Abrir un sobre de figuritas y prepararse para pegarlas en el álbum del mundial de fútbol es una experiencia que conecta con lo mejor de la infancia pero que también puede aportar novedades propias de la madurez. Entregarse de forma tan explícita al azar que nos ofrece figuritas que añoramos tener o simplemente posterga esos deseos tiene un efecto calmante.

El proceso de pegar una figurita implica mirarla, abrirse a las emociones que nos despierta el rostro en miniatura que nos observa y a los colores de la indumentaria, hacer una lectura rápida de los datos que se incluyen. Es necesario contar con buena iluminación, verificar que la vamos a pegar en el lugar correcto y luego, con gran concentración e intentando compensar las vibraciones biomecánicas de nuestras manos, pegarla del modo más alineado posible en un proceso que, tal vez de forma demasiado personal, evoca una sesión de meditación.

Durante esos instantes, el mundo se nos hace más simple e introspectivo; se reduce a nuestro pulso, nuestra respiración, nuestras emociones más inocentes, y a un par de objetos fácilmente conceptualizables e inofensivos: un álbum y una figurita. Todo eso compone una actividad improductiva económicamente (o incluso peor que eso), innecesaria (al menos en apariencia), infantil, y por tanto liberadora. Coleccionar figuritas es volver a jugar. Pero la curiosidad, esa cualidad también “innecesaria” e infantil, esa compañera de juegos, puede llevarnos a dar un paso más. La información que aparece en letra chica en las figuritas (como las fechas de nacimiento y la altura de los futbolistas), ¿podrá revelarnos algo más sobre las personas y sobre el fútbol?

Figuritas y nacimientos

A veces los números aislados pueden no decir mucho, pero un conjunto representativo de estos puede iluminar nuestra comprensión. Para ilustrar eso usaré mi álbum del Mundial de Catar 2022, aún bastante despoblado debido a la sequía de figuritas que se experimentó en los últimos meses, y también mi álbum del Mundial de Fútbol Femenino de Francia 2019, que por poco no está completo. Si quien lee esta nota quiere hacer lo mismo con el suyo, que seguramente tendrá un número distinto de figuritas, estimo que obtendrá resultados esencialmente similares. Los distribuidores dicen que las figuritas contenidas en cada sobre están equitativamente producidas y seleccionadas al azar. Por tanto, un álbum con un número relativamente alto de figuritas debería ser estadísticamente representativo de la muestra completa. Si se tiene un álbum completo (¡mis felicitaciones!) se puede poner a prueba esta suposición comparando con mis resultados.

Veamos primero la fecha de nacimiento. Al contar el número de futbolistas de Catar 2022 y de Francia 2019 que nacieron en cada mes del año encontramos que en ambos casos hay un desbalance. Hay un número mayor de nacimientos de futbolistas de selecciones nacionales en los primeros meses del año. En mis álbumes obtengo 107 nacimientos en la primera mitad del año contra 73 en la segunda para Catar 2022, y 150 en la primera mitad del año contra 130 en la segunda para Francia 2019. En el caso masculino se nota además, al graficar los datos, que los tres primeros meses del año tienen un número muy alto de nacimientos.

Estas diferencias son grandes, se observan en ambos álbumes y son muy difíciles de explicar únicamente por el azar. Tampoco se explican por una diferencia en la cantidad de nacimientos por mes en la población general (que incluye también a quienes no son futbolistas). Por tanto, parece ser algo que ocurre en una muestra de futbolistas que participan en un mundial. ¿Existe alguna explicación para esto?

Varios estudios sugieren que futbolistas que nacieron en los primeros meses del año deportivo (que en la mayoría de los países se cuenta a partir del inicio del año) están sobrerrepresentados en los mejores equipos de fútbol. Esto parece tener que ver con alguna ventaja que a edades tempranas (durante la etapa del desarrollo físico y el aprendizaje en fútbol juvenil) tienen las personas de mayor edad, aunque sea por algunos meses, respecto del resto. A ciertas edades esta pequeña diferencia de edad puede significar una mayor madurez emocional, una mayor altura y un mayor desarrollo de las capacidades físicas. Esto podría dar una ventaja inicial en esa etapa de la vida que luego sea difícil compensar. Esto no sólo se observa en distintos deportes, especialmente en fútbol, sino también en ámbitos académicos y de enseñanza. Estas ventajas han recibido el nombre de efectos de la edad relativa (en inglés relative age effects, o RAE).

Por ejemplo, en estudios concretos hechos en el fútbol español se ve que los efectos de la edad relativa ya existen a nivel del fútbol juvenil y que en el caso femenino es incluso más marcado en ciertos puestos: goleras y defensas. En un estudio en varias ligas europeas masculinas también se vio que el efecto es más marcado en defensas y mediocampistas que en otras posiciones.

Esto es consistente con lo observado en los datos globales de mis álbumes. Quienes llegan a formar parte de las selecciones nacionales están entre las personas con más destreza de su país, y es razonable pensar que esta ventaja les haya ayudado. Por supuesto que estas cuestiones generales y estadísticas no pueden aplicarse en forma determinista a casos individuales.

De esto también podemos aprender sobre la importancia de igualar las oportunidades de las personas mediante distintos mecanismos aún cuando las diferencias sean de apenas unos meses de edad. Las implicancias de estos efectos de la edad relativa para la formación de deportistas, pero también en otros ámbitos educativos, parecen muy importantes.

Por ejemplo, Cristiano Ronaldo, la legendaria estrella brasileña Marta Vieira da Silva y Diego Godín nacieron en febrero y podrían haberse visto favorecidos por este efecto, pero el incomparable Lionel Messi (al igual que su coterránea Estefanía Banini y los uruguayos Darwin Núñez, Nicolás de la Cruz y Fernando Muslera) nació en junio (nada demasiado bueno ni malo). El gran capitán de Croacia, Luka Modric, nació en setiembre, lo que debería haber sido una desventaja. En cualquier caso, Messi y Modric no son jugadores que basen su juego en una mayor fortaleza o altura que sus rivales. Tal vez simplemente encontraron su forma personal de sobreponerse a los efectos de la edad relativa y potenciar sus características personales.

En el caso de las dos goleadoras estadounidenses en Francia 2019, Alex Morgan y Megan Rapinoe, ambas nacieron en julio (día 2 y 5, respectivamente), lo que no parece favorable. Pero en ciertos países la fecha límite a los efectos de separar a quienes practican deportes por categorías de edad es a mitad de año. Esto ocurre especialmente en países como Estados Unidos, donde muchos deportes se practican en universidades o colegios y el calendario académico empieza al terminar el verano boreal (en agosto). En esos países, quienes hayan comenzado a practicar fútbol por grupos de edad en el colegio o en la universidad, y hubieran nacido en julio, habrían tenido la ventaja de los efectos de la edad relativa. En particular es de destacar que Morgan participó en fútbol universitario en los California Golden Bears y Rapinoe lo hizo en la Universidad de Portland antes de incorporarse a equipos profesionales.

En otros países pueden darse situaciones similares que dificultan la interpretación de estos datos. Pero las historias individuales son demasiado complejas y ricas como para reducirlas a un único factor. Este tipo de efectos que revela la estadística no definen destinos, simplemente muestran tendencias y aspectos que podemos entender y en los que podemos trabajar durante los procesos formativos para mejorar las oportunidades de las personas.

La edad pico promedio de capacidad futbolística ha sido estudiada usando indicadores cuantitativos de desempeño en las principales ligas europeas de fútbol masculino y está entre los 25 y los 27 años.

Figuritas y edades

Otro dato interesante que podemos extraer de las fechas de nacimiento en las figuritas del Mundial son las edades. En el caso de quienes disputan Catar 2022, la edad promedio es de 27,7 años (con un desvío estándar, que nos da idea de las variaciones en torno a ese promedio, de 6,5 años) y en el caso de Francia 2019 el promedio de edad al momento de la realización del Mundial fue de 27,2 (con un desvío estándar de 7,1). Estos resultados son muy similares para fútbol masculino y femenino.

La edad pico promedio de capacidad futbolística ha sido estudiada usando indicadores cuantitativos de desempeño en las principales ligas europeas de fútbol masculino y está entre los 25 y los 27 años. Para los defensas es más cercana a los 27 años, para los delanteros es más cercana a los 25 años y para los mediocampistas está en el rango general.

Para el fútbol femenino se hizo un estudio en la Olimpíada de Londres que mostró que los equipos tenían un promedio de edad de 25 años con un desvío de cuatro años; los equipos que no llegaron a la final tendían a ser más jóvenes, con un promedio de 22 años, y los equipos mejor clasificados tenían edades promedio mayores a los 26 años. Ese estudio sugiere que la edad de mejor rendimiento para las mujeres sería relativamente avanzada, pero no puede dar un número específico.

Álbum de figuritas Qatar 2022.

Álbum de figuritas Qatar 2022.

Foto: Pablo Vignali

Un estudio a lo largo de las Olimpíadas desde 1996 hasta 2016 muestra un incremento en la edad promedio de las futbolistas de 25 a 26,4 años en el período estudiado. Además ven que las goleras y las delanteras suelen ser las más jóvenes. En atletismo, donde existen indicadores cuantitativos de desempeño (alturas de salto, tiempos de carrera, distancias de lanzamiento, entre otros) más sencillos de medir que el desempeño en fútbol, las edades promedio de rendimiento óptimo son de 29 años en las mujeres y de 27 años en los hombres.

Un estudio realizado en 2019 con futbolistas de la UEFA muestra que la edad de rendimiento óptimo en fútbol masculino ha ido aumentando en las últimas décadas desde 24,9 años hasta 26,5. Esto podría explicar el valor relativamente alto del promedio que obtuve con los datos de mi incompleto álbum de Catar 2022. Pero hay otra posibilidad que se me ocurre para explicar ese promedio tan alto: un sesgo en los futbolistas seleccionados.

En el álbum no se incluye la lista completa de futbolistas que asistirán al Mundial por cada selección. Aparecen sólo 18 jugadores por equipo (la figurita número 1 de cada país es el escudo de la federación), y el álbum se diseña antes de que estén las listas definitivas. Por tanto, las nuevas figuras jóvenes seguramente sean dejadas de lado a favor de los jugadores consagrados de más trayectoria que nos alegra tener en el álbum y que tienen mayor probabilidad de ser convocados en la lista final de cada selección. Eso implica un sesgo a favor de jugadores de mayor edad que podría aumentar el promedio si se usa el álbum en comparación con las edades promedio de mejor desempeño. Mis resultados son consistentes con la hipótesis de que existe ese sesgo.

Figuritas y alturas

Otros datos interesantes son las alturas y las posiciones en el campo de juego codificadas con colores. En este caso calculé las alturas promedio para cada una de las cuatro posiciones que se definen en los álbumes: guardametas, defensas, mediocampistas y atacantes.

Para Catar 2022 obtuve los siguientes resultados en los promedios de altura (entre paréntesis incluí los desvíos estándar de cada promedio): guardametas 190 cm (4 cm), defensas 183 cm (7 cm), mediocampistas 180 cm (7 cm) y atacantes 180 cm (6 cm). Para Francia 2019 los resultados son: guardametas 173 cm (3 cm), defensas 168 cm (6 cm), mediocampistas 165 cm (6 cm) y atacantes 167 cm (7 cm).

Lo más notable es la mayor altura promedio de guardametas en comparación con quienes ocupan otras posiciones, tanto entre mujeres como entre hombres. Esto tiene una explicación clara relacionada con la necesidad de poder alcanzar tiros altos y cortar centros al área. Más interesante aún me parece la relación de esto con los efectos de la edad relativa y cómo puede notarse más en el puesto de guardameta. Esto nos permite pensar en un ejemplo concreto en que se puede manifestar ese efecto del que ya hablamos.

Si dos personas compiten por un puesto de guardameta en categorías juveniles a edades en que están creciendo en altura (lo que solemos llamar la edad del “estirón”) y tienen una diferencia de edad de varios meses (por ejemplo, una nació en febrero y la otra en octubre), puede ocurrir que una (nacida en febrero) alcance antes una mayor altura y gane así la titularidad en el arco de su equipo. Jugar regularmente le dará más experiencia, confianza y oportunidades de aprendizaje. Aunque en los meses siguientes la otra persona (nacida en octubre) crezca mucho en altura, puede ser que la ventaja obtenida por quien nació en febrero ya sea decisiva e influya favorablemente en su destino en los años siguientes.

Respecto del tema de las alturas, un estudio con futbolistas masculinos de Croacia mostró también que los goleros suelen ser más altos (183 cm de promedio con un desvío de unos 4 cm) y que los mediocampistas y atacantes son en promedio unos 3 cm más bajos (es decir, unos 180 cm). Esto se parece mucho a los resultados obtenidos para mi álbum de Catar 2022.

Que el fútbol ha evolucionado desde sus orígenes dando más importancia a la defensa que al ataque es algo muy claro, tanto por este dato de alturas como por la cantidad relativa de jugadores en posición de defensa y de ataque en los equipos.

Además, en los resultados de ambos álbumes parece haber una mayor altura en las posiciones de defensa en comparación con las de ataque. Esto es similar a lo obtenido por John Wesson en su excelente libro The Science of Soccer: los futbolistas de la liga inglesa masculina que juegan como goleros son bastante más altos que los demás; los que juegan en defensa son más altos que los atacantes (según Wesson, para cabecear los centros al área priorizando la defensa sobre el ataque en esas situaciones); y los atacantes tienen la misma distribución de altura que la población masculina general en el país. Que el fútbol ha evolucionado desde sus orígenes, dando más importancia a la defensa que al ataque, es algo muy claro tanto por este dato de alturas como por la cantidad relativa de jugadores en posición de defensa y de ataque en los equipos (eso también se puede ver en el álbum, aunque sospecho que debe de haber un sesgo similar al que mencioné antes, pero en este caso a favor de los conspicuos atacantes que queremos ver en nuestro álbum).

Figuritas y alegría

Entre mi álbum de Catar 2022 y el de Francia 2019 hay una diferencia importante en el número de figuritas que tengo pegadas debido, entre otras cosas, a que en un caso son más caras y se suelen agotar; pero también hay otras diferencias. El Mundial de Francia 2019 ya terminó y sabemos que lo ganó Estados Unidos en una gran final contra Países Bajos, el resultado de Catar 2022 aún es incierto. Esto alimenta las esperanzas y la imaginación.

Pero sin necesidad de hacer estadísticas, tengo la sensación de que el álbum de Francia 2019 muestra más gestos de alegría y sonrisas francas (Italia, Francia, Brasil, Inglaterra, Japón, Argentina, Canadá, Chile, Nueva Zelanda y Estados Unidos dan claros ejemplos de eso), con la llamativa excepción de tres o cuatro selecciones. El de Catar 2022 muestra más rostros neutros, como el que ofrecen Messi y Modric, e incluso gestos abiertamente intimidantes como el de Gareth Bale, aunque todos los uruguayos de mi álbum sonríen abiertamente y Cristiano finalmente optó para la ocasión por dar rienda suelta a su asimétrica sonrisa.

Más allá de estas diferencias, cada uno de esos rostros, cuando nos ponemos en modo meditación de coleccionista, nos abre una ventanita a un país, sueños, experiencias de vida, entrenamiento, aprendizajes, esperanzas, alegría, tristeza y lucha. Algo de eso se podrá reflejar en los estadios y las pantallas del fútbol espectáculo; para acceder al resto se necesitará usar sensibilidad, percepción, curiosidad, empatía y amor. Espero que nadie tenga que temer a la derrota y se pueda sentir alegría solamente por ser parte de la fiesta, de cualquier fiesta.