“Entender que no se está haciendo nada es negar un montón de situaciones en las que se ha avanzado. Todavía quedan cosas para seguir mejorando, como pasa en todo el mundo. Esta discusión de cómo prevenir la muerte súbita en el deporte es mundial, no se da sólo en Uruguay o en la región”. Lo dice el especialista en medicina del deporte Daniel Zarrillo, cita ineludible en conversación con Garra. Como hace menos de un año –luego de la muerte del joven de 17 años Agustín Martínez, futbolista de Boston River–, se reactivó la discusión acerca de la cobertura médica y el tratamiento de la muerte súbita en el deporte.

En setiembre del año pasado, Agustín sufrió un paro cardíaco mientras jugaba un partido de Tercera División. Martínez estaba jugando con su club ante Cerro. Luego de estar unos minutos en el banco de suplentes con dolor y sangre en una de sus rodillas, se desvaneció repentinamente. Hace unos días Nacho de León, basquetbolista de 25 años, se juntó con amigos a jugar a su deporte favorito en la cancha de Montevideo, sufrió un paro cardíaco y se murió. El titular es impactante, el dolor te paraliza, pero no podemos repetirnos en la tragedia.

Dice Zarrillo que “se han dado cierta cantidad de pasos, intentando ir en una progresión paulatina con respecto a la mejora del cuidado de la salud de los deportistas. Algo que parece sencillo, no lo es tanto. Hay que lograr tener un montón de engranajes, lograr un montón de aceptaciones por parte de los propios deportistas, de los clubes, de la formación médica y las instituciones prestadoras de salud, el Ministerio de Salud Pública y la Secretaría Nacional del Deporte [SND]”. Engranaje, aceptaciones, formación; el factor realidad no es tan distinto al deporte.

La información es poder

Dice el basquetbolista y secretario de Basquetbolistas Uruguayos Asociados (BUA), Mateo Sarni, que la situación es preocupante, se necesitan algunos cambios, y junto con el gremio hacen referencia a que el de De León fue el “segundo fallecimiento por paro cardíaco en menos de 365 días”. En febrero de este año el básquetbol uruguayo ya había recibido una tapa: Leandro Paz, un chiquilín de 13 años que jugaba en las formativas de Sparta de Minas, murió en un entrenamiento con su equipo. Para Sarni, una de las cosas que fallaron en el caso de De León fue la información: “Todos tenemos que tener claro cómo identificar un paro cardíaco y saber cómo reaccionar. En el MAM había un desfibrilador a 100 metros de la cancha, pero claro, entre el desconocimiento general –a cualquiera le podría haber pasado– y la tensión que produce ese momento, no se pudo ver esa situación. Las charlas son formativas en todo sentido, como por ejemplo tener en cuenta la aplicación Cerca, que te indica los pasos para determinar cuál es la situación, y tiene un mapa online para saber dónde está el desfibrilador más cercano. Aparte, saber cómo aplicar el masaje cardíaco. De todo esto hablamos con la Federación Uruguaya de Basket-Ball (FUBB), y de hacer cursos abiertos en todos los clubes, para todos los que quieran acceder a esa información”.

Mateo Sarni.

Mateo Sarni.

Foto: Federico Gutiérrez

Zarrillo abre la mirada y elije otra puerta. “Vamos a la infancia, al momento en que el niño empieza a practicar deporte, empieza a hacer ejercicio de mayor intensidad. Esto, que desde el punto de vista teórico queda muy lindo escrito, desde el punto de vista práctico significa disponibilidad de electrocardiogramas, formación de los médicos para realizarlos, formación para la lectura de esos electrocardiogramas”. El punto que plantea el especialista es clave, y Sarni recoge el guante: “A la SND lo que le comentamos es que no es obligatorio para la ficha médica hacerse un electrocardiograma, queremos ver si puede ser realizable que esto cambie. Hay que concientizar, informar”. De eso se trató –entre otros temas– la reunión que mantuvieron este miércoles autoridades de la SND, la BUA, la FUBB y especialistas en medicina del deporte. Y agrega el jugador: “En ese sentido, le pedimos a la FUBB que se haga un censo para saber en qué clubes hay y en cuáles no hay desfibrilador externo automático. Gran parte de los clubes lo tienen, y esto que sucedió genera una mayor concientización: hay varios que están informándose para adquirir uno”.

La letra chica

Zarrillo, presidente de la Sociedad Uruguaya de Medicina del Deporte, considera que el tema recurrente en estos casos (la tenencia o no de desfibrilador) es fundamental, aunque contar con un desfibrilador externo automático (DEA), dice, es prevenir, pero la muerte “no es inevitable”. “Aquellos clubes que no tengan DEA, porque la ley no los obliga, sí tienen que saber dónde está el DEA más cercano. La Comisión Honoraria para la Salud Cardiovascular destinó muchísimo trabajo de mucha gente para georreferenciar los cardiodesfibriladores automáticos que hay en el país, para intentar que uno, a través de una aplicación que se llama Cerca, pueda saber cuál es el más cercano, no sólo a tu club deportivo, sino también a una redacción de un diario, a una oficina, cerca de una fábrica. Como es difícil llevar esa información de manera actualizada, la Comisión Honoraria para la Salud Cardiovascular está llevando adelante conversaciones con las empresas que traen y hacen el mantenimiento de los DEA para que les incorporen un GPS adentro, para georreferenciarlos de manera más sencilla”. Ciencia, medicina y tecnología a la orden del deporte.

Zarrillo menciona –como también lo hizo Sarni– el electrocardiograma de reposo, “una de las armas vitales para la prevención”. Y trasciende sus palabras: “La primera línea de prevención es el electrocardiograma de reposo, y por eso hace tres meses que la Sociedad Uruguaya de Pediatría, en conjunto con la Sociedad Uruguaya de Medicina del Deporte, elevamos una nota solicitando que fuera incluido como obligatorio en el carnet del niño, niña y adolescente deportista a partir de los nueve años de edad”.

La 18.360 es la ley a la que hace referencia Zarrillo, que establece en su artículo 1 que “los espacios públicos o privados donde exista afluencia de público deberán contar como mínimo con un desfibrilador externo automático, que deberá ser mantenido en condiciones aptas de funcionamiento y disponible para el uso inmediato en caso de necesidad de las personas que por allí transiten o permanezcan”. El Decreto 330/009, que reglamentó la ley, sostiene que se entiende por “disponibilidad” el hecho de acceder a la desfibrilización “en un plazo menor a cuatro minutos”. “Los que trabajamos en esta área y formamos diferentes ámbitos de discusión con respecto a la muerte súbita lo hacemos bajo el convencimiento de que es prevenible, pero no es inevitable. Siempre nos vamos a tener que enfrentar a una muerte súbita en un deportista joven o más grande. Tenemos que convivir con eso. Lamentablemente el fallecimiento es noticia, pero de estas situaciones hay todos los fines de semana, y la gran mayoría se salvan. La diferencia es que de los que se salvan nos enteramos los que andamos en la vuelta, pero no es noticia”, cierra Zarrillo.

¿Qué pasos hay que seguir cuando nos enfrentamos a un episodio cardíaco súbito?

“En el momento en que se produce el hecho no es fácil reaccionar, hay diferentes motivos (emocionales, sentimentales), hay gente que se bloquea, se pone muy nerviosa, y por más educación que tenga no reacciona de la manera adecuada, pero hay tres pasos sustanciales”, aconseja Daniel Zarrillo:

  • El masaje cardíaco básico.

  • Pedir apoyo (llamar al 911 para pedir una ambulancia que pueda realizar reanimación cardíaca avanzada).

  • La utilización del DEA o el cardiodesfibrilador automático.