Persiguiendo el sueño que una generación tuvo que leer en libros por falta de vivencias, Uruguay sale a la cancha pre Mundial. La celeste no juega un torneo grande en el básquetbol desde España 1986. No se puede decir que la selección está cerca de volver, falta mucho camino por recorrer, pero sí va transitando que, con alguna acelerada de esas que huelen a batacazo, Uruguay puede meterse en la cita que organizarán Filipinas, Japón e Indonesia entre el 25 de agosto y el 10 de diciembre del próximo año.
El combinado de Rubén Magnano jugó cuatro partidos y ganó tres, perdiendo lógicamente ante Brasil de visitante. Se encuentra en el segundo escalón del grupo B con clasificación asegurada para la siguiente ronda, donde se corta el bacalao y se definen los clasificados. Esta doble fecha –este jueves se juega 20.10 ante Brasil y el domingo se recibe a Chile– sirve para arrastrar puntaje; en ese sentido, se impone vencer a los trasandinos y sería un punto de inflexión obtener el éxito frente a los brasileños.
En la próxima instancia, Uruguay enfrentará en régimen de local y visitante a los clasificados del grupo D: Estados Unidos, México y Puerto Rico. Serán seis equipos para pugnar por tres lugares. Ahí se pone pesado de verdad, pero ya habrá tiempo para pensar en eso.
Jayson Granger, quien por primera vez formará parte del plantel celeste en las Clasificatorias, fue el último en sumarse a los entrenamientos. El base dijo a Garra: “No hay mejor prueba de fuego que jugar contra un rival como Brasil. Esperemos que sea el quiebre para ir de lleno por la clasificación. Es una potencia. Con jugadores buenos y muy grandes físicamente. Tienen experiencia a nivel europeo y NBA. Hay que sacar el pecho adelante y no achicarse. No somos el equipo más alto, el más rápido ni el más lindo. A veces hay que ensuciar un poco el partido para que vaya para nuestro lado”.
Esta vez están (casi) todos. A excepción de Mathías Calfani, que se recupera de una lesión en su rodilla, Magnano contará con el máximo potencial. Es una ventana particular. Al no chocar con actividad de la NBA ni de los principales torneos de Europa, todos los jugadores están habilitados para venir. Eso potencia a Uruguay con la posibilidad de tener a Granger y a Santiago Vescovi, aunque también crecen los oponentes.
Agustín Ubal, la joya del Barcelona, habló de su rol al contar con roster completo: “Cambia mucho porque hay jugadores importantes en mi puesto. Voy a llegar de atrás y tratar de aportar mi granito de arena. De todas formas, trato de aprender lo que me enseñan al compartir con ellos. Quiero exprimir a Jayson y a Bruno [Fitipaldo] todo lo que pueda para absorber de su experiencia”.
Granger debutará en el Antel Arena
Más allá de su recorrido, para Jayson Granger serán los primeros partidos oficiales en el Antel Arena. El oriundo de Cordón halagó el escenario: “Es la primera vez que lo piso y es precioso. No tiene nada que envidiarles a canchas de Europa o de la NBA. Espero que esté lleno. Es una linda oportunidad de ver a una nueva camada que viene pisando fuerte. Aunque no ganamos, competimos de buena manera ante Turquía y República Checa en el Preolímpico, y queremos demostrar que podemos dar un paso adelante porque en la selección uruguaya se están haciendo las cosas bien. Hay gente con hambre, una linda mezcla de experiencia y juventud”.
Hablame de ellos
Brasil es el primer rival. Si bien era una instancia para estar con todo su potencial, los de Bruno Conti carecen de varias figuras. De todas formas, son favoritos, más allá de que las diferencias abismales que marcarían los planteles completos hoy se reducen en buena medida.
Marcelinho Huertas, compañero de Fitipaldo en Tenerife, es una de las buenas cartas. El exbase de Los Ángeles Lakers, a sus 39 años, sigue regando las canchas de calidad. La otra gran figura es Bruno Caboclo, actual jugador de San Pablo, el campeón continental. El pívot de 2.06 que supo jugar por los Houston Rockets en la NBA mezcla potencia física y calidad a la perfección, y será una de las tareas difíciles para la defensa celeste.
Brasil es un equipo con aleros grandes e internos que se abren a tirar. Dos características que suelen complicar a Uruguay. Seguramente, en varios pasajes, Magnano pruebe con tres chicos en el perímetro, por lo que algún uruguayo deberá tratar de frenar a un rival 15 centímetros más grande. La intensidad será clave. Otra opción es agrandar el quinteto con Martín Rojas como alero, algo que –con menos recursos en la plantilla– fue la estrategia empleada por el cordobés de visita.
Granger, como el experimentado del plantel, buscará transmitirles a los más jóvenes la importancia de dar un plus: “Es parte del básquetbol moderno. Es un aprendizaje para los más chicos a jugar en todas las posiciones exteriores. Fajarse con jugadores físicamente más grandes. Es una experiencia única y das un paso adelante. Es una linda oportunidad defendiendo la camiseta de Uruguay”.
Ubal jugó un Sudamericano juvenil en el gimnasio de Atenas. Pero será su debut de locatario con la mayor, lo que le genera sensaciones especiales: “Espero que esté lleno, que la gente venga tan ilusionada como nosotros. Tenemos tremendas ganas de jugar y de mostrarle lo que podemos hacer a la gente. Esperemos que nos acompañen, la expectativa para mí está muy alta, porque jugué de muy chico en Uruguay, pero hacerlo con la selección mayor a cancha llena va a ser divino”.
El domingo, a las 20.30, se viene Chile. El triunfo es impostergable. Los trasandinos sólo mantienen seis basquetbolistas de la derrota ante la celeste en la última ventana. Si bien es un rival accesible, el básquetbol chileno creció mucho con jóvenes talentos desarrollando sus carreras en Europa y Estados Unidos.
El base Ignacio Arroyo, de Estudiantes de Madrid, es una de las grandes figuras. Genera muchísimo para el resto, además de golear y ser intenso en defensa. Junto con el alero Sebastián Herrera, del Ewe Basket alemán, y Manuel Suárez, del Apu Dine italiano, completarán la trilogía de estandartes que ya supieron vencer a la celeste en sudamericanos a nivel de formativas.
Los 14 nuestros
De la lista inicial de 16 convocados, fueron cortados Mauricio Arregui y Juan Ignacio Ducasse. Se fueron sumando con los entrenamientos iniciados Kiril Wachsmann, Bruno Fitipaldo y el último fue Jayson Granger, que se incorporó el lunes.
El fin de semana la selección uruguaya cruzó el charco para jugar dos amistosos a puertas cerradas ante Argentina en el gimnasio de San Lorenzo. Si bien hubo derrotas 92-84 y 74-67, las impresiones fueron buenas. Como saldo negativo quedó la lesión de Luciano Parodi en el segundo enfrentamiento, pero el sanducero llega sin problemas al choque de este jueves.
Ubal dejó sus sensaciones de los encuentros: “Argentina tenía jugadores de calidad, el nivel físico fue tremendo. Me di cuenta que necesitaba ponerme unos kilos encima. Facundo Campazzo estaba duro, Leandro Bolmaro también. Es cuestión de trabajo, aprender y no encerrarse. Voy a tratar de mejorar para estar a ese nivel”.
Para Uruguay será clave mantener el estilo de juego que viene trayendo en la era Magnano, con la premisa de defender y correr. Cuando no se puede anotar fácil, llegar jugando de forma dinámica, ocupar bien los espacios y ser intenso en los movimientos de balón para encontrar tiros a pie firme. Los buenos porcentajes son claves. Granger fue claro en el análisis: “Buscamos tapar las carencias que tenemos adentro con un juego rápido y agresivo de los perimetrales. Salir al contraataque y pelear, que es lo que Uruguay tiene que hacer para ganar cada partido, sobre todo contra rivales de mayor nivel”.
Plantel celeste
Bases
Jayson Granger (Venezia, ITA)
Luciano Parodi (Sin equipo)
Agustín Ubal (Barcelona, ESP)
Ayudas
Bruno Fitipaldo (Tenerife, ESP)
Santiago Vescovi (Tennessee, USA)
Joaquín Rodríguez (Obras Sanitarias, ARG)
Aleros
Emiliano Serres (Obras Sanitarias, ARG)
Diego Pena García (sin equipo)
Gonzalo Iglesias (Reina Yogur Clavijo, ESP)
Ala-Pívots
Martín Rojas (Biguá)
Theo Metzger (Aguada)
Sebastián Ottonello (Def. Sporting)
Pívots
Kiril Wachsmann (Sin equipo)
Esteban Batista (Olimpia)
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