Nacional disputa este martes el que seguramente es su partido más importante del historial internacional femenino. Enfrenta, en Asunción, a Corinthians de San Pablo en la instancia semifinal de la Copa Libertadores.

En tanto ya estaba decidido desde mucho antes que el domingo 21 se jugara la final en el Gran Parque Central, ahora se presenta un escenario peculiar. Si las albas superan este último y muy difícil obstáculo –fue el club que le ganó por 5 a 1 en el segundo encuentro del Grupo D- llegarán a una final en su propio escenario.

Las uruguayas vienen haciendo un excelente torneo, en el que debutaron ganándole al Capiatá local 3 a 0 y, luego de la derrota mencionada, le ganaron a San Lorenzo 2-0, eliminando a las campeonas argentinas. Finalmente, en cuartos de final, le ganaron con goles de brillo a Deportivo Cali, que llegaba en condición de club invicto. Fue 2-1 el sábado pasado.

Organizadores no dieron la talla

Ahora, porque algo funcionó muy mal en el orden técnico-directriz de la Conmebol, Nacional debe enfrentar nuevamente a un rival con el que compartió grupo. En cualquier torneo FIFA, en el torneo de verano de mi barrio o en un campeonato de playa, luego de jugarse la fase de grupos, si hay dos clasificados por grupo –como pasó en Asunción-, se abren dos llaves y un equipo va a una y el otro equipo a la otra. Solo se podrán encontrar de nuevo si ambos llegan a la final.

Idéntico incordio se produjo cuando, ayer, en la otra semifinal se enfrentaron las campeonas vigentes de Ferroviaria ante Independiente Santa Fe. Ya lo habían hecho en el Grupo A con un resultado de 0 a 0 y se debieron enfrentar nuevamente en semis. No debió suceder así.

No extrañarán estos disparates organizativos a quienes ya hayan notado que, en la etapa de cierre de los grupos y definiéndose dos grupos a la vez, los equipos que jugaron a la misma hora no eran los del mismo grupo. Por lo contrario, siempre –en los cuatro grupos iniciales- hubo clubes que jugaban con resultados vistos de sus rivales.

Nacional por la hazaña

Se puede esperar que, a pesar de la fortaleza indudable que tiene Corinthians y el antecedente fuerte del 1-5, Nacional acuda a la categoría de hazaña y logre un paso a la final que se hará, nada menos, en su casa natal.

Conoce bien al rival, tomará otras prevenciones, lo atacará de distinta manera no intentando devolver golpe por golpe. El muy juvenil equipo ha mostrado un trabajo previo adecuado, a pesar de la escasa competición que le otorgó la corta actividad local en esta temporada 2021, un cuerpo técnico muy eficiente y atento a los detalles, liderado por el entrenador Diego Testas.

Nacional es un equipo juvenil y seguramente de ahí y de la calidad de sus jugadoras le emana ese vigor competitivo que le ha caracterizado nada menos que en la Copa Libertadores, a la que accedieron por ser las campeonas uruguayas.

La base de las que irán al frente son futbolistas de 19 años (Ángela Gómez, Juliana Viera, Solange Lemos), de 20 (Esperanza Pizarro, Karol Bermúdez, Valentina Morales, Antonella Ferradans, Maytel Costa, Cecilia Gómez, Micaela Domínguez -si se recupera-) y de 21 (Luciana Gómez y la golera Josefina Villanueva). Los toques de años y experiencia son de la capitana Valentina Colman (31), de Yamila Badell (25) y de otras valiosas jugadoras que no han tenido muchos minutos.

El partido se jugará este martes a las 17.30 y se podrá ver por internet en la página de Facebook de Conmebol, así como por Vera+.

Colombianas al Gran Parque Central

Este lunes el equipo bogotano de Independiente Santa Fe clasificó para jugar la final en el Gran Parque Central, el domingo 21, al vencer a las campeonas de la edición anterior, las brasileñas de Ferroviaria, equipo del interior paulista. Empataron el partido semifinal 1 a 1 con goles de Gisela Robledo de penal a los 42, ante clara falta a la hábil Salazar. Igualó para las brasileñas Rafa Mineira, a los 75, de tiro libre.

En la tanda de tiros penales ganaron las colombianas 4 a 2. Hasta el 2 a 2 todas fueron conversiones. En el tercer tiro, la jugadora número 2, Monalisa, que había entrado en el último minuto justamente para participar en la tanda de penales, remató bajo y suave y atajó la golera Luz Tapia. En el siguiente disparo de las brasileñas falló Raquel, porque su tiro dio en el parante derecho.