El Club Hípico Paraguayo (CHP)recibió las competencias de deportes ecuestres en estos Juegos Sudamericanos. “Siete familias son dueñas de todo Paraguay”, dice un periodista sentado al costado de la pista. “Viene de la época de Alfredo Stroessner, cuando se repartieron todo”. Nada de eso está chequeado, pero sirve como ejemplo: de eso se habla en la tribuna de una competencia deportiva. Señala a uno y a otra. Ella es Andrea Zuccolillo, dice, propietaria de dos shoppings. Natalia Zuccolillo, su hermana, es la actual directora del diario ABC, que heredó de su padre, y gran parte de la familia figura en la nómina de accionistas del Banco Atlas. Esos datos sí están chequeados.

La primera mencionada, Andrea, conversa con un entrenador de jinetes al costado de la pista. Ella es la presidenta del CHP y está recibiendo en su institución la fiesta del deporte sudamericano. La alta sociedad de Asunción, al menos parte de ella, se da cita en el evento en el que un par de docenas de jinetes y amazonas montan y saltan sobre obstáculos de un metro y medio de altura. Cada caballo puede valer 200.000 dólares, pero hay otros que valen más y se venden hasta por seis ceros. Transportarlos, cuidarlos y entrenarlos supone un alto presupuesto y por esa razón no son muchas las citas en las que las principales selecciones del continente se juntan para competir.

En el deporte ecuestre el ciclo olímpico es una escalera. Comienza con los Juegos Sudamericanos, que clasifican a los Panamericanos y de allí a los Olímpicos. Uruguay presentó sus equipos de adiestramiento y salto ecuestre, consiguiendo cupos para los Panamericanos de Santiago 2023.

En adiestramiento Carolin Mallmann y Guillermina Birenbaum consiguieron dos plazas individuales para Uruguay, pero el año que viene se definirá quiénes las ocupan, si ellas, otros u otras aspirantes.

En salto, el equipo completo, integrado por Martín Rodríguez, Juan Manuel Luzardo, Sebastián Guarino y Lupe Valente, logró la clasificación. Tampoco ninguno de los cuatro tiene su lugar asegurado, puesto que clasificaron al equipo, pero resolverán en 2023 quiénes viajan a Chile. Superaron en esta ocasión a los equipos de Paraguay, Ecuador, Perú y Bolivia, quedando por detrás de Brasil, Argentina y Chile, que subieron al podio.

Lupe Valente y Sebastián Guarino viven en Argentina. Luzardo vive en México. Fuera de Uruguay hay mejores oportunidades para competir a alto nivel y desarrollarse. Martín Rodríguez vive en Italia. Allí tiene tres caballos de alto nivel que podría utilizar el año que viene para saltar en los Juegos Panamericanos en busca de un lugar para los Juegos Olímpicos. Ahora no lo hizo porque el viaje de un equino para cruzar el océano Atlántico en un vuelo, con los cuidados veterinarios que eso supone, implica una cifra demasiado onerosa. En lugar de eso, prefirió alquilar un caballo brasileño para esta competencia. El animal respondió y cuando superó el último obstáculo todo el equipo celebró el logro.

“Detrás de lo que se ve hay un cuidado y una atención inmensa a los animales”, comentó Lupe Valente tras la prueba. Desde la alimentación hasta poder caminar con el caballo minutos antes de la competencia para que esté tranquilo, “todo es sumamente importante para que el caballo llegue en óptimas condiciones para tener un óptimo desempeño”, contó la amazona.

“Estamos contentos porque obtuvimos el cupo en una competencia que tuvo un nivel alto. Brasil, Argentina y Chile son tres potencias muy fuertes”, dijo Rodríguez tras la competencia. “Es el primer paso del ciclo olímpico y es importante haber clasificado como equipo para seguir el sueño de llegar a los Juegos Olímpicos”, agregó.

Para Valente no sólo fue el primer paso de este ciclo, sino su primera participación en una competencia de la escala olímpica. “Es increíble estar acompañada por los chicos que tienen suma experiencia en estos eventos. Cuanto más joven una es, menos experiencia tiene, así que para mí es un honor estar aprendiendo de los que tengo al lado”, remarcó.

Uruguay recorrió la pista de Asunción y lo hizo superando obstáculos, con buen suceso. En una competencia atractiva, en la que luce tanto la calidad de los jinetes como la potencia de los caballos, hombres y mujeres compitieron por igual, sin distinción de género, algo que por el momento no sucede en ninguna otra disciplina del ciclo olímpico. Habrá chance de verlos nuevamente en acción dentro de un año, en los Juegos Panamericanos de Santiago 2023.