La Argentina de Messi brilla mientras la celeste se debate en cuestiones pueblerinas. Cada quien tiene su cuaderno y lo saca a la vereda con la silla de playa, o como sin querer queriendo la deja picando en el ascensor, o en el almacén de góndola a góndola, si es Suárez, si es Cavani. Por suerte para todo el mundo volvió Mario Bardanca un día. Argentina jugó con Polonia lo que esperaba el mundo futbolero. Les tengo un amor polenta. Lagrimeo sentado en el sillón, acariciando el terciopelo como en un cuento de Cortázar que entra por la puerta, detrás tuyo, ahora que estás leyendo. Juegan un kilo. Hay una nota de Roberto Parrotino que habla de un porcentaje altísimo de futbolistas de la Selección Argentina que se criaron en las canchitas de baby del conurbano bonaerense. Se les nota de lejos, chicos. Gracias madres y técnicos de aquel tiempo y de este, por estar y permitir a estos chicos regalarnos a los normales las jugadas del día. Memoria siempre para quienes hayan quedado en el camino, astros de la calle.

Lo superfluo, lo plástico. La censura histórica, las manifestaciones resistentes, la reivindicación de Palestina en la camiseta de una uruguaya, la clasificación de Australia con un futbolista comprometido con la causa LGTBIQ llamado Jackson Irvine, el homenaje de los senegaleses a Papa Bouba Diop, su Maradona, la internación de Pelé. El arquero polaco Wojciech Szczesny saludando con el pulgar al Fideo Di María que yace arrodillado junto al banderín después de probar un gol olímpico. El penal de Messi. La ternura de Aimar. Las amenazas a los futbolistas iraníes de parte de ángeles de un charlie religioso. La sumisión. En el Mundial está todo sobre la mesa. Lewandowski y Messi tuvieron una escena de Pimpinela tras un vals de agarrones en el medio campo y una charla con el tapabocas manual al final del partido intenso que disputaron. Cuando le preguntaron a Messi dijo “A mí me enseñaron que todo lo que pasa adentro de la cancha queda adentro de la cancha y todo lo que pasa en un vestuario queda adentro del vestuario. De mí no va a salir algo que nos digamos en la intimidad”.

Resultó ser que Mario Ferri es futbolista o lo fue, disputó en algunas ligas como la de San Marino o la de la India y la de su natal Italia. En octubre de 2010, Ferri fue arrestado en Abu Dhabi después de correr por la cancha durante la final de la Copa Mundial de Clubes entre el Inter de Milán y el Mazembe, con una camiseta de Superman que decía ‘Free Sakineh’, en referencia a la mujer iraní condenada a 99 latigazos por adulterio, y vuelta a ser condenada con la pena de muerte por el supuesto asesinato de su marido. El italiano irrumpió también en la final de la Champions League de 2011 en Roma entre el Barcelona y el Manchester United. Ese día incluso llegó a ponerle una bufanda del Milan a Leo Messi. En el 2014 invadió la cancha durante el partido por fase de grupos entre Bélgica y EE.UU. Su camiseta de Superman esta vez decía “Salva a los niños de las favelas”. Cuando Napoli recibió a Juventus en abril de 2017, El Halcón le tiró una bufanda al Pipa Higuaín, delantero argentino considerado un traidor por los napolitanos tras haber pasado a su rival Juventus. También le pidió a Ángelo Lippi que considere a su amigo Cassano para la selección azzurra en un partido de la Sampdoria y fue custodiado a salir por el propio Cassano quien pidió consideración a la seguridad. El mismo Mario Ferri declaró que en Qatar estuvo apenas unas horas bajo la custodia policial, y que el propio Gianni Infantino fue a sacarlo alegando que sus mensajes son de paz.

¿No así el de la diversidad, cierto? Resulta que la bandera que portó durante el partido entre la Selección Uruguaya y Portugal no era de la diversidad sino una italiana que decía PACE. Existe una discusión desde que alguien difundió uno de sus tatuajes, sobre si el símbolo que porta pertenece a Ucrania o al Batallón Azov, una unidad militar de la Guardia Nacional de Ucrania que tiene como origen una formación militar ultra-nacionalista, calificada también como neofascista​ de ideología neonazi. A diferencia del emblema del tridente que tiene tatuado Ferri, el símbolo de la unidad militar se compone de una insignia Wolfsangel alemana y en versiones anteriores de un sol negro. Hurgando en sus redes todo se pone aún un poco más turbio y lo aleja del Robin Hood que se cree. Pero qué dribling le hizo al primer policía.

Eduardo Camavinga, Alphonso Davies y Awer Mabil tienen origen africano, sin embargo, su vida los ha llevado por otros continentes y sus nacionalidades ya no son las de su tierra natal. Defienden o defendieron en la Copa del Mundo de Qatar 2022 a Francia, Canadá y Australia, respectivamente. Camavinga debutó en la Ligue 1 el 6 de abril de 2019 con 16 años. Su familia huyó de La Segunda Guerra del Congo, un conflicto que dejó más de cuatro millones de almas sueltas. Se refugiaron en un Campo de Refugiados en Miconje al noroeste de Angola. Allí estuvieron dos años hasta que iniciaron el duro periplo hacia Lylle que estaba a unos seis mil kilómetros. En agosto de 2021 el Real Madrid adquirió el pase de Camavinga por 31 millones de euros. Francia pasó a segunda fase y jugará con la Polonia de Robertito.

Alphonso Davies debutó en la primera división de los Vancouver Whitecaps a los 15 años. Nació en un campo de refugiados en Ghana luego de que sus padres escaparan de la guerra civil en Liberia. Los Davies se inscribieron en un programa de reubicación y consiguieron un nuevo destino para vivir: Canadá. El 27 de noviembre del 2022 Alphonso Davies, futbolista del Bayern Munich, convirtió el primer gol de la historia de la Selección de Canadá en los mundiales. La madre de Awer Mabil dejó Sudán embarazada y se instaló en un Campo de Refugiados en Kenia. La guerra civil se había llevado al padre del muchacho. Allí estuvieron hasta el año 2006 cuando apareció la oportunidad de vivir una nueva vida, como refugiados, en Australia. Awer debutó en la primera del Adelaide United cuando empezaba el año 2013. El delantero debutó con los Socceroos el 15 de octubre de 2018 en un amistoso contra Kuwait. La selección australiana jugará contra la Argentina de Messi en la siguiente fase del Mundial de Qatar.

Uruguay jugará con Ghana en un partido esperado. Hará lo que pueda. Se terminará de armar la escena final, la de los los supuestos mejores. El diario íntimo dirá todas las letras chicas de los sueños. A veces creo que no terminamos de disfrutar de ser un cuadro chico con historia. Se hablará de mística y de hazaña o de estirpe o de derrota. Difícilmente se hablará de cultura. Se hablará de perder o de ganar y de todas sus aristas. Y se hablará de garra, esa palabra bastarda. Por suerte también seguiremos hablando de otras cosas.

Lionel Messi, de Argentina, y Robert Lewandowski, de Polonia, durante el partido por el Grupo C de Qatar 2022, en el estadio 974.

Lionel Messi, de Argentina, y Robert Lewandowski, de Polonia, durante el partido por el Grupo C de Qatar 2022, en el estadio 974.

Foto: Andrej Isakovic, AFP