El entusiasmo y la expectativa que tenían los seguidores de Nacional ante su nuevo plantel, con nueva orientación, en una nueva actividad internacional, no se vio correspondido con el resultado del juego, aunque a pesar de la derrota 2-0 el elenco tricolor mostró cierta potencialidad que deberá desarrollar prontamente para seguir adelante en su serie.
Los bichos colorados, con un gol en cada tiempo (Gabriel Ávalos en el primero y Emanuel Herrera en el segundo), le ganaron bien al elenco del debutante en el banco, Alejandro Cappuccio, que propuso un juego abierto con mucha intención creativa pero que no pudo cuajar en acciones de real peligro.
Buena vista
El principio del partido fue intenso, abierto, lindo.
El nuevo Nacional, nuevo desde todo punto de vista, por la concepción del juego de Cappuccio, por sus integrantes y por su reciente ensamble, trató de optimizar el juego de sus futbolistas más técnicos y la velocidad de sus delanteros.
El partido era fluido, de tránsito rápido y con más precisión y circulación de los argentinos, que se encontraban con una sólida línea final de los tricolores.
Nacional también circulaba con velocidad, pero con un poquito menos de precisión. Andrés D’Alessandro, jugando como centromedio ofensivo, mostró su jerarquía y su falta de ritmo de competencia en iguales cantidades. El desequilibrante futbolista tuvo referencia de marca especial y además fue golpeado reiteradas veces.
A los 25 minutos un tiro libre en ofensiva de Argentinos Juniors dejó en una incómoda situación al joven arquero Gabriel Centurión. La pelota quedó en zona central y el remate del goleador Gabriel Ávalos terminó poniendo el 1-0 para el equipo argentino. Nacional asumió el golpe y siguió procurando hacer un juego abierto por banda y con buena finalización. Justamente esa arista era la que fallaba, porque el último pase nunca era lo certero que debía ser.
Estuvo a nada del empate el elenco tricolor cuando, tras un cambio de frente de Leandro Fernández, encontró a Brian Ocampo desequilibrando a toda velocidad y poniendo un centro justo para el cabezazo de Gonzalo Bergessio, que fue sacado al córner de manera espectacular por el arquero rojo.
Los tricolores hicieron un buen primer tiempo, con un descollante Ocampo, pero terminaron con un mal resultado, lo que modificaría el planteo y el esfuerzo de lo que venía.
Cansancio y desgaste
En la segunda parte el juego fue similar al que habíamos visto al inicio, pero la ventaja del gol de Argentinos Juniors modificaba la posición de riesgo de Nacional.
El equipo de Cappuccio tomó mayor preponderancia en el juego ofensivo, y en el primer cuarto de hora del complemento dominó el juego y estuvo muy cerca del área rival.
No pudo sostener un juego con alto caudal ofensivo el elenco uruguayo, entonces Argentinos se fue liberando de preocupaciones y empezó a sacar fuertes y efectivos contragolpes.
Los cuatro cambios que hizo Cappuccio cuando faltaban 15 minutos para el final del partido representaron también una variante de orden de juego que no dio resultado: entraron dos defensas, Nicolás Marichal y Christian Almeida, un mediocampista, Emiliano Martínez Toranza, y un delantero, Gonzalo Vega, y quedaron en campo, muy desgastados físicamente, Leandro Fernández y D’Alessandro.
A poco del final, el delantero Emanuel Herrera consiguió un gol de muy buena factura después de enganchar en el área hacia su pierna derecha y sacar un fuerte remate cruzado que venció irremediablemente a Centurión. El 2-0 tal vez sea un resultado largo para lo que fue el partido, pero no hay dudas de que Argentinos mereció la victoria. En una serie que se presume dura, serán decisivos los puntos de local, y Nacional deberá extremar sus fuerzas al recibir la semana que viene en el Parque Central a Atlético Nacional de Medellín.