En la previa del partido de Uruguay y Ghana, los celestes brindaron dos conferencias de prensa. Primero fue el turno de Luis Suárez y después le siguió el entrenador, Diego Alonso. El delantero uruguayo habló de su momento personal, cuando juega su último mundial, de la supuesta rivalidad con el país africano tras el encuentro de 2010, y de la relación entre jugadores y cuerpo técnico.

Suárez reconoció nuevamente que ya no es el mismo jugador que antes y que por algo el del viernes puede llegar a ser su último partido mundialista. “Tengo que intentar que los compañeros sepan cuáles son mis características hoy en día, hoy Darwin [Núñez] y Maxi [Gómez] pueden hacer esos trayectos largos que yo hacía antes. Intentar ayudar desde donde me toque, sabiendo que el nivel del Mundial es muy físico, muy alto, y el jugador tiene que comprender y analizar las situaciones de los rivales a los que nos enfrentamos”, dijo.

En esta línea agregó más adelante: “Desde que estamos con el Tornado sabemos que él da el equipo el día previo al partido y es para tener a los 26 enfocados, metidos. Alguno prefiere saberlo antes, pero si te lo dice los otros 15 quedan desmotivados, y todo suma para un partido como estos”.

De todas formas, no descarta ser titular en el próximo partido, pero aseguró que siempre dependerá de la voluntad de Alonso. “Vamos a esperar la confirmación del entrenador”, lanzó y agregó que se siente uno de los “referentes” y que por eso debe “asumir la responsabilidad de dar la cara en estos momentos complicados”.

Uruguay está complicado para avanzar, necesita ganar el próximo partido y que pierda Corea del Sur ante Portugal para tener una chance. Al respecto, Suárez afirmó: “Me hubiese gustado estar en otra situación, pero el uruguayo está acostumbrado a sufrir. Me molesta estar en esta situación porque tenemos calidad y jugadores para estar mejor, pero estoy tranquilo porque en esta situación el uruguayo rinde. El 98% somos los mismos que estábamos sufriendo cuando faltaban cuatro fechas y supimos responder y defender la camiseta de la selección”.

Suárez también fue consultado por las declaraciones que hizo José María Giménez después del partido contra Portugal, que dijo que no habían salido a ganar. Muchos lo interpretaron como una crítica al planteo del partido que dibujó el entrenador. Sin embargo, el delantero le restó importancia.

“Lo que dice el jugador de fútbol apenas termina un partido muchas veces se puede malinterpretar; las de Josema están clarísimas, es lo que siente, no es un mensaje al entrenador, porque no hay uno que diga no salgas a ganar. Somos los jugadores los que tenemos que interpretar el juego. No fue un mensaje para el entrenador. Ningún entrenador en el mundo, ni el Maestro, ni el Tornado, ni Luis Enrique, ninguno dijo no salgas a ganar. Se malinterpreta porque se perdió, porque se buscan excusas. No tenemos que hacerlo todo tan grande. El periodismo hoy en día vive de lo que se pueden agarrar. Se siente él responsable, y el jugador es autocrítico y lo dije en el vestuario, pero hay que responder en la cancha con las ideas claras de salir a ganar”, explicó.

En esa línea, afirmó que tampoco sigue las controversias que se desatan en Twitter. “Es algo a lo que estamos acostumbrados, a mirar al de al lado, a buscar excusas: ‘no me puso el técnico’, ‘mi compañero me la dio mal’. Es hora de asumir la responsabilidad; todos juegan en grandes equipos y la están rompiendo, hay que asumir la responsabilidad, el rol que me toca en la selección, no buscar excusas. Ya dimos las chances y el partido es el de mañana. Estoy tranquilo porque hay que rendir dentro de la cancha. Todos podemos decir algo en Twitter, pero hay que demostrarlo en la cancha”.

Con respecto al rival del viernes y la supuesta revancha que buscan sobre todo los hinchas de Ghana tras la mano que le cobraron a Suárez en el Mundial de Sudáfrica, el delantero aseguró que no debe “pedir perdón”: “La toqué con la mano, pero el jugador de Ghana falló el penal, no fui yo. Podría pedir perdón por una entrada fuerte, si lesiono a un jugador, pero en esta situación me echaron, el juez pitó penal y yo no lo fallé”.

Además aseguró que “a veces se malinterpreta: pensar que es una revancha. Los jugadores actuales tenían ocho años, 12 años, y ni se acuerdan, lo vieron en imágenes. Nosotros fuimos a jugar contra Portugal y nadie dijo que fueron por una revancha porque los eliminamos en Rusia. Se quiere hacer todo grande. Fue hace 12 años, yo me mandé una cagada contra [Giorgio] Chiellini, y después nos dimos la mano, nos abrazamos y pedí perdón. No podés vivir con las cosas del pasado porque te puede jugar una mala pasada”.