Llegaba mal, cabizbajo tras dos derrotas en dos finales, peor aún tras perder la última de ellas después de ir ganando por 16 puntos. Pero despertó a tiempo: Malvín ganó 80-69 a Aguada y se puso 1-2 en las finales de la Liga Uruguaya de Básquetbol. Los de Pablo López fueron más desde lo colectivo, efectivos en defensa y repartiendo el goleo en ataque. Se destacó Elijah Millsap con 16 tantos; el goleador del encuentro fue Zach Graham, el nuevo de Aguada, que hizo 21 puntos. El viernes será el quinto partido y el martes se disputará el quinto.
El primer período fue parejo. Arrancó mejor Malvín, sobre todo por las ofensivas individuales de Millsap, pero promediando el cuarto Aguada emparejó. Desde ahí en adelante fueron alternándose al frente de la pizarra hasta llegar al 21-18 con el que cerraron. El score bajo se debió a lo errático de ambos: 50% de acierto en libres, 60% en dobles y 0% en triples para Malvín; 40% en cada uno de los rubros para los de Miguel Volcan. Tanta paridad hubo que los tres puntos de diferencia a favor del playero fueron recién en el cierre, gracias a un doble de Juan Santiso y otro del brasileño Hátila Passos.
Con excelentes minutos ofensivos de Al Thornton Aguada hizo mucho daño en el segundo cuarto. El extranjero sacó todo su repertorio: jugó el uno contra uno y buscó el aro con penetración, en otras amagó y tiró desde cuarta distancia, y cuando le doblaron las marcas asistió a sus compañeros. Aguada logró distanciarse 6 puntos, la máxima para ellos. Justamente la diferencia con la que culminaron los primeros 20 minutos de juego: 40-34.
De arranque, en el segundo tiempo Aguada sacó 10 puntos de diferencia, 46-36, por dos motivos: uno, las buenas defensas, siempre agresivas; dos, porque la lectura de juego de Malvín fue pésima. El playero siguió buscando desde el triple, pero lo cierto era que no había metido ni uno en nueve intentos. Además, tirando desde lejos, no aprovechó que varios hombres aguateros estaban cargados de faltas; por el contrario, cuando Malvín eligió el juego de pick and roll sí vio réditos y logró ponerse a tiro, 50-46. Hátila fue quien definió casi todas las bolas finales del tercer cuarto. DeJuan Blair y Millsap apenas estuvieron en cancha. Si el brasileño hubiera estado más fino desde el personal la diferencia hubiera sido ser más chica. Cerraron 53-52 Malvín arriba porque Marcel Souberbielle encontró lo que no tenían los suyos: dos triples adentro al hilo.
Fue cierto que en el último chico los de Pablo López hicieron buenas ofensivas, solidarias, por lo general, siempre buscando al hombre mejor ubicado. Pero lo que explica el resultado definitivo fue lo hecho en el otro lado de la cancha, en la defensa. Blair anuló a Thornton, Andrew Feeley prácticamente no pudo tirar, Santiso obligó y recuperó alguna pelota con presiones altas y Aguada quedó supeditado a lo que pudo hacer Zach Graham. No alcanzó. Se despertó el campeón.