De cara a su décimo torneo internacional, Edinson Cavani habló con The Guardian sobre el fútbol, la pasión heredada de su padre, quien jugó también de delantero y que compartió equipo en Salto con el padre de Luis Suárez.

Con 434 goles en 785 partidos disputados a lo largo de su carrera, el Matador sostuvo que de todos los lugares en los que ha vivido prefiere siempre Salto, su ciudad natal.

Describió el fútbol como una actividad que es “tiempo y espacio”. “Hay cosas que veo y siento en el fútbol que rechazo totalmente. En estos días, el éxito tiende a estar vinculado a la fama, la buena vida, el lujo. Y también tengo mi buena vida, pero soy muy simple. Me gusta mucho la naturaleza. Lo único que no me permite el fútbol es estar donde más me gusta, en el campo”, sostuvo.

Sobre la necesidad personal de estar en permanente contacto con la naturaleza, el delantero asumió que allí encuentra felicidad, por eso lo toma como una terapia, y recordó que tuvo momentos en los que necesitó ayuda profesional.

“Sólo hablar te sostiene. Hablo con el psicólogo de cosas que no son fútbol. Todos nos aferramos al fútbol y tenemos poco tiempo para concentrarnos afuera. A menudo, un trauma comienza con el fútbol, ​​pero el psicólogo te ayuda a ver que no viene sólo de ahí; puede ser tu crianza, tus padres, el entorno, la forma en que crees que eres, porque desde muy pequeño pensaste que esa era la única forma de vivir, intentar ser un futbolista, un superhéroe”, dijo el futbolista, que ha participado en campañas que promueven la salud mental.

Ilusión celeste

De cara al Mundial de Qatar, Cavani habló de por qué Uruguay es una selección tan competitiva.

“Porque nos enseñan a ser así. Dondequiera que vayas hay un espacio para patear una pelota. Esa competitividad que se exige como profesional la llevas haciendo toda la vida, todos los días, bajo la lluvia, jugando descalzo, rompiéndote un dedo del pie, vendándotelo y continuando. Siempre digo que en el fútbol no es lo mismo jugar que competir”, expresó el futbolista.

Para él, Uruguay es fuerte porque mantiene su esencia. “El fútbol moderno está perdiendo esa esencia. Yo vengo de esa vieja escuela. Tal vez no encajo del todo con el fútbol moderno, lo veo constantemente: las redes sociales, cómo ha avanzado la tecnología, todo eso se metió en el fútbol. Eso cambia mentalidades. Antes, todos en un equipo tenían el mismo objetivo”, analizó.

La vieja escuela

Cavani considera que aprendió y creció con un fútbol muy distinto al de la actualidad, y que en esa “escuela” “lo más lindo que puede pasar es ganar en equipo”.

“Para mí no hay un jugador que te haga ganar un Mundial él solo, no existe y nunca existirá. Alguien puede hacer algo mágico, pero necesitas compañeros de equipo corriendo, arriesgando su vida. Eso se olvida con demasiada frecuencia. En cambio, todo depende del goleador, el nombre famoso, el Balón de Oro. Eso quita el foco de lo que realmente importa, de modo que lo que un equipo quiere lograr se deforma, distorsiona. Lo he vivido”, declaró.

Consideró que personalmente aprendió de esa realidad y que, en su caso, no ha tenido deseos de “ser el mejor”.

“Cada uno tiene su propia personalidad, eso lo respetas, pero hay cosas que no quiero tener nunca en mi vida. Si algún día tuviera un premio individual me alegraría, seguro, porque destaca tu trabajo, pero no me cambiaría la vida, porque la mayor felicidad es una foto de mi equipo en casa”, agregó.

Garra charrúa

Para Cavani, en el caso de Uruguay los jugadores “estrella” están mal vistos, por una cuestión cultural que tiene como base la unidad, el trabajo y el sacrificio. “Esa idea de identidad es tan clara desde la cantera que ya está inculcada en los jugadores uruguayos y ojalá nunca se pierda. No es Suárez o Cavani o este tipo o aquel, no. El objetivo es ganar y en equipo. Somos conscientes de que ninguno de nosotros ganará nada por su cuenta”, sostuvo.

Por último, destacó el nivel del equipo charrúa, pero recordó que lo que más importa en la selección uruguaya es la esencia que tiene como base el sacrificio.

“A veces pierdes, pero quiero saber que mi equipo se entregó por completo. Cuando ganas de esa manera, lo disfrutas el doble. Esa es mi filosofía de vida y de fútbol. Todo lo que viene fácil nunca tiene el mismo sentimiento; el que simplemente recibe nunca lo aprecia como lo haría cuando cuesta, cuando hay sacrificio”, finalizó el delantero de la selección uruguaya.