Bolsos y vagabundos apenas habían largado el repertorio y Gonzalo Bergessio ya había puesto el primero. Entonces, los de Mauricio Larriera, a repensar con las mismas armas. Los bolsos, con la carpeta, los minutos y la algarabía de su gente.
En la primera que tuvo Rodrigo Amaral desde lejos, aplaudieron la entereza de volver. La segunda terminó en las piolas. Despertó, al unísono, voces de guerra y pedido de Libertadores. Los vagabundos del Prado, desconcertados, siguieron afinando. Con el bombo, el redoblante, Diego Riolfo y el ex Fénix arriba, Mathías Acuña. Hernán Petrick y Leonardo Pais, en un tándem constante. Pero Nacional, contundente, certero. Tuvo el tercero, pero no.
En la tribuna creció la ansiedad. El descuento fue un pase filtrado de Adrián Colombino que encontró al Papo Barboza, confundiendo a Mejía. La pelota entró apenas, casi la sacan en la línea.
Todavía el olor del pasto es una característica. La amenaza del sintético es al folclore. Una bandera detrás del arco parece saberlo. Un hermoso marco el del Parque Viera del Prado para recibir a los bolsos de La Blanqueada. Las banderas son un mapa del Uruguay en el alambre: los barrios, los pueblos, las promesas.
Wanderers intentó con Ignacio Lores, que tuvo el empate en otra confusa, entre las dudas. Nacional, con Thiago Vecino por renovar la eficacia de Bergessio, que se fue más temprano a las duchas para que entrara el juvenil de la cantera tricolor. Amaral, con la número 10 puesta, como si nunca se la hubiese quitado, hasta que le dio el cuerpo. Por él ingresó Sebastián Fernández, como una estampita. Entre Papelito y el Chori la tuvieron cuando Nacional lo necesitó.
Wanderers perdió claridad. Quedaron descolgados los atacantes del resto, lo que hizo perder fuerza al contrapunto. Sin embargo, Mauro Méndez, que había ingresado por Diego Riolfo, lo tuvo en un mano a mano con Mejía que ganó el panameño. Más por errores que por virtudes, Wanderers quiso, pero fue impreciso. De lejos también probó, pero sin gravitar. Nacional, más entero, con la clase de algunos y la juventud de otros.
Pero por rebeldía más que por fútbol, en el ocaso del segundo tiempo, con una media vuelta que va a ser difícil que olvide, Mathías Acuña consiguió el 2-2, al palo más lejano de un Mejía vencido, tras una jugada de Méndez que descargó afuera para abrir a una defensa bien parada. Despertaron los bohemios, que estaban desahuciados. Munúa, brazos en jarra, vio cómo se le quedaban dos puntos en el Prado. Larriera, con otra suerte, más que merecimiento.
Detalles
Cancha: Parque Viera.
Árbitros: Esteban Ostojich, Horacio Ferreiro y Pablo Llarena.
Wanderers(2): Ignacio de Arruabarrena, Gastón Bueno, Juan Izquierdo, Lucas Morales, Hernán Petryc, Leonardo País (46’ Ignacio Lores), Jonathan Barboza (81’ Bruno Veglio), Adrián Colombino, Diego Riolfo (64’ Mauro Méndez), Gonzalo Reyes y Mathías Acuña.
Director técnico: Mauricio Larriera.
Nacional (2): Luis Mejía, Armando Méndez, Miguel Jaquet, Mathías Laborda, Agustín Oliveros, Felipe Carballo, Gonzalo Castro, Joaquín Trasante, Bryan Ocampo ('68 Santiago Rodríguez), Gonzalo Bergessio (46’ Gonzalo Bergessio), Rodrigo Amaral (60’ Sebastián Fernández)
Director técnico: Gustavo Munúa.
Goles: 1’ Gonzalo Bergessio, 24’ Rodrigo Amaral, 41’ Jonathan Barboza, 87’ Mathías Acuña.
EXP: 90’ Miguel Jaquet.