Por ser el 25 de agosto fecha de la declaratoria de la independencia, sonaron los himnos, pero en las hinchadas ni cabida. En ese afán patriota, la voz del estadio anunció la versión completa, entonces el bombo latió aún más. La Banda Marley batería completa, una de Gilda, una de Los Redondos, una del Nico Olivera. La Más Fiel de los franjeados hizo sonar los Danu Stones, la Negra y Blanca, la de La Banda de Veracierto. En el field la guinda gira como en un billar. Un suspiro para cada lado para seguir entrando en color. Una del argentino Mariano Pavone, otra de Maravilla Carlos Grosmuller. Bryam Acosta lo tuvo en jugada a alta velocidad pero entre el arquero y el travesaño se resistió el cero.
De pelota quieta y en el arco de enfrente, Defensor Sporting abrió el marcador con cabezazo de Matías Malvino en el segundo palo. Danubio, sin embargo, siguió en la misma, fiel a su escuela. Luego de un prolijo trato de balón cayó el empate que graficó el trámite. Juan Manuel Gutiérrez certero y a festejar al alambrado, cerca de los nudos de los trapos. Aquello parecía justo pero es fútbol: el Tata Álvaro González la agarró de sobrepique y desde lejos hizo un golazo. Para el recuerdo. Gonzalo Montes intentó lo mismo en un rebote pero dejó temblando el travesaño. En el entretiempo como antes del pitazo inicial, los regadores surgieron de la grama y mojaron la mitad donde a Defensor le toca el ataque. Pequeñas apologías bilardistas.
El distintivo violeta está en los pies de Luciano Boggio. Lo de Pavone es puro oficio, el cuerpo en juego, un jam de contact en el aire con zagueros. Sebastián Fuentes tuvo varias y supo cómo intervenir entre el otro y la red. De las más floreadas con Maravilla. Pablo Siles, titiritero en el mediocampo de Danubio. Partidazo clásico en el Parque Rodó. Las hinchadas callan el Rock and Samba. El ingreso de Martín Cachimba Correa le puso aún más vértigo. A él le cometieron un penal conversado que Pavone rubricó con experiencia.
El equipo de Ignacio Risso, con la botijada que dirige desde las inferiores del club, se quedó con el clásico. La Banda Marley desplegó su bandera más grande al final. La Más Fiel también supo hacer flamear una amarillenta por los años. Ambas parcialidades hicieron sonar la versión completa de su repertorio.