“Ante la difusión en redes sociales de imágenes de violencia que involucran a un jugador de nuestra institución, Wanderers quiere condenar, repudiar y rechazar categóricamente las mismas. A su vez, reiterar el más absoluto compromiso con la erradicación de todo tipo de violencia en la sociedad y en particular la violencia contra las mujeres. La lucha permanente para combatir la violencia de género es también la de Wanderers. La Comisión Directiva se encuentra en sesión permanente para evaluar la situación y tomar las medidas que correspondan”.
El Montevideo Wanderers, a través de su Comité Ejecutivo, no demoró en expresarse al respecto de la situación que se hizo conocida en las primeras horas de este lunes. La argentina Nazarena Vélez publicó en su cuenta de Twitter un video en el que Nicolás Albarracín le pegaba a su pareja, Natalia Camilo.
“Así trata el jugador de fútbol uruguayo Nicolás Albarracín a su pareja desde hace años, la actriz Natalia Camilo. Ella me mandó el video hace unos días en un claro pedido de ayuda. Hoy volvió a agredirla y la amenazó pero en público y fue detenido”, escribió Vélez.
Según pudo saber la periodista de Televisión Nacional de Uruguay (TNU), Georgina Mayo, el juzgado de Paz de Florida -ciudad donde se generó uno de los hechos de violencia-, a través de la fiscal Alicia Gómez, decretó que Albarracín no pueda acercarse a Camilo por 180 días.
Este martes se conoció la noticia de que Wanderers separó al jugador del plantel “por tiempo indeterminado”. Es cierto que los futbolistas están de licencia, pero como sus compañeros, Albarracín deberá presentarse a entrenar -dependiendo de lo que suceda de aquí en más- en los primeros días de enero. Sin embargo, el presidente bohemio, Gabriel Blanco, le dijo al programa Tirando Paredes que Nicolás Albarracín “no va a jugar más en el club”.
Obviamente, el caso no es un hecho aislado en nuestra sociedad. Es lamentable, y se genera un aspecto interesante desde el fútbol. Un mensaje, una oportunidad desde adentro del deporte de marcar una postura y no mirar para el costado.