Fue 0-0. No de esos empates grandes, feos, sin chances, sino un buen 0-0. Progreso y Defensor regalaron un partido dinámico, entretenido, con situaciones de gol para ambos lados, en el que se lucieron los dos goleros y donde, además, hubo un penal errado.

Bien podría haber sido el gol del partido. Iban 70 minutos de juego, el árbitro Gustavo Tejera interpretó que un pechazo de Gonzalo Maulella a Facundo Labandeira fue falta, además de interpretar que ocurrió dentro del área. Colmán abrió su pie, le dio fuerte con la cara interna de su zapato zurdo, pero la pelota se estrelló en el palo y se fue.

No fue la tarde del goleador de los gauchos. Minutos después de haber fallado el penal, tuvo otra jugada clara de gol. Pateó cruzado, con la derecha, pero en el camino se cruzó Nicolás Coto Correa y la zaga de Defensor salvó los papeles.

Más allá de las más peligrosas, hubo chances para ambos lados. Antes del primer cuarto de hora, Martín Rabuñal tuvo una que se fue apenas desviada y Maulella tuvo otra luego de un córner, pero se la sacó Danilo Asconeguy. Por el lado de Progreso, además de las contadas, Rodrigo Viega casi mete una con un tiro lejano, Ignacio Lemmo erró de cerca con el arquero Guillermo Reyes casi vencido, y Labandeira casi la mete de cabeza. A propósito, jugó bien el pibe ex Nacional, sobre todo en el segundo tiempo, parte del partido en el que Progreso estuvo un poco por encima de la viola.

Al fin y al cabo, nadie la mandó guardar. Y, sin goles, todo es 0-0. Defensor, tras la igualdad, pierde un poco de pie en la lucha por el Clausura, luego de que se hubiera entonado hace una semana al ganarle a Nacional. A Progreso todo punto le sirve. Se va olvidando del descenso y no pierde las esperanzas de pelear por volver a jugar alguna de las copas internacionales. Si mantiene el nivel hasta fin de año, la cancha grande lo espera.