Nacional resolvió rápido el partido con Fénix. El juego estaba parejo, pero una ráfaga de buen fútbol y goles lo quebró definitivamente. Para ser más claros, en 12 minutos hizo tres goles: a los 15 Sebastián Fernández la mandó adentro luego de ejecutar un penal (bien pitado: el arquero Darío Denis enganchó a Matías Zunino); dos más tarde, fue el propio Zunino quien aprovechó un quedo defensivo entre arquero y zaguero para tocar sutil por abajo; por último, a los 27 fue otra vez Fernández, en esta ocasión definiendo cruzado luego de que Luis Aguiar le diera una asistencia de lujo. 3-0 y fue partido, más allá de que quedaban por jugar un tiempo y medio.

Hay más razones del triunfo tricolor, que no fue sólo cuestión de goles. El equipo de Alexander Medina fue superior en todas las líneas. En defensa casi no tuvo problemas, salvo en contadas situaciones del segundo tiempo –todas bien resueltas por Esteban Conde–. En la mitad de la cancha estuvo lo mejor: entre dinámica, presión y precisión, Zunino, Santiago Romero y Luis Aguiar generaron mucho fútbol vertical y directo que desestabilizó a Fénix. Sobre todo en el primer tiempo, pareció que Nacional podía hacer algún gol más. En la ofensiva, por último, estuvieron la efectividad del goleador Fernández y el juego por las bandas de Tabaré Viudez y Leandro Barcia.

Con el daño hecho, Nacional jugó el segundo tiempo con el piloto automático. Salvo por algunos chispazos de Gonzalo Chori Castro y por algunos intentos un poco a la desesperada del albivioleta por descontar, poco más pasó.

Tras la victoria, el conjunto albo consiguió mantener la punta del Torneo Clausura con puntaje ideal luego de jugados tres partidos. Ahora, como Wanderers cayó el sábado ante Peñarol, los del Cacique Medina quedaron primeros en solitario. Fénix es la contracara: no estuvo ni cerca del rendimiento del fin de semana anterior, tampoco jugó bien y, cuando quiso reaccionar, la diferencia era demasiado grande.