El objetivo era el mismo para River y Deportivo Maldonado: ganar para alcanzar la punta del Torneo Clausura, aprovechando que Nacional perdió puntos tras empatar con Fénix. Pero no. Se neutralizaron, empataron sin goles y el que festeja este resultado es el conjunto albo, que quedó en lo más alto con 24 unidades, mientras que el darsenero y los fernandinos lo escoltan con 23.

El equipo de Gustavo Díaz hizo en el final todo lo que no había logrado durante el resto del partido: fue muy ofensivo, sobre todo con la actuación del goleador, Thiago Borbas, pero la pelota no quiso entrar al arco y el equipo que empezó el torneo con seis victorias al hilo ahora hace tres fechas que no gana.

A pesar del empate, cuando los jugadores se dirigieron al vestuario, fueron ovacionados por sus hinchas que confían y bancan: de eso se trata el fútbol.

Con más ganas que juego

El domingo, el sol y el fútbol, son una gran combinación. El Saroldi se presentó con panorama espectacular porque su cancha no tiene nada que envidiarle a ninguna otra del fútbol uruguayo, el césped del Federico Omar está en óptimas condiciones.

Fueron 1500 las personas que disfrutaron el partido, que fue entretenido y con velocidad. Entre los presentes hubo muchos hinchas del Depor, que acompañaron durante todo el encuentro con bombos y platillos.

En la tribuna de enfrente, entre las viejas y nuevas caras darseneras, se escabullían los niños que visten la albirroja en las categorías infantiles, pidiendo “una monedita pal viaje”, mientras se disputaba el partido por la décimo primera fecha del Torneo Clausura, que contó con el arbitraje de la terna del mundial, encabezada por Andrés Matonte.

No fueron los mismos

La solidez que tienen actualmente ambos equipos no se notó en esta ocasión. Los resultados previos marcaban que los de Maldonado llegaban mejor: venían de ganar, mientras que River venía de perder y por goleada.

En la primera parte ambos equipos jugaron con más intenciones que ideas, pero la visita estuvo más ordenada.

Lo de las ideas corrió sobre todo por el lado de River Plate, que prácticamente no pateó al arco en el primer tiempo, lo que desató el enojo del Chavo Díaz, que pasó dando indicaciones.

“Seguí por el lateral Mathi”, le dijo a Ocampo, que le hizo caso y así logró elaborar las pocas jugadas que culminaron en incursiones ofensivas en el área rival, ninguna con gran peligro.

Deportivo Maldonado estuvo mejor parado y tuvo la chance con muchas pelotas quietas, pero no las supo aprovechar.

Rossi tapó el disparo de Thiago Borbas en lo que fue la jugada más peligrosa cuando se iba el primer tiempo, y la frustración del Chavo Diaz se metió directo al túnel para ingresar al vestuario.

Poco y nada

En el complemento los dos equipos siguieron en la misma línea, pero cuando el entrenador local probó con algunos cambios en la delantera le cambió la cara a su equipo. Fue Jonathan Urretavizcaya uno de los encargados de generar peligro.

La presión se hizo sentir sobre los fernandinos que en los últimos minutos de la disputa debieron estar bien atentos en la defensa porque los locales fueron muy ofensivos. Deportivo se salvó gracias al golero, gracias al palo, y gracias a la falta de precisión del darsenero a la hora de rematar, pero el gol estaba al caer, faltó tiempo. La pelota no quiso entrar y el resultado dejó un sabor amargo, porque la victoria significaba quedar en lo más alto.