La primera actividad deportiva de los Juegos Olímpicos de Japón serán los seis partidos iniciales del torneo femenino de fútbol, el miércoles 21 con horarios en la primera mañana uruguaya. Ese día tendrán exclusividad en cuanto a actividades deportivas. La fiesta inaugural será dos días después.

El torneo tiene un nivel alto: ocho de las 12 selecciones participantes se ubican en los primeros diez lugares del actual Ranking FIFA. Sólo dos de las primeras diez mejor ubicadas estarán ausentes; se trata de Alemania y Francia, segunda y tercera respectivamente, y es esa una baja importante. Pero estará Estados Unidos, que lidera el ranking, además de Países Bajos (cuarto), Suecia (quinto), Gran Bretaña (sexto), Brasil (séptimo), Canadá (octavo), Australia (noveno) y Japón (décimo). Cuatro selecciones están más lejos: China (15ª), Nueva Zelanda (22ª), Chile (37ª) y Zambia (104ª).

La versión olímpica del fútbol de mujeres es de mucho mayor calidad que la edición masculina, aunque esta tiene más participantes, 16. Competirán 12 selecciones sin límite de edad ni ninguna otra restricción, por lo que cada selección podrá ir con su mayor poderío. Es similar, en ese aspecto, a la Copa del Mundo, que en su última edición, jugada en 2019 en Francia, contó con la participación de 24 selecciones. En Japón estará el grueso de la élite mundial del fútbol femenino de estos años.

En la versión masculina hay restricciones por edad poco racionales, surgidas de transacciones interesadas entre la FIFA y el Comité Olímpico Internacional (COI). No es una competición de selecciones absolutas como la femenina, pero tampoco es una versión juvenil o de promoción. En principio era un campeonato sub 23 con posibilidad de agregar tres integrantes mayores. Ahora, en tanto los Juegos Olímpicos se postergaron de 2020 para 2021, la versión masculina será un sub 24, también con tres refuerzos mayores.

En resumen, se observa más calidad y menos participantes en el fútbol femenino, lo que contrasta con una amorfa admisión restringida que le resta atracción a la versión masculina.

El formato femenino, con tres grupos

Los grupos del torneo femenino se denominan E, F y G para diferenciarlos de los del masculino, que son A, B, C y D. En el E se medirán en la primera jornada Gran Bretaña con Chile, y Japón con Canadá, en la ciudad de Sapporo. El primer partido se jugará a las 16.30 de Japón –las 4.30 de Uruguay– y el segundo a las 19.30 del país anfitrión –7.30 en nuestros relojes–. Los horarios siguientes los daremos en hora uruguaya, y ya sabe el lector que si quiere saber la hora del partido en Japón deberá agregar 12 horas. El mismo día se enfrentarán, por el grupo F, en la ciudad de Miyagi, China y Brasil a las 5.00, y Zambia y Países Bajos a las 8.00. Finalmente, por el grupo G se medirán, en Tokio, Suecia y Estados Unidos a las 4.30, y Australia y Nueva Zelanda a las 8.30.

La segunda etapa se jugará el sábado 24 y la última, el martes 27. Se clasificarán a cuartos de final los primeros y segundos de los tres grupos y los dos mejores terceros; los cuatro partidos de esta fase se disputarán el viernes 30. Sólo quedarán eliminadas de la fase inicial cuatro selecciones, las tres últimas de los grupos y la peor tercera.

Favoritismos e historia

No será una novedad que demos a Estados Unidos como el equipo a vencer. Y, ciertamente, será difícil. Las norteamericanas fueron campeonas de la última Copa del Mundo y se han mantenido en una actividad continua difícil de igualar por otras selecciones desde 2019.

Este favoritismo tiene una base histórica. Estados Unidos ganó cuatro de las seis ediciones del futbol femenino olímpico desde su inicio en Atlanta 1996, cuando obtuvo el título como local. Además, fue oro en Atenas 2004, en Beijing 2008 y en Londres 2012, fue plata en Sídney 2000 y se quedó en cuartos de final en la última edición, la de Río de Janeiro 2016, cuando Suecia le ganó en la definición por penales. En esa edición fueron campeonas las alemanas.

Brasil y Chile

Si de alguna selección debemos ser hinchas los sudamericanos, es de las dos de nuestra región. No sólo por solidaridad, también por conveniencia: si ellas tienen una actuación muy destacada –imaginemos que ambas lleguen a una semifinal o a la final, por decir lo más–, seguramente el cupo olímpico de las selecciones sudamericanas podría aumentar y llegar a ser de tres selecciones –o dos y media– para la edición de 2024.

Brasil ha tenido actuaciones muy destacadas y ostenta la primacía absoluta en América del Sur. Sin embargo, nunca fue campeona en los Juegos Olímpicos ni en una Copa del Mundo, aunque muchas veces tuvo valiosos logros secundarios con actuaciones destacadas, de gran lucimiento. Por ejemplo, fue segunda de Estados Unidos en Atenas 2004 y en Shanghái 2008. Con Marta cerca de su último baile y con la dirección técnica de la histórica entrenadora sueca Pía Sundhage desde 2019, se puede esperar una primera vez para nuestras vecinas. Sundhage fue bicampeona dirigiendo a Estados Unidos y, en la edición pasada en Río, al mando de la selección sueca, eliminó en las semifinales a las estadounidenses por penales y cayó luego 2-1 en la final con Alemania.

Chile, por su parte, llegó a Tokio por haberse clasificado en segundo lugar en la Copa América jugada en su país en 2018. Esa posición daba lugar a un cupo de repechaje frente a una selección africana. Ya en pandemia, en abril de este año le ganó a Camerún 2-1 y empató luego 0 a 0 en partidos jugados en Ankara, Turquía.