Eduardo Domínguez ya no es el entrenador de Nacional. Así lo decidió la directiva tricolor, reunida en la mañana del domingo. José Decurnex, presidente albo, fue quien le anunció la decisión al argentino. Si bien el panorama de los tricolores en la Copa Libertadores era óptimo, con seis puntos de seis posibles, la actualidad en el Torneo Apertura, en el que Nacional apenas ha logrado tres puntos de 15 posibles, fue el detonante para el cese de Domínguez. Unas horas después se confirmó que Álvaro Gutiérrez será, nuevamente, el técnico del bolso.

En la cancha

Con Carlos Grossmüller es distinto. Es una maravilla verlo jugar, no sólo por cómo lo apodan. Es Carlitos, el nieto del cocinero del acorazado alemán Graf Spee, el que se apellidaba Grosnile pero un pase al exterior y la búsqueda de la verdad terminaron por darle la marca registrada: si juega Grossmüller, tenés buenas chances de ganar. Y Danubio lo aprovecha.

Con dos goles del número 20, la franja consiguió una gran victoria en el estadio Jardines del Hipódromo María Mincheff de Lazaroff –nombre estampado desde el sábado en la cinta de capitán de Leandro Sosa– sobre Nacional. Fue 2-0, con un gol de tiro libre a los 13 minutos y otro de penal sobre la hora, a los 95. En ambos casos se gestaron en faltas que le cometieron al autor de los goles: Grossmüller.

Antes del primer gol danubiano, que llegó mediante un tiro libre que Maravilla pateó rastrero, por debajo de la barrera y al palo derecho de Esteban Conde, Nacional fue más y mereció abrir el marcador. Incluso perdiendo el bolso era superior en la cancha y podría haberlo empatado, porque en dos ocasiones, primero Gonzalo Castro y después Gonzalo Bergessio se encontraron con atajadas de Federico Cristóforo.

En la segunda etapa, Domínguez quemó las naves y mandó su equipo al ataque, por eso quedó un poco regalado atrás, y en alguna contra de Denis Olivera, los de Marcelo Méndez podrían haber liquidado el juego. Pero el segundo gol llegó en la última jugada, literalmente: la pelota tocó la red y Andrés Cunha pitó el final. En una buenísima jugada del juvenil Santiago Mederos, que incluyó varios rebotes dentro del área, le hicieron penal a Grossmüller, que él mismo se encargó de patear: pelota hacia la derecha y Conde hacia la izquierda. Fue el final de una tarde llena de situaciones. Danubio empieza a afirmarse arriba y quiere dar pelea.