Se confirmó el segundo partido amistoso de la fecha FIFA de noviembre. Como ya fue anunciado, será el 18 en Tel Aviv, Israel. El partido más histórico de selecciones se jugará por primera vez en Asia. La orientación del conocimiento, el descuido de la información y el marketing de la vida contemporánea muchas veces nos encierran en el olvido o desconocimiento de algunos acontecimientos históricos que son insumos básicos de discusión acerca de nuestras vidas como sociedades, colectivos y grupos con los cuales nos identificamos, nos asociamos, vivimos.

Seguramente haya sido así en todas las épocas de la humanidad, en todas las sociedades más o menos agrupadas por medio de bases fundacionales, de elementos identificatorios, como puede ser una extensión de tierra, una costa, una ondulación, un líder, una heroína, alguien, algunos que nos agrupan, a veces sin saber por qué, y cimienta esa idea de grupo ampliado que después, mediante sus ideas, sus luchas, sus reivindicaciones y, fundamentalmente, su vida cotidiana, terminan conformando un entramado que se refuerza y cohesiona.

Será la primera vez en la historia que el más añejo enfrentamiento entre representativos de Uruguay y Argentina se jugará en Asia. El clásico más antiguo del mundo, el más imperecedero enfrentamiento de fútbol entre dos naciones libres e independientes, es también el que alberga los primeros desarrollos de prensa deportiva, aunque no en este caso los primeros. Primeros estaban los ingleses, claro, y después, ustedes ya saben quiénes: uruguayos y argentinos.

Del ferrocarril al tango

Desde que se inventó el fútbol, ninguna nación soberana e independiente se enfrentó tanto como Uruguay y Argentina. La cantidad de partidos jugados, si contamos exclusivamente los oficiales desde la creación de las asociaciones, son 189, pero más de 200 si contamos todos los partidos (con 15 en línea entre 1901 y 1910, entre los que está el primero, que no cuenta en la lista oficial porque lo organizó el club Albion). Sin duda, es el encuentro que conforma el primer gran desarrollo del fútbol moderno, cuando en el Río de la Plata se desenvolvió el fútbol más rico del mundo.

Según expresó en Garra Aldo Mazzucchelli, escritor del libro Del ferrocarril al tango. El estilo del fútbol, 1891-1930, “Uruguay tiene una cultura futbolística, así como otros países tienen una cultura culinaria. Es decir, una cultura o subcultura de una actividad determinada y que el país hace relativamente bien. En aquellos años se construyó esa cultura futbolística, se construyó una forma de practicar el juego que se hizo en un ida y vuelta permanente con Argentina, porque el concepto rioplatense era muy fuerte. El fútbol reafirma eso. Ambas ciudades al margen del Río de la Plata ocuparon esos espacios de la competencia: quién jugaba mejor, quién ganaba. Y quién ganaba qué, también. En eso hubo una hermandad y una competencia que fueron fundamentales para crear esa cultura”. El clásico más viejo del fútbol ha determinado símbolos tan trascendentes como nuestro color celeste –que algunos hasta creen que es parte de nuestros símbolos patrios–, pero fundamentalmente una forma de entender el juego con tanta intensidad y determinación.

De che y de bo

El partido que enfrentará a uruguayos con argentinos el 19 de noviembre en Tel Aviv, en el New Bloomfield Stadium, agregará una nueva marca al clásico más antiguo del mundo: habrá de sumar un nuevo continente para escenificar el histórico encuentro entre celestes y albicelestes.

Desde el 20 de mayo de 1902 (el primer clásico oficial, ya con las dos asociaciones fundadas), orientales y argentinos se han enfrentado más de una centena de veces en Montevideo y Buenos Aires, pero también en la mayoría de los países de América del Sur. El segundo continente en donde jugaron fue en Europa, siendo Ámsterdam la ciudad europea que más recibió el enfrentamiento: dos veces en tres días, en las finales de los Juegos Olímpicos de 1928. En el siglo XXI volvió el clásico a Europa, y por primera vez se jugó en Italia: fue un amistoso en Florencia, el 20 de agosto de 2003. También se jugó en América del Norte: fue en México, en el Mundial de 1986, en Puebla.

Dónde fueron a parar

La FIFA en 2002 adaptó los calendarios mundiales para establecer las llamadas fechas FIFA reglamentando cientos de amistosos, pero desde hacía 100 años se venían jugando decenas, centenas, miles de amistosos, y justamente, una vez más, son Uruguay y Argentina los países que más veces se han enfrentado en partidos que no correspondan a torneos continentales o intercontinentales. En fechas FIFA jugaron dos amistosos en un mes: el 16 de julio de 2003 inauguraron el estadio Único de La Plata en Argentina, y el 20 de agosto jugaron el referido partido en Florencia, Italia. Parece lejos, pero hay futbolistas de aquellas selecciones de 2003 que aún están vigentes: Leonardo Ponzio, quien jugará otra final de la Libertadores; los uruguayos Sebastián Abreu y Carlos Bueno, que juegan el Campeonato Uruguayo; y los argentinos Luis González y Andrés D’Alessandro.

De los futbolistas en actividad el que más veces jugó un Uruguay-Argentina fue Cristian Cebolla Rodríguez, y de los reservados para el partido en Israel, Luis Suárez, Edinson Cavani y Fernando Muslera, con siete partidos frente al representativo de AFA –todos por los puntos–, son los que más se pueden acercar.