Son todas finales las que le quedan a Peñarol. Está claro porque no tiene mañana: ganar el Clausura es (casi) la única chance cierta que tiene para meterse en la pelea del Campeonato Uruguayo. Llegó a los 20 puntos y se puso a tiro. Además, parece que Mauricio Larriera le encuentra un poco la vuelta al equipo.
Adelante estará la historia: Torque (estadio Centenario), Plaza Colonia (Campeón del Siglo), Progreso (Paladino) y Fénix (Campeón del Siglo) son los partidos que le quedan para terminar la temporada. Está claro que Peñarol necesita los 12 puntos -como poco diez unidades también le pueden venir bien-. Pero, por como llegan, es claro que el encuentro que viene ante Torque será determinante, sobre todo para las intenciones carboneras. Por el Clausura, porque los aurinegros tienen la chance de pasarlo en la tabla, pero también por la Tabla Anual y aquel premio de meterse en las copas internacionales.
Lo que fue el sábado
Mientras duraron los noventa y pico de minutos que disputaron por puntos dispersos, Peñarol y River Plate en el Campeón del Siglo, Franco Acosta siguió sin aparecer. La noticia trascendió en los portales y en el corazón sensible del hincha. El pibe que sudaba la de Atenas de San Carlos desapareció mientras corría a nado una carrera con su hermano por el arroyo Pando. Cuando Peñarol puso el primero tampoco se supo nada nuevo. Matías Britos convirtió al medio del arco un penal atendido por la visita.
Previo al gol que aceleró los corazones quietos, los equipos estudiaron movimientos y formatos. Todo lo rompió el gol. Casi todas las cosas empiezan de nuevo con el gol. El darsenero quería con Marcos Montiel por afuera, conversando el diálogo difícil de algo inédito. Peñarol buscó con Facundo Torres y creyó en el trabajo de Mauricio Larriera, quien por momentos estuvo impávido,por momento entusiasmado. Encontró en Juan Manuel Acosta un socio para la renovación. Fueron todas de ir las cartas.
Apenas empezado el segundo tiempo, un centro de Acosta encontró ubicado a Agustín Álvarez Martínez donde los nueves habitan. Hizo el gesto completo de una pieza de danza en el área y conectó con el rozamiento de la esfera que había surgido de los pies del mejor del partido, segundos antes. Luego de una pared tirada de espaldas por Giovanni González en recurso certero.
Matías Arezo fue siempre peligroso. Incluso José Neris aunque con otro desorden, estuvo activo entre los backs locales el tiempo que estuvo en la cancha. El eco de un estadio vacío es como un susurro al oído en la distancia. Insultos, descanses y alientos, la voz de Jorge Fossati inconfundible, en la protesta, en la narrativa de la secuencia más próxima, en la corta con el cuarto para orejas de chancho nacionales.
Jorge Fossati probó con Juan Manuel Olivera y llovieron centros. Peñarol y River entre la calma y la desesperación. El Canario Agustín Álvarez Martínez cabeceó una similar entre los más altos tallos darseneros. Rozó la estirada vocal que nos subleva. River sin embargo buscó hasta quebrando su forma. Peñarol manejó el reloj con inteligencia. Y el partido se fue yendo como una estación. Debutó con la camiseta del manya el Mono Maxi Pereira. Peñarol ganó en su casa.
Detalles
Estadio: Campeón del Siglo
Árbitros: Andrés Cunha, Richard Trinidad, Mathías Muníz.
Peñarol (2): Kevin Dawson; Juan Acosta (88’ Maxi Pereira), Giovanni González, Fabricio Formiliano, Gary Kagelmacher; Joaquín Piquerez, Jesús Trindade, Walter Gargano (79’ Kriztian Vadocz), Facundo Torres (94’ Fabián Estoyanoff); Agustín Álvarez Martínez (88’ Ariel Nahuelpan), Matías Britos (79’ David Terans). Entrenador: Mauricio Larriera.
River Plate (0): Lucas Machado; Gonzalo Viera, Guzmán Rodríguez, Marcos Montiel (74’ Juan Plada); Nicolás Rodríguez, Horacio Salaberry, Facundo Silvera (54’ Juan Manuel Olivera), Maxi Calzada (66’ Thiago Galetto), Sebastián Piriz; José Neris (66’ Thiago Borbas), Matías Arezo. Entrenador: Jorge Fossati.
Goles: 38’ Matías Britos (P), 48’ Agustín Álvarez Martínez (P).
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