Años pasaron para que la FIFA atendiera los derechos de los equipos y las ligas. Hay que remontarse hacia inicios de siglo, en 2001, cuando surgieron la indemnización por formación y el mecanismo de solidaridad como formas de recompensación para las instituciones que participan en la formación de los futbolistas. Varios años después, en 2010, la FIFA creó el Transfer Matching System (¿cuántas veces escuchaste en la radio que faltaba la habilitación del TMS para destrabar habilitar a un jugador), software dedicado a recabar todas las transferencias mundiales, y entonces las asociaciones y las federaciones de cada país pudieron empezar a volcar la información y a construir la historia oficial. Un ejemplo: en ese documento figura que Luis Suárez comenzó a jugar en Deportivo Artigas, en Salto, siguió en Urreta y Nacional, en Montevideo, pasó a Groningen y Ajax, en Holanda, y luego vinieron Liverpool, en Inglaterra, y Barcelona, en España.

El famoso artículo 21

En febrero de este año la FIFA comunicó que se implementarían modificaciones en el Reglamento sobre el Estatuto y la Transferencia de Jugadores. En 2019, en Shanghái, el Consejo de la FIFA aprobó las “enmiendas” que comenzaron a regir en 2020 (los puntos principales del documento tienen que ver con transferencias internacionales de menores y las transferencias puente).

El cambio fundamental para los clubes formadores de jugadores es la aplicación del mecanismo de solidaridad (que establecía que 5% del precio de una transferencia internacional realizada durante la vigencia de un contrato se deduce de ese precio y se destina por el nuevo club al club o a los clubes que formaron y educaron al jugador, y se distribuye proporcionalmente entre los equipos en los que el jugador se haya formado desde los 12 hasta los 23 años) ampliado a las transferencias nacionales con dimensión internacional. “En caso de que se den las condiciones para el pago de una compensación, la transferencia de un jugador entre clubes afiliados a la misma federación mientras su contrato esté en vigor estará sujeta al pago de la contribución de solidaridad de cualquier club afiliado a otra federación que haya formado al jugador”, comunicó la FIFA.

Por ejemplo, si Federico Valverde fuera transferido de Real Madrid a Barcelona, Peñarol recibiría dinero de ese pase. Esta novedad en la regulación futbolera que plantea la FIFA impacta en los clubes uruguayos. Es otro paso dado a favor de los clubes formadores, con una limitante: el club formador debe estar afiliado a una federación o una asociación distinta a la de los clubes que hacen la transferencia.