El día después, llegaron las explicaciones. La salida de Lionel Messi del FC Barcelona, uno de los acontecimientos más importantes del fútbol europeo en los últimos años, se produjo por sorpresa, cuando las partes estaban de acuerdo, y debido a la normativa económica impuesta por la Liga de España a raíz de la crisis que atraviesa.

Esta mañana, el presidente del club catalán, Joan Laporta, dio una conferencia de prensa en la que afirmó que “Leo quería quedarse y el club quería que se quedara”, pero esto sería imposible si se quería cumplir con el fair-play financiero de LaLiga. En este sentido, también argumentó que para poder inscribir al argentino “teníamos que aceptar un acuerdo de LaLiga que hipotecaba durante medio siglo los derechos televisivos del club, y el FC Barcelona está por encima de todo”.

¿A qué se refería Laporta? Todo empezó un día antes del anuncio de la salida de Messi. LaLiga, que busca salir de una profunda crisis que afecta tanto al torneo como a los clubes, anunció el miércoles un acuerdo con el fondo de inversión británico CVC Capital Partners, mediante el cual los inversores se quedarían con 10% del negocio de los derechos audiovisuales del fútbol español a cambio de inyectar 2.700 millones de euros, que serían destinados a LaLiga y a los clubes de primera y segunda división, con el objetivo de que el torneo se convierta en una franquicia global de entretenimiento digital. Del dinero que reciben los clubes, 70% debería destinarse a infraestructura, 15% a pagar deudas y el 15% restante a la inscripción de futbolistas, según informó El Economista.

La inyección económica sería entregada con un formato de préstamo participativo con 0% de intereses pero un vencimiento a 40 años.

El acuerdo se aprobó por unanimidad en la comisión delegada, en la que ni Barcelona ni Real Madrid tienen representantes. Una vez conocida la noticia, los grandes equipos españoles se opusieron a la propuesta.

Las declaraciones de Laporta esta mañana motivaron la inmediata reacción de Javier Tebas, presidente de LaLiga, quien desde su cuenta de Twitter respondió directamente al presidente del Barça, afirmando que el acuerdo con CVC “no hipoteca los derechos de TV del FC Barcelona 50 años, lo que hace es que los mismos tengan más valor para todos los clubes y así tú los puedas HIPOTECAR a tus BANCOS y resolver la gran deuda”.

Más tarde publicó un nuevo tuit en el que aseguraba que tres días atrás, “Joan Laporta me explicaba perfectamente la operación, al ser unas cuentas en participación, y daba su apoyo. ¿Qué pasó?”.

La herencia maldita

Durante la conferencia de prensa Laporta dijo que la gestión anterior del FC Barcelona, liderada por Josep María Bartomeu, dejó una “herencia nefasta” que provocó “que la masa salarial del club represente 110% respecto de los ingresos”, por lo tanto el equipo catalán está sin “margen salarial”, especialmente teniendo en cuenta el fair-play financiero de LaLiga”.

“Llega un momento en que en una negociación debes plantarte, analizar con rigor y con los números. La norma de LaLiga podría ser más flexible, pero eso no es excusa porque ya la conocíamos. Leo Messi se lo merece todo, ha demostrado su estima al Barça y la voluntad para quedarse en Barcelona. Estoy triste, pero convencido de que hemos hecho lo mejor por los intereses del FC Barcelona”, sostuvo el presidente del club.

Los clubes tienen que balancear sus cuentas entre fichajes y ventas, entonces si aumentan el gasto por un jugador tienen que equilibrar ese costo con mayores ventas o con la reducción de otros contratos. Barcelona tenía una masa salarial de 110% con Messi, entonces se pasaba.

Laporta explicó que incluso con la salida del argentino, que había acordado una reducción salarial de 50% para firmar un contrato de cinco años, la situación sigue siendo complicada, ya que la masa salarial se reduce de ese 110% a apenas 95%, sumado a que tras el adiós a Messi las pérdidas proyectadas en 200 millones de euros pasan a ser de 487 millones, y pueden aumentar si no se logran buenos acuerdos de patrocinio, algo que también peligra sin el 10 en el equipo.

Incluso con la salida de Messi, Barcelona necesita cerrar alguna otra salida o reducción de contrato para poder inscribir a los futbolistas que había contratado para la nueva temporada: el argentino Sergio Kun Agüero, el holandés Memphis Depay, el brasileño Emerson Royal y el español Eric García.

El futuro de Messi

Con su punto final en Barcelona, ahora resta definir cuál será el nuevo club de Lionel Messi, que buscará llegar en las mejores condiciones físicas al Mundial de Catar 2022 en busca de su primera copa del mundo con Argentina.

Esta misma mañana se descartó la posibilidad de que se reuniera con su exentrenador Josep Guardiola en el Manchester City. Fue el entrenador catalán quien lo descartó en una conferencia de prensa, al asegurar que el británico Jack Grealish, contratado por 100 millones de euros y anunciado el pasado jueves, es la apuesta del club. “Hemos fichado a Jack Grealish. Él usará el número 10 porque le convencimos pensando que Leo se quedaría [en Barcelona]. Ahora Messi no está en nuestros planes”, sentenció.

Mientras tanto, la posibilidad más clara de futuro parece estar en Francia. Este viernes, el entrenador de Paris Saint-Germain (PSG), el argentino Mauricio Pocchetino, reconoció en una conferencia de prensa que “el club está trabajando” en la posibilidad de incorporar al argentino y “si hay alguna novedad lo comunicaremos con brevedad”.

En el caso de que Messi arribe al PSG, restaría resolver quién saldría para cumplir con el fair-play financiero de la UEFA. El club ya cuenta con contratos altísimos, como los de Neymar, Kylian Mbappé y Ángel di María.

Según Marca, el otro equipo en la disputa es el vigente campeón de la Champions League, el Chelsea británico, que aún no ha gastado dinero en contrataciones. La llegada del argentino podría ser su único traspaso de la temporada, pero dejaría al club sin margen para contratar al goleador noruego Erling Haaland, por quien se estaban moviendo desde mediados de julio.