Las finales de la Liga Uruguaya de Básquetbol siguen en la cancha. Malvín se impuso 91-83 en el quinto juego y la serie está 3-2 a favor de Aguada. Lo mejor del ganador estuvo en la tarea defensiva. Fue la mejor final de Malvín en ese sentido. En ataque se destacaron varios, más allá de que el goleador fue DeJuan Blair con 25 puntos. Nicolás Mazzarino metió 17, Marcos Cabot 14 y Elijah Millsap 15. Aguada dependió mucho de Al Thornton, el yanqui hizo todo, hasta encabezó la remontada del final, pero le faltó la compañía de otros partidos.

Parejo, peleado, aunque goleado. Así arrancó el primer cuarto. Los extranjeros de uno y otro lado fueron los responsables de llevar los puntos adelante. El primer nacional que se destacó fue Mazzarino. De su mano, rompiéndole la férrea defensa a Federico Pereiras, Malvín logró sacar 7 puntos: 18-11, ventaja que fue la máxima hasta ese momento. Pero si de algo sabe Aguada es de reaccionar: Thornton se puso el cuadro al hombro y con dobles más libres, y bien segundando por el pibe Joaquín Rodríguez, el aguatero enseguida se puso a tiro. Terminó 23-19.

El segundo cuarto fue aún más cortado, incluso hasta desprolijo. Hay gran responsabilidad de eso en las defensas. Tanto abajo de un aro como del otro se incomodaron. A su vez, eso llevó a que en las ofensivas se tomaran malas decisiones. Es simple: como lo colectivo no funcionaba, de un lado y del otro apelaron a lo individual para poder anotar. Funcionó a medias, porque tanto Thornton en Aguada como Blair en Malvín tienen condiciones y argumentos de sobra para ejecutar ofensivas, pero faltó claridad, lógicamente. Todo fue como a prepo. Normal: no era un punto más. Ese primer tiempo terminó 39 iguales.

Había aparecido Mazzarino, Blair seguía influyendo en la pintura, faltaba que apareciera Millsap. Cuando parecía que Aguada estiraba diferencias, una situación similar a la final anterior, el alero yanqui de Malvín metió dos bombazos desde el triple y cortó el despegue rival. No fueron sólo puntos. Esos triples le sirvieron al playero como envión anímico para seguir de largo. Cabot, que no había aparecido en ataque, la encestó en dos oportunidades desde larga distancia. Además, presionó dos veces y recuperó la bola en ambos. Aguada dependió mucho de Thornton pero lo marcaron bien, el resto no aportó casi puntos y Malvín cerró arriba 63-55.

El arranque del cuarto final fue inmejorable para los de Pablo López: metió seis puntos al hilo y abrió 17 de diferencia a falta de casi 5 minutos para el cierre. Muchos de esos puntos fueron de Cabot. Eso demuestra una cosa: la pluralidad de goleo en Malvín. Marcos se sumó a Mazzarino, Blair y Millsap, cuando uno no la puso la embocó otro y eso le dio calidad a las ofensivas. Las matemáticas lo demuestran mejor: los cuatro terminaron con doble dígito en el casillero de los puntos.

Porque sabe que puede, Aguada remontó en el final. Llegó a estar a dos pelotas de distancia, Malvín paso nervios, pero al final ganó porque la renta era mucha.