Tiene en su historial triunfos ante campeones del mundo y una medalla de oro en la Eurocopa de 2011. Fue captado por la leyenda rusa Gari Kaspárov, que lo contrató como asesor en 2010. Años después, en la cima de su carrera, rozó los 2.700 de ELO. Por esas cosas de la vida, hoy es el tablero 1 de Uruguay en la 44ª Olimpíada de Ajedrez en India.
Su abuela escapó de la guerra en barco desde Hamburgo a Montevideo. Al tiempo regresó. Georg Meier nació en Alemania (1987), en la antigua ciudad de Tréveris, donde también nació el ideólogo Karl Marx. La asociación de hechos entusiasma al lector, aunque también lo distrae del tema central: ¿cómo termina representando a Uruguay uno de los mejores ajedrecistas alemanes de fines de los 2000? En conversación con Garra, el jugador, de pocas palabras, explicó algunas de las razones de su traspaso. Antes, un repaso de sus logros deportivos.
En 2007 Meier logró el quinto puesto en el Mundial sub 20, medio punto abajo del Gran Maestro (GM) chino Wang Hao y el GM ruso Dmitri Andreikin. Se proyectaba como un jugador de élite, posible top 20. Un año después, en Dresde, Meier tuvo una gran olimpíada: ganó cinco partidas y empató tres. En 2009 se ubicó en la posición 65 del ranking mundial de la Federación Internacional de Ajedrez (FIDE, por sus siglas en francés). Ese fue su pico más alto. Lo buscaron los mejores: trabajó con campeones del mundo como el GM Garri Kaspárov y el actual número uno, el GM Magnus Carlsen. En 2011 le dio el oro a Alemania en la última ronda del Campeonato Europeo de Selecciones, una conquista que hasta ese momento era desconocida para el país.
Meier jugaba en el tablero 2. En la última ronda le ganó de negras al GM armenio Serguéi Movsesian, que tenía un ELO1 por encima de los 2700 y venía de ser top 10 mundial. En el resto de las mesas empataron, por lo que el triunfo de Meier dejó afuera a los armenios y le dio el oro a Alemania, que contaba con el GM Arkadij Naiditsch en el tablero 1. Es una hazaña que se podría equiparar con la de la selección de fútbol griega en la Eurocopa de 2014, según dijo a la prensa el técnico alemán de ese entonces.
En la partida final ante Movsesian, como en tantas otras, el alemán-uruguayo jugó “la francesa”. Es una de sus aperturas preferidas, que básicamente consiste en responder a clásico peón a e4 de blancas con peón de negras a e6. Con esta configuración inicial, que a su vez tiene otras subconfiguraciones, Meier logró hacer tablas con los mejores jugadores del mundo como el GM francés Maxime Vachier-Lagrave, el GM polaco Jan-Krzysztof Duda y el GM ruso Ian Nepomniachtchi. Este último, reciente campeón del Torneo de Candidatos, disputará ante el chino Liren Ding el match por el título mundial, luego de que Carlsen –campeón vigente– anunciara que no defenderá su título por falta de motivación.
Luego de ganar el oro en 2011 disputó varios torneos de prestigio, entre ellos el Grenke Chess Classic, en el que estuvo muy cerca de ganarle a Carlsen. Lo tenía, de hecho. Meier, de blancas, salió con peón de dama, y dominó la partida hasta quedar en una posición ganadora. “Fue como errar un penal en el minuto 92”, explicó el jugador a Garra, en una videollamada desde Dubái, Emiratos Árabes, horas antes de encontrarse con el resto del equipo absoluto uruguayo que dirige Daniel Rivera y que está integrado –además de por Meier– por el reciente campeón uruguayo, el GM Alejandro Hoffman, Nahuel Díaz, el múltiple campeón nacional Bernardo Roselli y el más joven, Facundo Vázquez. Desde Dubái, ciudad que promueve el ajedrez y otros deportes, partieron hacia Chennai (ex Madrás) en India, donde se disputará la 44ª Olimpíada de Ajedrez a partir del viernes.
El recuerdo de aquella partida ante Carlsen, que terminó en tablas, es una de las muestras del poderío de este ajedrecista. Sobre Carlsen, la pregunta inevitable: ¿cómo es jugar contra él? En el Campeonato Mundial Blitz de 2014 en Dubái ambos se enfrentaron en una partida que se puede ver en Youtube. Meier hizo una muy buena partida, aunque no fue decisivo. En este tipo de partidas rápidas, las estrategias –si bien nacen del ajedrez clásico– están más ligadas al recurso del tiempo: el que pega no es necesariamente el que juega un ajedrez más profundo.
Fue en ese mundial, disputado en Dubái, que el alemán-uruguayo logró memorables triunfos ante los GM rusos Nepomniachtchi y Serguéi Karjakin, además de unas meritorias tablas ante el GM japonés-estadounidense Hikaru Nakamura, quien en 2014 superaba por primera vez en su historia los 2.900 puntos de ELO en el ranking blitz. En ese torneo, Meier también hizo tablas con la mejor jugadora de todos los tiempos, la GM húngara Judith Polgar.
En la modalidad blitz (“relámpago” en alemán), precisamente en ese año, Meier pasó los 2.700 puntos de ELO. El ajedrez rápido es su especialidad: su ratio de triunfos es superior en partidas rápidas que en clásicas. Aun así, en 2014 tuvo una asombrosa performance en el Dortmund Sparkassen, un torneo de ajedrez clásico de élite. Terminó segundo, detrás del GM italoamericano Fabiano Caruana, superando a pesos pesados como el campeón del mundo ruso, el GM Vladimir Kramnik y el GM húngaro Peter Leko, top 10 mundial durante casi una década. Ahí estaba Meier, con 27 años, en un descomunal momento de su vida deportiva, muy cerca de los monstruos.
La defensa francesa, que tantas alegrías le dio, terminó por darle algunos dolores de cabeza. “Funcionó muy bien hasta que comencé a jugar regularmente con jugadores que tenían un ELO mayor a 2.700”, reconoció hace dos años al sitio alemán de noticias de ajedrez Perlen vom Bodense. “Si volviera a empezar a jugar al ajedrez hoy, no jugaría e4-e6, sino e4-e5, aperturas clásicas”, dijo con el diario del lunes.
Estudia y trabaja
Lo cierto es que Meier resolvió estudiar en la universidad: cursos de administración y relaciones internacionales. De alguna manera diversificaba sus actividades, como parte de una estrategia fuera del tablero. Se había metido en el mundo del ajedrez profesional durante unos años, pero su actividad fue diluyéndose; le faltó más competencia con jugadores superiores que le permitieran a su vez mejorar. Igualmente, su nivel se mantuvo parejo y nunca bajó de los 2.600 puntos de ELO. Hoy, de acuerdo al sitio oficial de la Federación Internacional de Ajedrez (FIDE) –en el que se pueden consultar este y otros datos–, Meier tiene 2.613 puntos de ELO. Es un puntaje muy alto para un tablero sudamericano. Ni Argentina ni Cuba, dos de las selecciones más fuertes del continente, con excepción de Estados Unidos, cuentan con un 2.600 en su equipo.
“Yo fui profesional durante unos años. No es posible estar en el top 50 del mundo si no te dedicás de forma exclusiva al ajedrez”, sostiene Meier, que habla bien español, además de inglés, alemán y francés. Sobre la relación que hay entre aprender idiomas y ajedrez, dijo conocer “varios jugadores fuertes que tienen talento con los idiomas”. Los jugadores con la posibilidad de viajar para competir, como es el caso ahora del equipo uruguayo en la Olimpíada de India, se enfrentan también al desafío de comunicarse con jugadores de todos los continentes.
A partir de 2018, Meier comenzó a trabajar en Grenke, la empresa de seguros que patrocina el torneo que lleva el mismo nombre, y del que Carlsen se consagró campeón. Allí estuvo durante más de tres años, haciendo las ocho horas, en el cargo de “controlador de riesgo”, puesto que parece ser muy oportuno para un ajedrecista.
Repartía su tiempo entre la Bundesliga (la liga alemana de ajedrez, que recibe el mismo nombre que la liga de fútbol) y su trabajo. No era 100% profesional, como pretendía la Federación Alemana de Ajedrez, que da la impresión de ser bastante exigente con sus jugadores –curiosamente, en 2015, el GM Arkadij Naiditsch fichó por Azerbaiyán, uno de los países más fuertes en ajedrez, y en relación a los motivos dijo a la prensa local que Alemania no apoyaba este deporte de una manera profesional–.
En repetidas ediciones del Grenke Chess Classic, Meier aparece con alguna sorpresa. En 2019 se impuso ante el campeón del mundo, el GM indio Viswathan Anand, de negras y jugando otra vez la francesa. La partida no tiene a Anand en su mejor forma, quien parece ser hackeado por Meier, que ejecuta jugadas en apariencia aisladas entre sí, como propias de un sistema impredecible. ¿Sería arriesgado decir que este jugador tiene un estilo de juego muy extraño? Es arriesgado decir cualquier cosa sobre lo que no se sabe bien qué es. Lo cierto es que e4-e6 no fue tan malo en este caso.
“Mi entendimiento del juego está cambiando siempre”, expresó el jugador, que en su rutina de entrenamiento alterna entre diferentes motores de ajedrez, aprendiendo nuevas líneas de juego que son muy difíciles de comprender para el humano promedio.
Descontrol y nuevo país
En la escena ajedrecística alemana también hay problemas entre jugadores y dirigentes. A diferencia de lo que ocurre en Uruguay, el ajedrez cuenta con una difusión mayor, tanto a nivel de especialidad como de amarillismo. Meier, como ajedrecista top de ese país, no pasó inadvertido. En los últimos años, el jugador ha tenido roces a través de redes sociales con otros jugadores de la selección, al tiempo que su relación con la federación alemana se deterioró. En 2020, cuando comenzó una extraña recesión económica conocida popularmente como “pandemia”, en la prensa alemana ya se hablaba de la posibilidad de que Meier fichara por Uruguay.
“Mi energía no es ilimitada. Es importante sentirme bien cuando juego. En el equipo nacional alemán yo era el único que no era jugador profesional. Tuvimos una situación de falta de respeto entre algunos jugadores, además de los dirigentes. Esto no me gustaba para nada; no querían arreglar nada de forma profesional, así que prefiero jugar gratuitamente”, explicó Meier, que busca un cambio de aire con este paso, para descomprimir y desempeñar así su doble actividad. El jugador trabaja desde hace unos meses en la Sociedad Alemana para la Cooperación Internacional, en la que ocupa el cargo de “controlador de proyecto”.
“Estoy trabajando en una sociedad muy grande que ayuda a desarrollar países de tercer mundo”, explicó brevemente.
Dos mil pesos
El pase de Meier a Uruguay tenía un costo de 25.000 euros, una cifra absurda para el ajedrez uruguayo. El truco estaba en la inactividad: como el jugador no pisó el circuito FIDE por dos años, pudo así desentenderse de la federación alemana y obviar así la cláusula de rescisión. Los campeonatos mundiales de Blitz y Rápidas a fines de 2019 fueron los últimos de Meier con bandera alemana.
Cuando se conoció la noticia de que jugaría para Uruguay, en octubre del año pasado, el entonces presidente de la Federación Uruguay de Ajedrez (FUA), Bernardo Roselli, informó a No toquen nada que el costo de Meier para la FUA fue de solamente 50 euros por el trámite administrativo. Roselli y Meier se conocían desde antes, habían jugado unas partidas rápidas en Colonia del Sacramento.
“Me voy a sentir más cómodo jugando por Uruguay, la atmósfera es mucho mejor”, finalizó Meier, con la motivación propia de los grandes cambios. Será su primer torneo en India, y el primero con Uruguay.
Las mejores selecciones absolutas de América, con la excepción de Estados Unidos, son Brasil, Argentina, Cuba, Perú y Chile. En la Olimpíada en Chennai, Uruguay parte de la posición 51, con un promedio ELO de sus jugadores de 2.460 –una posición arriba de Bélgica y dos abajo de Paraguay–. El jueves 28 será el acto inaugural, mientras que la esperada primera ronda se disputará el viernes 29 a las 15.00 de India (6.30 de Uruguay).
De títulos y maestros
El título de GM es el más alto en la escala FIDE, aunque hoy ya se habla –de manera informal– de Súper GM para aquellos jugadores que superan los 2.700 de ELO.
De un tiempo para atrás se consideraba súper GM a los que tenían más de 2.600 de ELO, pero como el nivel mejora continuamente, la expresión debe ajustarse. De manera similar, sucede que el título de GM, si bien es una distinción que muy pocos logran alcanzar, también puede sufrir devaluación; en la competencia de élite el GM se convirtió en un prefijo. Antes, en los 50, cuando inventaron este y el resto de los títulos, ser GM era algo muy excepcional. Uruguay cuenta con tres GM: Meier, Andrés Rodríguez Vila y Hoffman.
Rodríguez Vila (2.452 de ELO) reside en Argentina desde hace décadas, y ya ha representado a Uruguay en olimpíadas, como en Batumi 2018, donde jugó en el tablero 1. A la fecha es el segundo mejor uruguayo rankeado en la FIDE. Pero no va a jugar en India. El ajedrecista cuestiona a la FUA porque no lo apoyaron para participar en la olimpíada: lo invitaron, pero sin incentivo económico, por lo que el jugador descartó la posibilidad.
“Es un jugador que durante muchos años estuvo en el top 100. Es un jugador firme. Nos vimos dos veces, en Buenos Aires. Yo fui el primer contacto que tuvo con el ajedrez uruguayo. Recibí un mensaje algo sorpresivo, cuando [Meier] tenía 13 años. Me escribió para contarme que tenía un vínculo familiar con Uruguay, que le gustaría jugar por Uruguay. En ese momento lo puse en contacto con la federación”, recordó Rodríguez Vila en diálogo con Garra.
En febrero, Meier y Rodríguez Vila participaron en el VIII Campeonato Iberoamericano Absoluto de México, que se disputó en paralelo a la V Copa Duchamp disputada en la Intendencia de Montevideo. Los jugadores no se cruzaron en ninguna de las rondas. Sus últimos enfrentamientos fueron en Buenos Aires (2012). Meier recuerda que jugaron una India de Rey, con la variación Panno.
-
En ajedrez, los jugadores se miden por una puntuación bajo el sistema ELO, un método estadístico creado por el físico Árpád Élő para comparar la habilidad relativa de los jugadores. ↩