Los clubes empezaron a transitar el camino de la fase 1 del protocolo. Prácticas casi que en solitario y con movimientos que poco se parecen al fútbol, es cierto, pero entrenamientos al fin, con el objetivo de respetar lo acordado para que vuelva el fútbol sin problemas.

El punto de partida está puesto en agosto, aunque no se sepa si la pelota rodará el primer fin de semana, el segundo o el tercero. La Asociación Uruguaya de Fútbol (AUF) quiere que sea el 1º de agosto, pero del dicho al hecho hay un trecho y ponerle fecha al inicio depende de acordar con la Secretaría Nacional del Deporte.

Según Ignacio Alonso, presidente de la AUF, la idea es que en lo que resta de 2020 se juegue el Torneo Apertura, el Intermedio y hasta la octava fecha del Clausura, una cosa que, de imaginarla, se parece a una ráfaga de partidos tanto en días de semana y sábados y domingos. Esa idea de Alonso, según dijo ayer en Sport 890, es para cumplir con una cláusula que la AUF tiene con Tenfield, según la cual debe asegurarle 240 partidos de Primera División en el año. ¿No será mucho?

Clásico del fútbol uruguayo

Está claro que en la vuelta al fútbol el público no podrá ir a las canchas. Mucho tiempo pasará para que eso vuelva a la normalidad. No es lo mismo ir al estadio que mirar fútbol por televisión, eso está clarísimo, pero a raíz de la medida obligatoria hay quienes se verán más perjudicados que otros: mientras los hinchas de Nacional y Peñarol podrán ver todos sus encuentros, los hinchas de los demás equipos sólo verán cuando les toque en suerte ser televisados. Tal vez se podría creer que es un escenario ideal para que la empresa que tiene los derechos del fútbol pase más partidos (y venda más), más allá de que suene a medida democrática, cosa que no está muy de moda ni en el mercado ni en el fútbol.

Quien tomará una iniciativa fuera de lo común es Nacional. Inspirado en una modalidad que se dio en el fútbol alemán, los tricolores venderán entradas testimoniales para el clásico ante Peñarol que tendrá la fecha 4.