El sábado 25 de setiembre se llevó a cabo, en el club 25 de Agosto, el segundo encuentro presencial de mujeres y disidencias del deporte. El evento contó con el apoyo del Municipio CH y Montevideo Género.
Conectadas por el Deporte reúne a mujeres que desde sus distintas experiencias y vínculos con las diversas disciplinas deportivas intercambian y analizan la realidad con perspectiva de género. Buscan la equidad en este ámbito, entendiendo el deporte como un espacio de formación y crecimiento personal, pero también de aporte e incidencia en lo social.
Se trató del segundo encuentro presencial. El primero había sido en Plaza las Pioneras en diciembre del año pasado. Por la mañana comenzó la primera actividad, que consistía en hacer una tarjeta de presentación, en la que se debía incluir un momento deportivo acompañado de una foto o descripción.
En las fotografías se veía a mujeres y varones trans en arcos de fútbol, en canchas de básquetbol, en redes de vóleibol, uniformadas con atuendos deportivos, recibiendo medallas o en un abrazo de gol, de todas las edades y en distintas actividades; de esa forma quedó reflejada la diversidad con la que se contaba.
Entre las asistentes estuvieron presentes Mujeres en la Cancha, un espacio de cuidado y respeto para jugar al fútbol, orientado a adolescentes y adultas, también representantes del maxibasquet femenino del equipo Las Pioneras, árbitras de básquetbol, jugadoras y entrenadoras de rugby, estudiantes del Instituto Superior de Educación Física (ISEF), jugadoras de hockey, docentes de diversas entidades deportivas, directivas e hinchas de distintos equipos de fútbol, periodistas deportivas y personas procedentes de otros ámbitos, con el deporte como hilo conductor.
Posteriormente, se presentó la colectiva y más tarde se proyectó un cortometraje de 2018, titulado Ballerino. Trata sobre el fútbol ajustado a los estereotipos de género, en este caso en un lugar y espacio en particular, en el que se entendía que el fútbol era sólo para niñas y el ballet sólo para varones. Se plasmaban allí los sueños frustrados de un niño que no podía hacer la actividad que deseaba porque debía cumplir con los mandatos sociales y con los deseos de su padre, reprimiendo los suyos.
El video invitó a las participantes a reflexionar sobre cómo habían vivido su práctica o formación deportiva desde los distintos roles: como practicante, como docente, como hincha. Se preguntaron cómo fue el proceso, si tuvieron la posibilidad de elegir y si se sintieron en igualdad de condiciones. También si sus referentes contaban con formación en género, si sus cuerpos eran valorados y respetados, y si estuvieron cómodas.
Falta todo por cambiar
En el debate, hecho en subgrupos, surgieron cuestiones relacionadas a la vivencia del deporte como espacio de lucha, en el que las mujeres y disidencias, entendidas como seres políticos, no simplemente practican determinada actividad, sino que deben hacer un esfuerzo extra para que sus derechos sean respetados y luchar por ocupar los lugares que les corresponden, lo que supone una revolución, que acarrea una militancia feminista.
“Debemos apropiarnos de los espacios y exigir ser respetadas, ir contra las adversidades que nos encontramos en el camino, que son además, antideportivas”, expresó uno de los grupos.
Otra de las temáticas de intercambio fue sobre la formación en cuestiones de género de quienes educan y forman en lo deportivo. Se concluyó que la formación en la mayoría de los casos es escasa o nula, que docentes y entrenadores no están interiorizados en este sentido, porque ni siquiera existen espacios destinados a estas enseñanzas. Tanto en la Licenciatura en Educación Física de la Universidad de la República como en los demás institutos que brindan carreras en Educación Física, suele haber algunos talleres o módulos dentro de determinadas materias sobre género, equidad o temas relacionados, pero no hay una profundización académica.
Además, quienes ocupan los cargos de poder suelen ser varones, y esto dificulta más la promoción y el interés por enseñar con perspectiva de género.
La violencia como medio
Algo con lo que todas conectaron fue la violencia en sus recorridos en el deporte. Por tratarse de un ámbito masculinizado, se promueven prácticas violentas sin cuestionarlas.
“Un entrenador de básquetbol que iba perdiendo tiró la tabla contra la pared donde estaban sentadas sus jugadoras; yo estaba arbitrando y lo sancioné, no se retiró de la cancha hasta que se lo pidió mi compañero varón”, contó una de las participantes.
Las anécdotas fueron muchas y todas tenían algo en común: discriminación por ser mujer o disidente, falta de formación a la hora de resolver inconvenientes y falta de recursos para los deportes practicados por mujeres.
Entre varias otras consideraciones, el colectivo concluyó que las mujeres no somos responsables de cambiar esta realidad que nos tiene en desigualdad de condiciones, sino la sociedad en su conjunto, y para eso es necesario y urgente que los actores de incidencia social se hagan cargo.
“Ojalá llegue pronto el día en que no tengamos que aclarar quiénes están invitadas e invitados a participar de estos encuentros”, finalizaron desde la colectiva.