No habrá Copa América en 2021 porque tampoco habrá Eurocopa. La segunda se postergó por el coronavirus y automáticamente arrastró a la Copa América, en este caso por una doble indisponibilidad: el virus y la razón esencial por la que el más antiguo torneo continental del mundo se iba a disputar este año, que no era otra cosa que adecuar el año de disputa al de Europa.

La esperable postergación de la Eurocopa –que este año, en su 60º aniversario, se iba a jugar en 12 ciudades del continente– para 2021 como consecuencia de la pandemia del coronavirus disparó directamente la postergación de la Copa América también para el año que viene. Fue casi la acción de una cláusula gatillo, porque la Confederación Sudamericana de Fútbol (Conmebol), a instancias de la FIFA y fundamentalmente de UEFA, había fijado en su calendario una edición extraordinaria de la Copa América para que se acompasara a la Eurocopa y entonces jugar al mismo tiempo, cada cuatro años y optimizar la cesión de los jugadores americanos, que son mayoría en las competiciones de clubes europeos. Está claro, pues, que no tenía sentido alguno jugar una Copa América especial apenas un año después de la pasada, cuando no cumpliría su objetivo de estar a la par de la competencia continental de Europa.

La Eurocopa, que se empezó a jugar en 1960, cuando la Copa América ya llevaba 27 ediciones disputadas, se iba a jugar por primera vez con un novedoso formato, repartiendo los partidos de sus 24 participantes en 12 ciudades de 12 países: el grupo A en Roma (Italia) y Bakú (Azerbaiyán), el grupo B en San Petersburgo (Rusia) y Copenhague (Dinamarca), el grupo C en Ámsterdam (Países Bajos) y Bucarest (Rumania), el grupo D en Londres (Inglaterra) y Glasgow (Escocia), el grupo E en Bilbao (España) y Dublín (República de Irlanda) y el grupo F en Múnich (Alemania) y Budapest (Hungría). Los cuartos de final se jugarían en Bakú, Múnich, Roma y San Petersburgo, y las semifinales y finales en Londres. La UEFA, en su determinación, dejó su programación exactamente igual para jugarse entre el 11 de junio y el 11 de julio de 2021.

Por otra parte, la organización hará coincidir la Eurocopa masculina con la femenina, que ya estaba prevista para el verano boreal de 2021 y se jugará en Inglaterra.

La nuestra

La Copa América 2020, que, por primera vez en su historia, se iba a disputar en dos sedes, Argentina y Colombia, no tenía otro objetivo que ajustarse a la disposición de los poderosos clubes que manejan la economía del fútbol europeo. Hasta por una cuestión de cierto vasallaje deportivo y a fin de facilitar la presencia de los mejores futbolistas sudamericanos en la justa continental, la Conmebol resolvió fijar una edición en concordancia para que coincidiera cada cuatrienio de competiciones continentales en América del Sur y Europa.

Así las cosas, la Copa América que se iba a disputar en Argentina (Buenos Aires, Córdoba, La Plata, Mendoza y Santiago del Estero) y Colombia (Barranquilla, Bogotá, Cali y Medellín) se postergó para el año que viene, aunque, a diferencia de la UEFA, la Conmebol, no ha informado sobre fechas y lugares. La postergación de los eventos continentales permitirá a las federaciones y organizaciones reprogramar inmediatamente restablecida la competencia y culminar sus campeonatos o, en el caso de América del Sur, tal vez jugar la suspendida primera fecha de la eliminatoria para el Mundial de Catar 2022, tal como lo dijo Eduardo Belza, gerente deportivo de la Asociación Uruguaya de Fútbol, en el programa Deportivo Uruguay el domingo 15.

Durante este mes en el que estaban previstas estas competencias ahora suspendidas, del 12 de junio al 12 de julio, seguramente se podrá reprogramar la competencia internacional de clubes –Libertadores y Sudamericana–, así como la actividad de las selecciones y de las asociaciones y federaciones, que estaban en plena disputa de sus torneos.

Lo que sucederá en América del Sur es muy difícil de proyectar. En la mayoría de los países habrá por lo menos 15 días sin preparación, por lo que mínimamente se precisarían otros 15 para retomar la competencia. No obstante, si es necesario que se pare más tiempo, a fin de evitar el pico feroz y achatar la curva de contagio del Covid-19, se estirarán lo plazos y las reprogramaciones necesarias deberán postergarse.

La UEFA, en cambio, tal vez movida por intereses económicos, se ha animado a afirmar que la final de la Champions League se correrá un mes y se jugará el 27 de junio en Estambul (estaba prevista para el 27 de mayo), mientras que la de la Europa League tendrá lugar el 24 de junio en Gdansk (se iba a jugar el 24 de mayo en esa ciudad polaca).