La intención primera de Ariel Longo fue, semanas antes de comenzar la Copa América y expresada públicamente aunque en forma velada, colocar una formación “alternativa” ante Brasil, sin todas las titulares, para decirlo brevemente. Podría pensarse que esa decisión implicaba dar el partido por perdido antes de jugarlo; pero en el pensamiento del DT se trataba, más que nada, del reconocimiento de una imposibilidad y de dirigir la mira hacia los dos últimos partidos.
No cambió de planes –por ejemplo, jugar ante Brasil en planteo ultradefensivo– ni siquiera después de caer en el primer partido con Venezuela, lo que no estaba en sus consideraciones. Al final, Longo parece haber demostrado que tenía razón: este partido con Brasil era un imposible, por lo menos si se lo miraba como un encuentro a dirimir entre planteos similares, jugando, como quería Omar Gutiérrez, “de igual a igual”.
Por todo eso, no entraron en el equipo titular Laura Felipe, Pamela González, Stephanie Lacoste, Sofía Ramondegui, Cecilia Gómez, Belén Aquino y Wendy Carballo, aunque algunas de ellas debieron sustituir a lesionadas –las brasileñas tienen alta técnica, pero, a su vez, jugaron muy fuerte y con brusquedad– como cuando debieron salir Colo Stephanie Tregartten y Karol Bermúdez.
Se apuntó, entonces, a lograr éxitos ante la menos poderosa Argentina –nada fácil– y frente a Perú, el menos temido. Esos partidos tendrán lugar en los próximos días, viernes y lunes, teniendo libre en la última etapa.
Al final se perdió 3-0 y puede verse como un tanteador no apabullante, casi liviano, aunque la superioridad brasileña quedó claramente marcada. En el partido de segunda hora Argentina le ganó a Perú 4-0.
Un partido entre distintas formas de jugar
El 0-0 se mantuvo durante la primera media hora. Hubo atajadas de Sofía Olivera muy meritorias; las posibilidades de elaborar jugadas, aunque fueran de medio juego, fueron excepcionales para las vestidas de celeste y, al final, la superioridad en calidad individual y en valores físicos se fue imponiendo. 2-0 terminó el primer tiempo con goles muy bien elaborados (Adriana a los 32 y Debinha a los 46). Hubo muchas otras chances perdidas por poco, y apenas a segundos de comenzar el segundo tiempo, ya en los primeros dos minutos, Brasil convirtió el tercer tanto: otra vez Adriana.
Después, el equipo favorito histórico menguó su ritmo y Uruguay defendió como pudo, para desembocar en el escueto y contundente 3-0 final.
Las celestes que entraron al estadio Centenario de Armenia fueron Olivera (c); Rocío Martínez (52’ Felipe), Daiana Farías, Lorena González, Tregartten (7’ Sofía Ramondegui); Ximena Velazco, Mariana Pion (46’ González), Karol Bermúdez (38’ Pamela González), Luciana Gómez; Carolina Birizamberri, Esperanza Pizarro (52’ Belén Aquino). A los 77’ Ximena Velazco dejó el equipo con diez jugadoras al tomar una segunda tarjeta amarilla tras otra recibida 12 minutos antes.
La entrenadora sueca Pía Sundhage puso en la cancha, inicialmente, a Lorena; Antonia, Rafaelle (c), Tainara, Tamires; Adriana, Angelina, Ary, Kerolin; Debinha y Bea Zaneratto. ¡Un equipazo!, por qué no decirlo.