En la sede de Malvín Norte del Instituto Superior de Educación Física (ISEF), se realizó el cierre del Grupo de Estudios Sociales y Culturales del Deporte (Gesocude), del ISEF de la Universidad de la República (Udelar). La cuarta edición de “El deporte en la batalla cultural” significó el cierre anual del grupo, que este año aportó posturas y contenido académico al debate público en materia deportiva en conjunto con la diaria.

Los Espacios de Formación Integral (EFI) que participaron brindaron una dinámica práctica vinculada a la tarea que desempeñan en territorio. Deporte y Comensalidad, El Deporte como EFI, Tatami y Picaditos Etnográficos de Montevideo y Maldonado, compartieron una jornada lúdica y reflexiva. Todos ellos integran el Itinerario de Formación Integral (IFI), del Gesocude.

Reflexión

Bruno Mora, docente e investigador del ISEF e integrante del Gesocude, dio comienzo a la jornada mediante una reflexión en la que valoró que es importante la presencia de las actividades de extensión porque “están vinculadas a un servicio o dos de la Udelar, a clubes barriales, instituciones y actores”, y que “el campo de la educación física no puede ser ajeno a las realidades con las que trabaja”.

Líber Benítez, también integrante del Gesocude, docente e investigador del ISEF, destacó: “Esta idea de pensar el deporte en diferentes escenarios, planos, prácticas concretas, ayuda y aporta a pensar qué se juega en esos espacios deportivos. Se banaliza fácilmente el deporte al decir que tiene que ver con un conjunto de técnicas, tácticas, modos de hacer o decir. Para la Universidad no puede dar lo mismo estar o no estar, participar o no participar”.

En la misma línea, Benítez valoró “que el grupo [Gesocude] no sea un espacio de investigación aislado de las prácticas, aporta”, agregando que “que estemos pensando en políticas públicas y que podamos pensar qué pasa con las personas que transitan por los espacios deportivos”. “Más allá de las cuestiones que aparecen en los proyectos más amplios con una secretaría de Estado o un ministerio, podemos dar cuenta de su correlato directo con experiencias que van más allá de una política pública”, explicó Benítez.

Por su parte, Martina Pastorino, docente e investigadora del ISEF e integrante del Gesocude, expuso que “hay un discurso muy fuerte a nivel de la academia en el que el deporte es el relato máximo de lo no político, aunque se politice hasta la última gota”. En contraste, cuestionó: “¿Qué más político que la performance de un cuerpo en un espacio de poder? Que los cuerpos de las mujeres se presenten en una cancha de fútbol, o en cualquier deporte, es disputarle un lugar de poder al patriarcado, porque una cancha se puede transformar en un espacio político y de poder”.

Finalmente, Mora dio paso a las actividades lúdicas y reflexivas de cada EFI: “Como estamos en un cierre, en un brindis, vamos a hacer cosas que tengan que ver con lo que ya venimos haciendo y algunas otras para pensar”.

EFI

Cada EFI expuso en distintas presentaciones los objetivos, la metodología, los actores y servicios con los que trabaja en conjunto, y algunos resultados del ejercicio de 2022.

Picaditos Etnográficos surge como intento de empezar a pensar el fútbol femenino en Uruguay a partir de las voces de las propias protagonistas -históricamente invisibilizadas de los relatos-. “El objetivo general del espacio es profundizar en la reflexión sobre la producción de identidades hegemónicas y disidentes en el deporte; en particular, aquellas que subyacen a las relaciones de género y a las formas en que las lógicas del poder aseguradas por el sistema patriarcal y heteronormativo configuran ciertos discursos que legitiman y normalizan la práctica”, explica el documento del EFI. Al mismo tiempo, se propone construir narrativas sobre las vivencias de la práctica del fútbol, poniendo en práctica la metodología etnográfica como método reflexivo y de producción de conocimiento. Funciona en Montevideo y Maldonado.

Deporte y Comensalidad se coordina en conjunto con la Escuela de Nutrición y busca abordar problemáticas que establezcan “vínculos con espacios comunitarios donde confluyen prácticas deportivas y alimentarias, para trabajar sobre su apropiación y resignificación en tiempos de crisis social-sanitaria”, de acuerdo con su póster de presentación. Su aporte en términos académicos, parte del vínculo disciplinar entre los estudios socioculturales sobre deporte, la educación física y la nutrición “para pensar el cuerpo y los consumos en los espacios territoriales definidos, así como abrir la posibilidad a trabajar en conjunto con actores y organizaciones barriales”.

El Deporte como EFI, que se desarrolló en conjunto con el Club Atlético Yale, el Club Social y Deportivo Villa Española y el Polideportivo Municipio G, se centró en analizar desde una perspectiva etnográfica los procesos de percepción, representación y reflexión sobre problemas sociales centrales en un contexto vinculado a la práctica deportiva profesional o en proceso de profesionalización.

A su vez, priorizó identificar en las experiencias deportivas que son parte del EFI los elementos centrales de la Formación Deportiva que allí se desarrollan. Además, se enfocaron en los procesos vinculados a la práctica deportiva en conjunto con los actores barriales y territoriales participantes. Todo esto en pos de “potenciar la formación integral de los deportistas, técnicos y otros actores de los espacios deportivos, así como de los estudiantes a partir de la producción de conocimiento reflexiva y dialógica”, según consigna su presentación.

Tatami, que es un EFI en articulación en conjunto con la Facultad de Psicología, que se apoya en el judo con espacios reflexivos y creativos como propuesta de integración social donde participan niñas/os de seis a 12 años de diferentes contextos, compartió sus objetivos cumplidos este 2022: “Generamos procesos intergeneracionales a mediano plazo con niñes y jóvenes, avanzamos en la graduación de judo y comenzamos a debatir sobre una posible teoría de la enseñanza de los procesos relacionada a la inclusión social”.

Horizontes

La proyección a 2022 es continuar el camino recorrido, con la presencia de Picaditos Etnográficos en Montevideo y Maldonado, el Deporte como EFI y la potencial incorporación de “Clases de luchas. Tensiones sociales en lucha”, un nuevo EFI que tendrá lugar en Maldonado. Deporte y Comensalidad culminó su proceso este año y Tatami se encuentra en proceso.