La cultura futbolística del pueblo uruguayo no está en cuestión. Aunque seguramente el concepto, la idea debe haber tenido cultores desde muchísimo tiempo atrás, quien más lo ha desarrollado, con mucha luz y fuerza a la hora de trasladarlo al gran público, ha sido el Maestro Oscar Washington Tabárez desde hace más de una década. La cultura futbolística está en entender el juego, los desarrollos de las competencias, el esfuerzo, la creatividad y los planes, pero también en decodificar, tomar, reconocer y adaptar acciones de la cotidianeidad social inherentes a los espectáculos deportivos que no nos son ajenos y reconocemos, vivimos y proyectamos a futuro.

Así las cosas, dentro de esa cultura futbolística, quien no conoce esa sensación de plenitud, próxima al éxtasis de ver al árbitro central apuntando con su índice al centro de la cancha mientras pita tres veces el final del partido y el inicio de la gloria. Muchos, miles de ustedes saben lo que es gritar, saltar, enronquecerse ahí en la tribuna o ante la pantalla, o con la radio en la mano después del triunfo. Muchos de ustedes saben lo que es apurar el paso para no perder el ómnibus, pero enlentecer el tiempo para que esa película de la alegría y la felicidad por estar en la final quede bien registrada en el alma porque el momento es ahora, y aunque sea para siempre eso no se volverá a repetir nunca. Muchos saben, porque estaban ahí, o porque alguna vez lo vivieron, cómo es la vuelta a casa en esa excursión de la esperanza entre las últimas migas de los sánguches de mortadela o los refuerzos de milanesas, mates sin vueltas pero con ganas, y la penúltima cerveza. Volver a casa siguiendo con el sueño y soñando entre el perfume de las cáscaras de bananas y tangerinas.

Así volvió Paysandú y los sanduceros que acompañaron a la blanca hasta Fray Bentos. Fueron varios cientos los que acompañaron a los muchachos en su afán por volver a una final del interior 12 años después. El equipo de Carlos Cabillón, con aquella victoria 3-1 en la ida en el estadio Artigas había sacado una interesante ventaja que la capitalizó en Fray Bentos, donde ante un Liebig´s abarrotado de público volvió a ganar 2-1 ante la selección de Río Negro y confirmó su presencia en la final buscando volver a levantar la copa como en los tiempos de aquella pléyade de campeones que se coronaron en 1988 y 1989 como los mejores del interior. Paysandú no es campeón del interior desde 1989, cuando en las dos finales derrotó a Durazno por 2-1, y lo había sido en 1988 al derrotar en una finalísima en campo neutral, en Canelones, a Rocha por 2-0. Los sanduceros tienen 6 títulos de campeones del interior. El primero fue en 1971, con Omar Rey, que de inmediato pasó a la selección uruguaya. Ganó 6 de 11 posibles coronaciones, porque perdió 5 finales, y es el tercer mayor ganador del interior detrás de Durazno (11), y Tacuarembó (9).

Salamín y gruyere

Así volvieron los colonienses, esos que vienen de casi todos los pueblos, con el queso contra la cáscara y la punta del salchichón aún sin picar después de haber conseguido empatar 1-1 con Canelones del Este en Pando. En la centenaria ciudad de Tarariras, la roja departamental de Colonia había empatado sin goles con los canarios esteños, por lo que ante el nuevo empate, el gol de penal convertido por Agustín Bombi tomó valor definitivo como gol de visitante y le dio la posibilidad de la final a los dirigidos por el carpetero y campechano Carlos Ravel. La Colonia de los pueblos, la más departamental de las selecciones, ha logrado llegar hasta el final del camino, entre otras cosas por la capacidad de su colectivo brillantemente administrado por Ravel, que contando en plenitud con sus goleadores, y particularmente con Facundo Rodríguez, ha logrado momentos avasallantes, y cuando no los tuvo se acomodó de manera tal que está en la final. Colonia ha logrado 5 títulos, con una variedad de versiones: la primera vez fue en 1954, la segunda en 1999 con el representativo de Colonia del Sacramento que jugaba en el Sur, y las 3 últimas son todas de este siglo, ya con la denominación de Copa Nacional de Selecciones y todas fueron logradas por la representación departamental de Colonia.

Son finales

La primera final se jugará el domingo a las 20.00 en el estadio de Peñarol de Tarariras, donde Colonia recibirá a Paysandú. El otro domingo habrá campeón: los sanduceros, en su estadio Artigas, serán locales frente a los colonienses, también a las 20.00. En ambos casos la transmisión estará a cargo de VTV. Este sábado también empezará a definirse la copa en juveniles, con el partido entre Salto y Florida, a las 18.00 en el estadio Ernesto Dickinson.