al decir del técnico–, tratando de armar el fútbol con la pelota como estandarte, explotando las bandas y jugando vertical cuando es posible, presionando alto y en todos los sectores cuando la posesión es del rival. Y es casi la misma táctica y estrategia, porque apenas cambiaron algunos nombres, pero el sistema, ni tanto. Mucho de eso hizo ayer en el partido con Progreso. Los frutos están a la vista.

Era el menos candidato de todos los equipos del grupo B. Más claro: entró como el último. Eran números, pero para eso están las estadísticas: para romperlas. Con diez años de vida, Torque jugará una final de Primera División, puede ganar un título y, si lo logra, entrar a una copa internacional la temporada que viene. La historia, su historia, le tira un guiño para el domingo. Así es el fútbol.